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Ya pasadas las elecciones presidenciales, ahora la mira de los inversores está en lo que pueda ocurrir en el mercado el lunes 20 de noviembre, el día después del balotaje, donde el ministro de Economía, Sergio Massa, tiene números puestos para ganar.
La idea que manejan en el Gobierno es evitar una devaluación brusca, como la que debieron hacer el día después de las PASO, porque, finalmente, el saldo neto fue un corrimiento de la brecha hacia adelante y generar un fuerte traslado a precios.
Microdevaluación
Ahora saben que la alternativa ya anunciada es volver al crawling peg, el ritmo de depreciación periódica del peso, a la par de la inflación. El Gobierno cree que en octubre se habrá desacelerado hasta el 10%: atención inversores, si fuera así, los plazos fijos al 11% pasarán a tener una tasa positiva.
La premisa es continuar con los tres tipos de cambios de hoy: el oficial -cuando lo hubiera disponible- para las importaciones; el "dólar fernet", como le dicen en la jerga al que se aplica a las exportaciones (70-30, es decir, que puedan liquidar un 30% con dólar bursátil); y un dólar financiero. La idea que se maneja por el momento es que se mantenga debajo de los $ 900, para luego se acompase al ritmo inflacionario.
Gradualismo
"En caso de que el oficialismo triunfe en el balotaje se abre un abanico de medidas económicas, una continuidad con los cambios necesarios. El resultado de las elecciones generales parece indicar una mayor preferencia por un ajuste gradual frente a políticas de shock, que podría ser viable si las exportaciones agropecuarias y energéticas mejoran sustancialmente respecto de este año", convalida el sector privado desde un paper de Delphos Investment.
Ahora saben que la alternativa ya anunciada es volver al crawling peg, el ritmo de depreciación periódica del peso, a la par de la inflación. El Gobierno cree que en octubre se habrá desacelerado hasta el 10%: atención inversores, si fuera así, los plazos fijos al 11% pasarán a tener una tasa positiva.
Agregan que el Gobierno calibró algunos elementos del actual régimen cambiario, que ha transicionado hacia un desdoblamiento generalizado en las exportaciones con un cepo duro a la demanda de dólares para importaciones y atesoramiento.
Brecha menor
En GMA señalan que, con respecto a antes de las elecciones, el CCL nominal recortó un 15% hasta $ 871, mientras que la brecha se descomprimió desde 194% hasta 149%.
"Si bien se trata de una revaloración del peso notable, este valor de la divisa todavía se encuentra en niveles históricamente altos", diagnostican en la consultora.
"Para poner en perspectiva-agregaron-, el tipo de cambio máximo que se alcanzó con la salida de Guzmán sería de $ 922 a precios de hoy, mientras que el CCL en la gestión de Massa promedió $ 768 considerando la inflación".
En vistas de una mayor normalización, el CCL aún tendría terreno para abaratarse en términos reales. Sin embargo, esta ventana temporal de carry trade, como toda estrategia especulativa, está plagada de riesgos asimétricos, no solo por los avatares políticos sino también por el grado de deterioro de la economía", concluyen.
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