Duró 55 días

El ingeniero italiano que construyó un país en medio del mar y su historia llegó a Netflix

Giorgio Rosa se enfrentó al gobierno de Italia para mantener su sueño en medio del mar Adriático. En diciembre de 2020 se estrenó el largometraje que cuenta su odisea.

A fines de los 60, un ingeniero italiano construyó una plataforma de 400 m2, la ubicó sobre el lecho marino a más de 11.600 kilómetros de la costa de Rímini y la declaró una república independiente de la cual él sería su presidente. En Italia pocos conocen esta historia que es más popular entre los riminesis, pero en 2020 Netflix llevó a la pantalla chica la odisea de Giorgio Rosa y su utopía de crear su propia micro-nación, que tuvo una corta vida.

"Lo pensé como una manifestación absoluta de libertad", resumió Rosa en una entrevista que le brindó a Corriere Romagna en 2008. Todo empezó en 1958 cuando trabajaba como ingeniero en Bolonia y se golpeó de frente con la burocracia para poder llevar a cabo cualquier emprendimiento. Entonces pensó que, para darle un mensaje al mundo, tenía que hacer una obra titánica que "demostrara que se podía ser totalmente libre".

Giorgio Rosa tenía 40 años cuando decidió construir la plataforma independiente.

Por supuesto que el proyecto no se hizo de la noche a la mañana. En el camino enfrentó problemas financieros y meteorológicos a la hora de armar la estructura. A su vez, se encontró con varios escollos tecnológicos que tuvo que resolver con su inventiva ingenieril. La construcción se realizó en seis meses y contó con la colaboración de cuatro amigos y un grupo de trabajadores. Rosa se levantaba todos los días a las 4 de la mañana, viajaba de Bolonia a Rímini y cruzaba el Adriático en barco para trabajar en la plataforma.

Su hijo Lorenzo Rosa, en diálogo con BBC, describió: "Era una persona muy precisa, detallada y muy organizada. Un ingeniero en un sentido casi alemán de la palabra. Excepto por esta pequeña vena de locura que lo llevó a querer construir una plataforma para sí mismo, y luego convertirla en un estado fuera de las aguas territoriales, lo que lo convirtió en el príncipe de los anarquistas". La base se alzaba a 26 metros sobre el lecho marino sostenida sobre torres de acero. Estaba ubicada a exactamente 550 metros del límite de las aguas territoriales italianas por lo que se encontraba fuera de su autoridad.

Los 55 días de la Isla de las Rosas

La isla abrió sus puertas al público en agosto de 1967 y rápidamente se convirtió en un destino turístico, aunque solo tenía un bar. El Gobierno italiano intentó desacreditarlo en la opinión pública diciendo que se trataba de un lugar clandestino de juegos de azar e incluso mencionar que operaba como una base submarina militar soviética. Rosa mantuvo reuniones con oficiales gubernamentales y llegaron a ofrecerle plata para que abandonara la plataforma, pero se negó y dio un paso adelante.

La isla tenía 400 m2 y adentro operaba un bar muy visitado por los turistas.

En mayo de 1968 declaró la independencia de la República Esperantista de la Isla de las Rosas con el propio Rosa como presidente. Un mes después convocó a una conferencia de prensa para anunciarlo. Asimismo aseguró que la nueva micro-nación tendría su propia bandera, una moneda (el Mill), constitución y sellos. Esta aventura duró solo 55 días porque el estado italiano ocupó militarmente la isla y en febrero de 1969 la hizo explotar con más de 1000 kilos de dinamita.

Su historia en Netflix

Sus hijos aseguran que a Rosa no le gustaba hablar sobre la isla después de su destrucción. Incluso cuentan que el gobierno lo intimó a pagar cerca de 11 millones de liras por el operativo. Murió en 2017 a los 92 años, sin embargo, poco antes de su fallecimiento le dio la bendición al director Sydney Sibilia y al productor Matteo Rovere para que contaran su historia.

Para recrear la isla en la película montaron una estructura en una piscina infinita en Malta.

L'incredibile storia dell'Isola delle Rose (La increíble historia de la Isla de las Rosas) se estrenó en diciembre de 2020 en Netflix. Uno de los retos más complejos a la hora de filmar el largometraje justamente fue encontrar la locación ideal para recrear la plataforma. El lugar elegido fue una piscina infinita en Malta. Se estima que el presupuesto de la película fue de entre 8 y 9 millones de euros, una cifra bastante superior a las 30 millones de liras (cerca de u$s 19.000) que utilizó Rosa para armar la isla.

Temas relacionados
Más noticias de Netflix
Noticias de tu interés

Compartí tus comentarios

¿Querés dejar tu opinión? Registrate para comentar este artículo.