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La derecha arrasó en Brasil: ¿envión para Bolsonaro?

Hace casi dos semanas se llevó adelante una elección nacional en Brasil. La elección de medio término en ese país no es como en la Argentina, una elección legislativa con algunas provincias eligiendo gobernador fuera de agenda, sino que, en Brasil, en un mismo domingo se eligen intendentes y concejales en los miles de municipios.

Siempre se ha considerado esta elección un termómetro para las elecciones nacionales, al menos en la medición de fuerzas territoriales, ya que muchos partidos que son ampliamente ganadores en estas contiendas no logran generar candidatos presidenciales, pero son fundamentales en las coaliciones de gobierno.

Jair Bolsonaro

En este contexto, el PL de Bolsonaro ocupó el primer lugar en votos para intendentes, con 15,7 millones de sufragios, y con fuerte presencia en las capitales brasileñas. Ese partido fue el que obtuvo mayor respaldo en las ciudades. Luego, el PSD y MDB quedaron en segundo y tercer lugar, ya que recibieron 14,5 millones y 14,4 millones de votos, respectivamente.

El PL, acrónimo del expresidente Jair Bolsonaro, saltó de 4,7 millones de votos para elecciones de intendentes en 2020 a 15,7 millones de votos en 2024. Fue un crecimiento porcentual del 236,2%. Ahora es el partido que lidera la tabla en cuanto a mayor apoyo recibido para sus candidatos a comandar ejecutivos municipales.

El aumento en el número de votos coincidió con una estrategia del partido que pasó de 970 candidatos en 2020 a 1.483 ahora en 2024. Le sigue el PSD, con 14,5 millones de votos en 2024, un aumento del 36,7% respecto a 2020. Y el tercer lugar en el ranking es el MDB, que obtuvo 14,4 millones de votos y creció un 32,5%.

Si a este número se suman partidos menores de derecha y centroderecha como el PP, Republicanos y Unión Brasil, podemos encontrar un universo cercano a los 80 millones de electores. Además, cabe destacar que el espacio creció un 40% con relación al 2020.

Del lado oficialista, el PT, liderado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ocupó el sexto lugar en el ranking, con 8,9 millones de votos, un aumento del 28,2%. Sin embargo, el partido quedó muy lejos de los números que obtuvo hace más de 10 años.

Por otro lado, el PSDB de Fernando Henrique Cardoso fue el gran perdedor, ya que recibió 10,6 millones de votos en 2020 y continuó su camino de pérdida de representación en 2024. En las elecciones del 6 de octubre de 2024, cayó a solo 4,7 millones, una reducción del 56% en el número de votos para alcaldes en 4 años.

Cuando analizamos el resultado de la centroizquierda e izquierda en estas elecciones, revisando el desempeño de partidos como el PDT, PSB, PSOL, PRD, PCdoB y Podemos, entre otros, nos encontramos con una caída de más de 10 millones de votos en comparación con el 2020.

La dificultad de la izquierda y del presidente Lula para construir su sucesión es aún más marcada si consideramos la fuerte derrota del PT por la derecha en los municipios del gran San Pablo, el famoso "ABC paulista", o los resultados en las capitales del Nordeste, que siempre fue un "corral electoral" para la izquierda, donde el partido de Bolsonaro ha ganado capitales o está en segunda vuelta contra candidatos de la izquierda.

Por otro lado, el bolsonarismo sufrió una derrota importante en Río de Janeiro, su casa, a manos de Paes, quien es muy cercano a Lula. Sin embargo, cuando analizamos los grandes ganadores de intendencias a nivel nacional, el PSD se alzó con 882 intendencias, seguido por varios partidos de derecha y centroderecha, que en conjunto suman más de 3.500 intendencias de las casi 4.500 de todo Brasil.

En consecuencia, al analizar esta elección, podemos encontrar algunas señales políticas de la población pensando en las elecciones nacionales del 2026. En primer lugar, Bolsonaro, pese a estar prohibido de competir, sigue siendo una fuerza vital de la política brasileña.

En segundo lugar, el electorado brasileño tiende a votar a la centroderecha para la gestión de su vida en el día a día, convalidando el voto mayoritariamente conservador en Brasil. En tercer lugar, los resultados magros de los delfines de Lula han demostrado que él no tiene sucesor político para el futuro.

En cuarto lugar, al ver el resultado de la primera vuelta en las elecciones para San Pablo y el resto del Estado, se muestra una gran fortaleza del gobernador Tarcisio (exministro de Bolsonaro) para las elecciones nacionales.

Por último, los grandes vencedores han sido los partidos del "Centrão", con el PSD y MDB a la cabeza, con más de 30 millones de votos, demostrando que cualquier gobierno en Brasil deberá ser de coalición hacia la centroderecha.

La elección dejó un trago muy amargo al presidente Lula, ya que, aunque estos comicios municipales tienen lógica local para el votante, tanto Lula como Bolsonaro se encargaron de nacionalizar la campaña, principalmente en las grandes capitales. El resultado demostró el deterioro de la fuerza política del oficialismo de cara a las presidenciales de 2026.

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