Wall Street: ¿por qué los analistas están en peligro de extinción?
Los analistas pueden traducir tendencias económicas o políticas en operaciones inteligentes. Sin embargo, el modelo de negocio que subyace a la investigación bursátil ha sido defectuoso por décadas.
A finales de la década de 1990, los analistas bursátiles eran estrellas de rock. Los operadores estaban pendientes de cada una de sus predicciones televisadas sobre lo alto que llegarían las últimas acciones de las puntocom.
Hoy están en peligro. Dos décadas de escándalos, quejas por calificaciones excesivamente optimistas y manipulaciones normativas han pasado factura. Los presupuestos de análisis se han reducido, el número de analistas y su experiencia relativa han disminuido drásticamente y los proveedores de análisis se están consolidando para sobrevivir. La división de análisis de AllianceBernstein se asoció con Société Générale el año pasado y TD Bank compró recientemente Cowen.
Ahora, los políticos del Reino Unido y la Unión Europea están tratando de deshacer las tan anunciadas reformas de 2018 que pretendían garantizar que los inversores obtuvieran una buena relación calidad-precio del research. La cuestión es si debería importarle a alguien que no sea un devoto seguidor de la CNBC.
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Los buenos analistas pueden traducir amplias tendencias económicas o políticas en operaciones inteligentes, señalar a los inversores empresas que son estrellas en ascenso o pedir cuentas a los directivos por sus promesas financieras. Pero particularmente el modelo de negocio detrás del reserach vendedor ha sido muy defectuoso durante décadas.
En lugar de cobrar directamente a los clientes por sus conocimientos, los grandes bancos y brokers han utilizado históricamente la investigación como herramienta de marketing y han ganado dinero con ella de formas más furtivas. Los banqueros de inversión cortejaban a los clientes corporativos prometiéndoles una cobertura favorable por parte de analistas de renombre. Por su parte, los agentes de Bolsa utilizaban la investigación para captar operaciones comerciales. Los gestores de fondos y los fondos de pensiones pagaban por el acceso a los informes de forma indirecta, enviando sus operaciones con acciones y bonos al proveedor y pagando comisiones extragrandes.
Los problemas de la primera táctica se hicieron públicos en 2002, cuando Eliot Spitzer, entonces un ambicioso fiscal general de Nueva York, reveló que analistas estrella habían menospreciado en privado las acciones que promocionaban públicamente, utilizando términos como "perro", "polvorín" o "POS". Diez bancos de Wall Street pagaron u$s 1400 millones para zanjar las acusaciones de investigación sesgada y los reguladores estadounidenses cortaron los vínculos entre los analistas y los ingresos de la banca de inversión.
Más de una década después, la UE -encabezada por el Reino Unido, entonces todavía miembro- prohibió el bundling para la research en las comisiones de negociación, argumentando que era un sistema opaco que ocultaba injustamente los costos a los inversores ordinarios.
Aunque los gestores de fondos y los fondos de pensiones son los principales usuarios de la investigación bursátil, con el bundling no pagan por él, ni siquiera revelan cuánto cuesta. En cambio, las altas comisiones que cubren la investigación se incorporan a los precios que los fondos pagan por sus acciones y bonos. Esto reduce la rentabilidad global, pero es difícil de medir. Como parte de las reformas Mifid II de 2018, la UE y el Reino Unido comenzaron a exigir a los gestores de fondos que pagaran por la investigación con pagos directos en "dólares duros" que debían divulgarse por separado.
El efecto inmediato fue positivo para los clientes: las comisiones cayeron y la mayoría de los gestores de fondos optaron por asumir el costo del research en lugar de aumentar las comisiones. Pero el cambio devastó a los analistas. Una vez que los informes dejaron de ser gratuitos, los gestores de fondos, ya presionados por la competencia de los fondos indexados de bajo costo, comenzaron a recortar los presupuestos. El gasto en investigación ha caído un 50% desde 2018, dice Mike Carrodus, fundador de Substantive Research.
El efectivo vuelve a ser rey en Wall Street: las 3 claves que explican el fenómenoLos bancos y los brokers dicen que la desagregación ha contribuido a una amplia gama de males del mercado, incluidos menos informes de analistas sobre pequeñas empresas, el declive de los pequeños brokers y la reducción del número de cotizaciones en la Bolsa de Londres.
Con menos informes de analistas que llamen la atención sobre las buenas ideas, las empresas innovadoras y las tendencias clave, los fondos acaban obteniendo peores resultados para sus clientes, afirman. Los gestores de fondos más pequeños la están pasando especialmente mal, porque confiaban en el modelo de paquetes para acceder a una gama de análisis más amplia de la que ahora pueden permitirse.
Según el sector, el restablecimiento del bundling ayudaría a recuperar el interés por las empresas que cotizan en Bolsa, mejoraría la liquidez del mercado y profundizaría los mercados de capitales. Los políticos franceses, alemanes y, más recientemente, algunos británicos están de acuerdo.
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Pero la investigación de mercado lleva décadas en declive. Los recortes en el gasto en investigación también son fuertes en Estados Unidos, donde el bundling sigue siendo legal y habitual, afirma Substantive Research.
La necesidad de obtener mejores resultados que los fondos indexados ha obligado a los gestores activos de todo el mundo a recortar costos y asegurarse de que el gasto produce rendimientos mensurables. El acceso online a los archivos de las empresas, una amplia variedad de datos y ahora la inteligencia artificial levantaron la vara de los análisis originales. "Había mucho dinero dando vueltas por ahí. ¿Realmente se necesitaban tantos analistas cubriendo tantas acciones?". se pregunta Carrodus.
Sin embargo, los proveedores innovadores están creciendo. Jefferies, que se especializa en pequeñas empresas que pocos bancos cubren, está ganando rápidamente cuota de mercado. Lo mismo ocurre con Expert Networks, que proporciona acceso directo a expertos técnicos como farmacólogos y desarrolladores de chips. Uno de los pocos analistas estrella de la actualidad, el economista Zoltan Pozsar, abandonó recientemente su puesto en Credit Suisse para convertirse en proveedor independiente.
Aunque vuelva el bundling, es posible que los gestores de fondos no vuelvan a las altas comisiones, especialmente por informes mediocres. "Si pones precio a algo, cambia tu comportamiento", dice un ejecutivo estadounidense cuya empresa da ahora a cada gestor un presupuesto de investigación. "Hace que te cuestiones el valor de los recursos en lugar de limitarte a aceptarlo".
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