Desde hoy, la banca privada podrá volver a operar en la Argentina

Se crea la figura del agente asesor global de inversión (AAGI) que permitirá a empresas locales y extranjeras asesorar a clientes locales con inversiones en el país y el exterior.

Mientras espera que el Congreso esté en condiciones de discutir la reforma a la Ley de Mercado de Capitales, la Comisión Nacional de Valores (CNV) avanza con reformas puntuales a las reglas del mercado local. Hoy publicará una modificación a las figuras de actores del mercado en la que la principal novedad es la creación del agente asesor global de inversiones, una categoría que permite la actividad de banca privada, es decir, la de captar clientes para invertir y administrar inversiones de argentinos en el exterior.

La banca de inversión estaba impedida en los hechos por la regulación, aunque bancos internacionales y financieras locales ofrecieran el servicio desde Uruguay u otros países.

Con la figura que se crea hoy, la de agente asesor global de inversión (AAGI), ahora la actividad podrá operar en forma regulada. La idea de la CNV es que empresas del país puedan encuadrarse en esa categoría, aunque es esperable también que bancos del exterior que abandonaron el país por la falta de cobertura legal para sus actividades intenten desembarcar otra vez. Para ello tendrán que abrir oficinas en el país y registrarse bajo la nueva figura.

El AAGI podrá asesorar a clientes, administrar las carteras de sus clientes en caso de tener un mandato expreso para ello e impartir órdenes e instrucciones de inversión de sus clientes a brokers locales (agentes de liquidación y compensación, ALyC, es decir sociedades de Bolsa con mesa propia) o del exterior.

El requisito de patrimonio neto mínimo para el asesor global será bajo, de sólo $ 2,5 millones, porque estas empresas no podrán tener sus propias mesas (sólo las ALyC podrán tenerlas) con lo cual "no tocan" dinero en ningún momento.

El asesor global de inversión podrá administrar las carteras de sus clientes o ejecutar sus órdenes de inversión a través de ALyC locales o brokers del exterior. Pero en el caso de las inversiones fuera del país sólo podrá hacerlo con inversores calificados (hoy se define como el que opera más de $ 700.000) o inversores no calificados que autoricen de forma expresa esas operaciones. Esto es porque la CNV no regula los activos de mercados extranjeros, con lo cual no puede garantizar la protección de inversores no calificados.

Junto con la autorización de la actividad de la banca privada se modificaron también las actividades permitidas de los agentes de liquidación y compensación (ALyC), agentes de negociación (AN) y agentes productores (AP). Los asesores globales de inversión van a ser los únicos habilitados a administrar discrecionalmente las carteras de sus clientes, un servicio que varias ALyC locales hoy ofrecen pero deberán dejar de hacerlo (o crear una nueva persona jurídica independiente que se registre como AAGI).

Así, las ALyC sólo podrán procesar instrucciones de inversión de sus clientes, nunca administrar sus carteras. Lo que se les agrega ahora es la posibilidad de procesar también instrucciones de sus clientes con un broker del exterior.

Un detalle interesante es que el asesor global de inversiones no podrá operar con ALyC o brokers del exterior que formen parte de su propio grupo económico cuando ejerza la administración discrecional de la cartera. Esto es para evitar que el asesor promueva movimientos excesivos de la cartera con el objeto de generarle más comisiones por operación a la mesa de operaciones. El administrador y la mesa tienen que ir por separado.

Otra norma que pesará sobre los AAGI es la obligación de comunicar si recibe comisiones de intermediarios del exterior y ALyC locales. Es decir, podrá percibir comisiones por atraer inversores a un activo o fondo concreto, pero no podrá ocultarlo a sus clientes. Además podrá, claro, cobrar honorarios a sus clientes.

La esperanza de Marcos Ayerra, presidente de la CNV, es que la formalización de la actividad de banca privada permita que los argentinos que tienen sus ahorros en el exterior puedan invertir parte de ese dinero en el país con la garantía de entrarlo y sacarlo las veces que sea necesario. Creen que los altos retornos de los activos locales en comparación con los del exterior pueden ser un atractivo, pero más aún los beneficios fiscales (la renta financiera, por ahora, no está gravada).

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