Un revelador descubrimiento en la tumba de Jesús desconcierta a la Iglesia católica: "La piedra caliza"
Este domingo 20 de abril, la Iglesia católica revive la resurrección de Jesús de Nazaret, el hijo que Dios le entregó al mundo para salvarlo de sus pecados.
Una losa de piedra caliza oculta durante siglos acaba de reescribir parte de la historia sagrada de lo que hasta hoy se conoce sobre la muerte y sepultura de Jesús. Dentro de la Iglesia del Santo Sepulcro, el lugar tradicionalmente señalado como la tumba de Jesús en Jerusalén, científicos descubrieron fragmentos de una antigua cueva tallada en roca que podría remontarse al siglo IV.
La evidencia, proporcionada a National Geographic, revela que la losa fue colocada alrededor del año 345 d.C., en tiempos del emperador Constantino.
Este dato no es menor para este descubrimiento de magnitud religiosa de cara a los creyentes de Dios y de Jesús. Durante siglos, la autenticidad del sitio fue debatida. Pero ahora, gracias a análisis avanzados de argamasa, recogida entre la losa original de piedra y una placa de mármol que la cubría, los expertos pudieron fechar los orígenes de la estructura. "Obviamente esa fecha indica directamente lo que Constantino hizo", declaró el arqueólogo Martin Biddle. "Eso es muy notable".
¿Es esta realmente la tumba descubierta por los romanos?
Todo parece indicar que sí. Los registros históricos narran cómo en el año 326, enviados de Roma localizaron la tumba tras demoler un templo romano construido sobre ella.
Al excavar, encontraron una cueva funeraria de piedra caliza con un "lecho sepulcral", típico de las tumbas judías del siglo I. Parte de esa cueva aún está contenida entre las paredes del actual altar conocido como el Edículo.
Pero lo que más sorprendió a los investigadores al abrir la tumba en 2016 fue lo que había debajo del mármol moderno: una losa más antigua, rota, con una cruz grabada directamente sobre la piedra caliza original.
Esa losa podría haber sido colocada por los Cruzados... o mucho antes. Los últimos resultados científicos apuntan a que pertenece al siglo IV, justo después de la consagración del lugar por Constantino.
¿Qué implicancias tiene este hallazgo para la Iglesia?
Aunque no es arqueológicamente posible afirmar que se trata de la tumba de Jesús de Nazaret, cuyo entierro se ubica entre los años 30 y 33 d.C., , el descubrimiento da un respaldo sólido a la tradición cristiana.
"Es interesante cómo estas muestras no solo proveen evidencia del primer altar en el sitio, sino también confirman la secuencia histórica de construcciones del Edículo", señaló Antonia Moropoulou, líder del equipo de restauración.
Esto también inquieta a sectores más conservadores. El hecho de que la tumba de Jesús haya sido alterada, destruida y reconstruida en múltiples ocasiones, incluida su destrucción total en 1009, pone en jaque la idea de una estructura intacta. Ahora, esto refuerza la fe que resistió terremotos, guerras y el paso del tiempo, manteniendo viva una tradición enraizada en una piedra caliza que, literalmente, habló desde el pasado.
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