Zoom editorial

Inflación mensual de 6,6%, inflación anual mayor a 100%, solo consecuencias

El índice de precios al consumidor (IPC) registró en febrero una suba del 6,6% respecto al mes anterior, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). El alza estuvo marcada por el rubro alimentos y bebidas y en particular por el impulso que tomó la carne.

De esta manera, la inflación minorista acumuló un aumento de 13,1% en el primer bimestre y de 102,5% en los últimos 12 meses, es decir, se posicionó por arriba del 100% en el año, una barrera psicológica que se trató de evitar pero que finalmente ganó la pulseada.

"La división de mayor aumento en el mes fue Alimentos y bebidas no alcohólicas (9,8%), principalmente por la incidencia que tuvo el alza de carnes y derivados y de leche, productos lácteos y huevos. Las siguientes divisiones con mayores aumentos fueron Comunicación (7,8%), sobre la que incidió el alza de los servicios de telefonía e internet; y Restaurantes y hoteles (7,5%)", resumió la agencia Télam.

Inflación de febrero: las reacciones en la oposición

La inflación de febrero fue de 6,6% y la interanual llegó a 102,5%

Pero más allá de los aumentos mensuales la sociedad se pregunta por qué suben los precios. Las respuestas son variadas pero está claro que la baja confianza en la moneda, provocada por desequilibrios macroeconómicos y productivos recurrentes, en un contexto de conflicto distributivo no resuelto e inestabilidad política, son parte de la causa. Pero además, ese universo fue acompañado de finanzas públicas dañadas, recurrentes crisis de deudas externas que fueron generando una gran volatilidad cambiaria, menor crédito que conformaron un combo para recurrir de forma sistemática al financiamiento monetario de los déficit públicos.

Si bien los puntos destacados no son los únicos germinales de la suba de precios, bajar la inflación de forma considerable requiere, entre otras cosas, de políticas que logren mejorar el perfil productivo para que las exportaciones aumenten y se pueda crecer al tiempo que se acumulen reservas.

Bajar la inflación requiere de una política productiva y una definición de un régimen cambiario apropiado para el objetivo. Es decir, atacar los desequilibrios fiscales-financieros. En otras palabras requiere de que la variación de la oferta de dinero se condiga con la evolución de la demanda de dinero. En el contexto argentino, hace falta llegar a reducir a cero el financiamiento monetario de los déficits públicos. Y dada el limitado financiamiento, ello implica que hay que bajar el déficit fiscal, de forma que no desestabilice la actividad económica, pero convergiendo a superávits.

La inflación de febrero fue alta, pero está claro que no es el problema. El verdadero problema es mucho más profundo.

Temas relacionados
Más noticias de INDEC
Noticias de tu interés

Comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.
  • RN

    Raul Nieto

    15/03/23

    Una de las pocas veces que pone foco y resalta lo imperioso que es bajar el déficit fiscal, pero me gustaría que se exponga la mala asignación de los recursos y los despilfarros en cientos de partidas presupuestarias con destino claramente político y son la caja que usa el gobernante administrador transitorio para lograr la continuidad en el poder y el goce de los privilegios económicos que gozan permitiéndoles un estándar de vida propio de príncipes con súbditos esclavos a los cuales llaman el pueblo. 2023 iniciemos otro camino

    0
    0
    Responder