La recaudación se recupera pero los ingresos por actividad y consumo aún no repuntan

La recaudación tributaria de febrero hilvanó su sexta suba en términos reales, al registrar un aumento interanual de 51,9% con un fuerte impulso de los derechos de exportación que triplicaron el dato del mismo mes de 2020. Pero esta cifra alentadora para las cuentas fiscales lejos están de reflejar una recuperación franca de la economía.

Es que los impuestos más ligados a la actividad siguen sin repuntar y crecieron nuevamente muy por debajo de la inflación interanual, que con la aceleración de los últimos meses dejó un piso alto para la nominalidad que parece estar lejos de reducirse.

Para los analistas privados, la inflación en febrero osciló entre 3,3% y 3,6%, lo que deja un dato interanual de entre 40% y 40,5%, bastante por encima del 36,1% con el que totalizó 2020.

Más precisamente se trata de dos impuestos de los que releva la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) mensualmente: el impuesto al valor agregado (IVA) y el impuesto a los créditos y débitos en cuenta corriente (más conocido como impuesto al cheque).

Si bien el IVA trepó 49,3% en febrero, gran parte del incremento está explicado por el componente aduanero (IVA DGA) que avanzó 90%, por la baja base de comparación que dejó el mismo mes de 2020 tras el masivo adelantamiento de exportaciones que tuvo lugar antes de la asunción de Alberto Fernández.

"La recaudación en términos relativos es negativa y crece menos que la inflación. Eso habla de la contracción económica y de la falta de reacción del músculo de la actividad luego de una caída sin precedentes históricos", explicó Iván Sasovsky, que señala que el dato agregado no refleja lo que ocurre internamente en la economía.

Pero mucho más modesto fue el desempeño del componente impositivo (IVA DGI), que tributan las operaciones en el mercado interno y es muy sensible a la evolución de la actividad económica. En febrero trepó 31,4%, casi 10 puntos menos que la inflación, al igual que en enero.

En tanto, el impuesto al cheque recaudó 29,9%, también más de 10 puntos por debajo de lo que avanzó el índice de precios al consumidor en el período. Estos dos datos evidencian que, a pesar de la flexibilización de una buena parte de las actividades restringidas por la pandemia, la economía todavía no está en la senda de la recuperación a diferencia de la recaudación en general.

"El IVA DGI e impuesto al cheque son el termómetro de la actividad. Por más que hayan variados los precios, la caída de la actividad sobrecompensa el aumento de precios y eso es caída de la actividad, a pesar de los indicadores que puedan venir de otros lados. Quizá puede influir una menor cantidad de personas de vacaciones", explicó el tributarista José Luis Ceteri.

Puntualmente, en concepto de IVA DGI ingresan los saldos sobre la facturación del mes anterior, en este caso de enero, y los saldos diferidos de 90 días para las pymes adheridas al esquema. Es decir, en febrero pagaron sobre lo facturado en noviembre, cuando las restricciones todavía eran más significativas que en la actualidad.

No obstante, entre agosto y diciembre de 2019 inclusive más de 200 productos alimentarios básicos estuvieron exentos de pagar el IVA, por lo que las subas interanuales en los mismos meses de 2020 tuvieron ese sesgo alcista y matizan especialmente el dato positivo de 35% de diciembre.

De todas maneras, la variación interanual del IVA DGI no supera a la de la inflación desde julio de 2018, antes de la depreciación de septiembre que disparó el IPC. En esa oportunidad, el tributo había recaudado 32,9%, contra una inflación de 31,2%.

"A esta altura para llegar a crecer o a rebotar en los términos esperados en el presupuesto y en el gobierno deberíamos ver una mayor reactivación que se hace desear y que pone todas las alertas en la mira nuevamente", comentó Sasovsky.