

El mercado global está nuevamente en un punto incómodo: valuaciones históricamente altas, un ciclo alcista que lleva años y un inversor promedio que, acostumbrado a que toda caída se recupera rápido, perdió el miedo.
Latin Securities lo sintetiza con precisión: “Estamos en uno de los períodos de exuberancia más extendidos de la historia moderna”.
Con un S&P 500 que opera en un P/E forward de 24x (Price / Earnings Forward) y un CAPE (Cyclically Adjusted Price/Earnings) en torno a 40x (a centímetros del techo de la burbuja de las puntocom), el margen de error se redujo drásticamente.
Casi todo está caro y, aun así, casi todo sigue al alza. En paralelo, el oro marca máximos reales y nominales, los spreads corporativos están comprimidos y la volatilidad implícita se mantiene en mínimos. Un cóctel que exige prudencia quirúrgica.
La euforia de la inteligencia artificial (IS) sostiene buena parte del rally. Pero, incluso con fundamentos robustos en los gigantes tecnológicos, la concentración extrema del índice, el apalancamiento minorista y un VIX (índice del miedo) anestesiado generan un déjà vu peligroso.
Latin Securities recuerda un dato incómodo: los largos períodos sin correcciones profundas suelen anticipar décadas de retornos reales bajos. El mercado no colapsa porque esté caro, pero cuando está caro, el retorno futuro se comprime.
Tres estrategias
Latin Securities propone tres caminos que permiten proteger retornos acumulados sin abandonar oportunidades:
- Subir el cash como seguro barato: con money markets rindiendo 3–4%, el efectivo vuelve a ser una herramienta táctica clave: baja volatilidad, preservación de capital, pólvora seca para comprar en caídas.
- Rotar hacia activos menos exigentes en valuación: Europa, Japón y varios emergentes ofrecen múltiplos mucho más razonables. China (P/E 14x) y Brasil (P/E 10x) son ejemplos de mercados donde el riesgo está en precio. Europa cotiza a un CAPE de 19x —muy por debajo del norteamericano— y Japón combina mejoras estructurales con un yen históricamente depreciado. La subexposición global es evidente.
- Incluir activos no tradicionales: oro, TIPs y commodities dado que lo portafolios que incorporan estos activos tienen menores drawdowns, volatilidad y menos períodos de retornos reales negativos.
La apuesta central de Balanz es hacia ompañías con métricas robustas y riesgo específico controlado:
- Tecpetrol (TTCDO) – TIR 7,2%
- Pluspetrol (PLC5O) – TIR 7,9%
- Pampa Energía (MGCRO) – TIR 7,9%
En un contexto en que la compresión de spreads soberanos puede continuar, los corporativos ofrecen el mejor ratio entre riesgo y retorno, dijo el broker.
Deuda soberana: cobertura y táctica
Otra opción son los bonos soberanos, donde las recomendaciones de Latin Securities son las siguientes:
- Bopreal (BPOC7): cobertura natural ante movimientos del tipo de cambio oficial y del dólar MEP.
- Los globales más largos, como el GD38 y GD41: mayor sensibilidad ante compresión de riesgo país y, por lo tanto, mayor potencial de upside. En un mercado caro y vulnerable, el tramo largo de soberanos rinde que si el riesgo país cae.
Los Cedear
Una jugada que combina el análisis global con una implementación práctica es colocarse en Cedear. Es una forma táctica de capturar la ola tecnológica sin quedar rehén de la concentración extrema del S&P500. Y en este sentido, hay dos opciones:
- Perfil defensivo: DIA, Berkshire Hathaway.
- Tendencia estructural: Pack IA (Google, Nvidia, Microsoft, Meta, TSM, ARM, ASML) y ETF URA (uranio).
Acciones argentinas
Con el riesgo de la renta fija local en mente, para quienes quieren apuntar al sector más seguro de la Argentina, una opción viable es ir a las acciones de empresas con sólidos fundamentos hacia adelante. Pampa, Vista e YPF, son compañías con drivers operativos claros y menor dependencia del crédito local.
Así, las opciones son muchas y diversas en un mercado global que se presenta desafiante de cara a 2026.














