Avena nocturna: por qué conviene tomarla en el desayuno y cómo prepararla paso a paso
Descubrí por qué la avena nocturna es el desayuno ideal para arrancar el día con energía y nutrientes de manera fácil y práctica.
La avena nocturna es una alternativa deliciosa y nutritiva para el desayuno que cada vez gana más adeptos. Incorporarla en tu primera comida del día puede traer múltiples beneficios.
Pero, ¿por qué conviene tomarla en el desayuno? Conocé cómo prepararla paso a paso para que puedas disfrutar de todas sus propiedades desde la mañana.
¿Por qué conviene tomar la avena nocturna en el desayuno?
Incorporar la avena nocturna en el desayuno es una elección inteligente por diversas razones. Este cereal es excepcionalmente nutritivo, destacándose por su alto contenido de fibra, tanto soluble como insoluble, lo que contribuye a regular el tránsito intestinal.
Además, la avena es rica en minerales como fósforo, tiamina, magnesio y zinc, y proporciona vitaminas importantes, como la B6 y la E, junto con proteínas vegetales de calidad.
Una de las ventajas más significativas de la avena es su capacidad para ralentizar la digestión gracias a la fibra soluble. Esto aumenta la sensación de saciedad, y también ayuda a controlar el apetito, algo respaldado por los expertos nutricionistas de la Universidad de Harvard. Este efecto puede ser beneficioso para quienes buscan mantener un peso saludable.
Además, la avena está repleta de antioxidantes que combaten la inflamación crónica, un factor de riesgo asociado con enfermedades cardiovasculares y diabetes.
Si ya disfrutas del porridge, es probable que te entusiasme la avena nocturna. Esta opción garantiza un desayuno nutritivo y energético, y, como afirman los especialistas en Nutrición de Harvard, es "una solución rápida y fácil que no requiere cocción, perfecta para un inicio de día saludable".
Paso a paso: cómo preparar la avena nocturna
Preparar la avena nocturna es muy sencillo y no requiere mucho tiempo.
Ingredientes:
- 4 cucharadas de copos de avena
- 150 ml de bebida vegetal (soja, almendra, coco...) sin azúcar
- 3 cucharadas de yogur natural (sin azúcar) o kéfir
- Semillas de chía
Preparación:
- Mezcla inicial: en un frasco de vidrio mediano, poné 4 cucharadas de copos de avena junto con 150 ml de la bebida vegetal que más te guste y 3 cucharadas de yogur natural o kéfir.
- Agregá frutas: añadí una taza de frutas picadas de tu elección, como banana, melón, manzana o uvas. Para darle un toque extra, podés incluir opcionalmente unas cucharadas de yogur griego, 1 o 2 cucharadas de semillas de chía o lino, nueces o cualquier especia que prefieras.
- Agitá bien: cerrá el frasco con la tapa y agitalo con fuerza hasta que todos los ingredientes queden bien combinados.
- Refrigerá: colocá el frasco en la heladera y dejalo reposar toda la noche o al menos cuatro horas. Durante ese tiempo, la avena se va a ablandar y la mezcla se espesará, logrando una textura similar a la de un pudín.
Siguiendo estos pocos pasos, podrás disfrutar de una mezcla cremosa y nutritiva que te mantendrá satisfecho durante toda la mañana.
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