El difícil momento de Lionel Messi y su familia en Miami

Aunque deportivamente el contexto es favorable por donde se lo mire, existe una situación que perturba a Lionel Messi en los Estados Unidos: no logra encontrar una casa acorde a sus expectativas, por lo que empieza a ganar terreno la impotencia.

Cuando aún jugaba en Barcelona y nadie sospechaba que podría modificar su rutina, el "10" confesó públicamente su deseo por jugar alguna vez en Estados Unidos. Ese anhelo se concretó antes de lo imaginado y actualmente defiende los colores de Inter Miami, donde brilla cada vez que sale a la cancha.

Desde que llegó a Norteamérica ya ganó un título, se metió en la final de otra copa y aún no conoce el significado de la derrota. Los goles convertidos superan a la cantidad de partidos disputados y la euforia que genera no se había observado antes en dicho país con tan poca tradición futbolera.

Pero existe una situación que lo incomoda y que poco tiene que ver con la pelota. Al igual que ocurrió en Barcelona y París, tanto Leo como Antonela Roccuzzo desean vivir en una casa. Sin embargo, ese interés aún no pudo ser concretado por los imponderables que se le fueron presentando a lo largo de la intensa búsqueda.

El deseo de mayor seguridad y privacidad se impone en la escena. Por el momento se encuentran alquilando en la Porsche Design Tower, ubicada en el barrio de Sunny Isles Beach. Allí el capitán está instalado junto a su esposa y a sus tres hijos (Thiago, Mateo y Ciro), pero cada vez le genera más incomodidad el hecho de estar permanentemente en contacto con personas que no forman parte de su círculo íntimo.

Por qué Messi no encuentra casa

La intención del nacido en Rosario es encontrar una mansión en la que solamente pueda verle la cara a su familia, amigos y al personal que trabaja para él. Sin embargo, la idea que él tiene en su cabeza está muy lejos de los hogares que visitó con la intención de comprar en el estado de Florida. Para colmo, el sobreprecio no pasó desapercibido y le pidieron hasta US$70.000.000 por una propiedad.

Si bien el glamour y la fortuna es un hábito en el lujoso edificio donde vive, la rutina ya lo está desgastando. Según contó Javier Ceriani en Implacables (El Nueve) hace algunos días, la mayor razón de esto es la privacidad. "Ahora están rentando, pero no están contentos todavía sobre dónde ubicarse y esto es un problema, porque él no quiere ni siquiera subir a un elevador de la Torre Porsche y que alguien le diga ´ay Messi´. Está harto".