Elecciones: el Gobierno puede recuperarse de los errores no forzados tras las PASO

Se dramatizó innecesariamente el resultado de las PASO.

Parece difícil de negar que más allá de ciertos problemas de gestión y de manejo de la agenda pública que exageraron los inconvenientes propios de la pandemia, el gobierno además hizo todo lo posible por no capitalizar ninguno de sus logros, que encima fueron importantes, como la campaña de vacunación, la gestión del sistema de salud que no colapsó en ningún momento, o incluso la renegociación de la deuda monstruosa heredada del gobierno anterior...

Y más allá de eso, ni siquiera se hizo hincapié en el impacto sobre la realidad de la gente de gestiones como las de Katopodis en Obras o Ferraresi en Vivienda.

Sin embargo, igualmente podría decirse que el gobierno dramatizó innecesariamente el resultado de las PASO. El discurso del 12 de septiembre a la noche fue por demás culposo. Derrotista.  Ojo, con esto no se pretende negar responsabilidad propia o la utilidad de los cambios que vinieron después, especialmente con las llegadas de Manzur e Insaurralde a las jefaturas de gabinete nacional y provincial. Pero es cierto también que con su discurso, el gobierno pareció perder, además de la elección, también la iniciativa, y encima se metió en una crisis pública, por una discusión que bien pudo darse a puertas cerradas.

Quizás se podría haber expresado algo más en la línea de "venimos de 4 años de crisis generada por el gobierno anterior y sumamos 2 años de pandemia, y es lógico que la gente esté enojada. Y es lógico también que la gente enojada o no vaya a votar o no nos vote, pero nosotros tenemos claro el camino elegido y estamos dispuestos a asumir los costos políticos que correspondan, más allá de ciertos ajustes que por supuesto son necesarios. En 2 años hablamos, muchas gracias".

Pero bueno, eso no pasó y así todo, gracias a un fuerte trabajo territorial y a la inestimable colaboración de cierta oposición, se recuperó parte del terreno perdido, e incluso se alcanzaron algunos objetivos que parecían difíciles hace unos días atrás, como la recuperación de la paridad en el senado bonaerense. Y lo que se perdió, tampoco es todo lo catastrófico que se anunciaba: aún se mantienen las mayorías en ambas cámaras.

Ahora hay que pensar en el 2023. Y una buena noticia es que en este país 2 años es muchísimo tiempo y dado el punto en el que estamos, no hace falta mucho para mejorar. Hay buenas razones para ser optimista. En cualquier caso, es necesario que el gobierno deje de cometer errores no forzados y de correr de atrás a una oposición sin autocrítica de lo que hizo ni ideas sobre lo que piensa hacer.

Por lo pronto, la reactivación empieza a sentirse en la calle y eso es importante. El gobierno debe retomar la iniciativa.

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