'Primero el hambre', el leitmotiv de Alberto

Pablo Moyano afirmó en las últimas horas que pedirán un bono de $ 20.000 para fin de año, más los seis meses de paritarias que restan cumplir. "El bono es prácticamente un derecho adquirido", sostuvo el secretario adjunto de Camioneros. Adelantó, además, que los jubilados, trabajadores y movimientos sociales deben cobrarlo como un modo de compensar el impacto inflacionario.

Moyano habló tan solo algunas horas después de escuchar a Héctor Daer. El secretario general de la CGT ratificó que no habrá un pedido de bono de fin de año, ya que las organizaciones sindicales son parte del proceso político que viene.

Fue justamente Daer uno de los convocados por el presidente electo Alberto Fernández a participar del equipo de trabajo en el Plan Nacional Contra el Hambre. Casualmente, luego de ese encuentro capituló la demanda de compensación navideña. El objetivo está más que claro, moderar expectativas. El hambre primero, dirá Alberto Fernández ante cada reclamo sectorial.

¿Quién podría negarle esa prioridad urgente y dolorosa al gobierno entrante? La foto de la nutrida y variada concurrencia cumplió su principal objetivo. No generar un espacio de trabajo, sino darle anclaje mediático, sostén sindical y volúmen político al gran tema que le permitirá a Alberto Fernandez comprar un poco más de tiempo ante la conflictividad creciente.

Macri planea una marcha de despedida el 7 de diciembre. El peronismo, por su parte, convoca para el 10, dia de la asunción de Alberto Fernández

No es casual que el primer confirmado del futuro gabinete sea el Ministro de Desarrollo Social. Daniel Arroyo estará al frente de esa cartera. "Nada más urgente que la pobreza y el hambre", sostuvo Fernández en declaraciones recientes. Le auguro a esa frase la música de una letanía.

La región está sacudida por tensiones sociales y políticas cuyo final hoy es difícil predecir. Hace 48 horas se publicó en el Boletín Oficial la resolución 2/2019 que ordena implementar el nuevo Código Procesal Penal, que entre otras cosas plantea el límite al uso de la prisión preventiva. La decisión la tomó la Comisión Bicameral del Congreso para la implementación del código.

¿Tolerará la sociedad argentina lo que hoy luce como un pacto de impunidad? Muchos de los presos por causas de corrupción del gobierno kirchnerista podrán peticionar la libertad, y quienes enfrenten procesos futuros del mandato de cambiemos saben que su destino podrá ser recorrer pasillos de Comodoro Py, pero no ya la soledad de las celdas.

La detención sólo podrá llegar con la condena firme, es decir, en un futuro tan lejano como impredecible. Si las elecciones recientemente realizadas en Argentina permitieron contener el malestar social y alejar a la turba de las calles, los próximos dos años ya no tendrán esa válvula de escape.

Esperan una movilización "majestuosa", dicen, para recibir al nuevo gobierno. ¿No será este el momento para apaciguar y evitar el agite callejero?

La ciudadanía empoderada hoy se moviliza por diversas razones. La inequidad en la distribución de las riquezas, la desigualdad ante la ley entre el ciudadano de a pie y los poderosos, la falta de libertad o la manipulación de las instituciones públicas. Es un fenómeno nuevo por su efecto multiplicador incentivado por el acceso a la tecnología.

En este mundo global los teléfonos celulares permiten convocatorias masivas en forma casi inmediata. Esos mismos dispositivos han democratizado de modo transversal el acceso a la información y el conocimiento. Esta tecnología oficia como motor aspiracional de las clases más postergadas y de los sectores medios que no pueden alcanzar lo que la sociedad de consumo ofrece con obsceno empecinamiento.

Lo que parece estar en juego es el concepto mismo de democracia tal cual la conocimos hasta hoy. Hay un malestar, especialmente entre las nuevas generaciones, con lo que consideran los burócratas de la política, las elites dominantes, aquellos a los que todavía delegamos un poder cuasi omnímodo a través del voto. Son los más jóvenes los que motorizan las protestas, los que no aceptan con pasividad la delegación del poder a quienes no dan respuesta a su necesidad de bienestar y previsibilidad futura. Es a ellos a quien habrá que proponer nuevas formas de participación y otros liderazgos.

En Chile, por ejemplo, donde el sufragio es opcional desde 2012, el Servicio Electoral informó que entre las personas de 20 y 24 años solo el 36,04% acudió a las urnas. El voto joven también había tenido escasa participación cuando era obligatorio siete años atrás. Mauricio Macri planea una marcha de despedida el próximo 7 de diciembre. La invitación al 7D la hizo a través de las redes sociales y el punto de encuentro propuesto es la Plaza De Mayo. El peronismo, por su parte, convoca para el 10 de diciembre, dia de la asunción de Alberto Fernández.

Esperan una movilización "majestuosa", dicen, para recibir al nuevo gobierno. ¿No será este el momento para apaciguar y evitar el agite callejero? Los espejos reflejan con demasiada proximidad lo que sucede en este mundo global como para no verlo con preocupación. La responsabilidad política debe imponerse sobre el ego del dirigente. Hoy, controlar la calle es un modo de supervivencia política.

Temas relacionados
Más noticias de Alberto Fernández
Noticias de tu interés