Trump vs Harris: guía completa con todo lo que tenés que saber de las elecciones presidenciales en EE.UU.
A días de la votación, la batalla por convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos está en marcha. Mientras los candidatos intentan ganarse a los votantes de los swing states, las encuestas no muestran una clara ventaja para ninguno.
Las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024 se cuentan ya entre las más dramáticas de la historia moderna. Lo que empezó como una revancha entre un presidente en ejercicio y su predecesor se vio alterada cuando Joe Biden abandonó la carrera en julio y la vicepresidenta Kamala Harris lo reemplazó en la candidatura demócrata, lo que la lanzó a una carrera directa por la Casa Blanca contra Donald Trump.
A días de la votación, la batalla por convertirse en el próximo presidente de Estados Unidos está en marcha. Mientras Trump y Harris intentan ganarse a los votantes en todos los ámbitos, desde el comercio y la inmigración hasta el aborto, la industria e incluso la política exterior, las encuestas no muestran una clara ventaja para ninguno de los candidatos.
El resultado de las elecciones dependerá de siete swing states [estados indecisos]: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. En consecuencia, Trump y Harris están gastando cientos de millones de dólares en seducir a los votantes de estos campos de batalla cruciales.
En vísperas de la votación del 5 de noviembre, esto es todo lo que hay que saber sobre los candidatos, sus plataformas y aliados, y los engranajes que mueven el sistema electoral estadounidense.
Los candidatos
La nominación de Harris ha revitalizado a su partido y ha dado un nuevo rumbo a unas elecciones ya de por sí agitadas. Desde que lanzó su campaña en julio, la vicepresidenta ha recortado la ventaja de Trump sobre Biden en las encuestas, se ha asegurado el respaldo de varios sindicatos y ha atraído el apoyo de grandes celebridades.
Trump, por su parte, cuenta con un fuerte apoyo de su base y un amplio atractivo en cuestiones como inmigración y economía, así como con el apoyo financiero de multimillonarios como Elon Musk y Bill Ackman.
Varios candidatos de terceros partidos, entre ellos Cornel West y Jill Stein, también se presentan a las elecciones presidenciales. Ninguno cuenta con más de un dígito de apoyo en las encuestas, pero en una carrera extremadamente reñida, los votos que consigan podrían ser influyentes.
El colegio electoral
EE.UU. tiene un sistema de elección del presidente denominado colegio electoral, en el que 538 representantes de cada uno de los 50 estados y de Washington DC se reúnen para elegir al presidente unas semanas después del voto popular.
La mayoría de los votos del colegio electoral permanecen constantes a lo largo de los años, por lo que cada elección termina disputándose y ganándose en un puñado de los llamados swing states, donde el voto suele cambiar entre los partidos.
El camino hacia los 270
Millones de estadounidenses votarán en noviembre para elegir al próximo presidente de EE.UU., pero el resultado de la contienda se reducirá a sólo 92 votos del colegio electoral.
Ese es el número de delegados cuyos votos podrían inclinarse hacia uno u otro lado, dependiendo del resultado de la votación popular en siete estados clave.
Otros 31 votantes del colegio electoral proceden de estados donde los márgenes entre los candidatos son estrechos.
Los swing states
Se espera que siete estados decidan las elecciones presidenciales de 2024. Los otros 43 y Washington, DC, se inclinan fuertemente hacia uno u otro partido y no se consideran competitivos.
Los candidatos se centran en las cuestiones que más le importan a los votantes en los swing states y gastan más dinero y tiempo en estos campos de batalla cruciales. En estas elecciones, Trump y Harris han concentrado sus esfuerzos publicitarios y de campaña en Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Georgia, Carolina del Norte, Arizona y Nevada.
Las políticas
La inflación, la inmigración, el aborto y la política exterior son algunos de los temas más destacados para los votantes en estas elecciones.
Harris y Trump se han enfrentado sobre todo por la economía, y el candidato republicano ha pintado un panorama de "caos y miseria" bajo la actual administración. Culpar a la Casa Blanca de la crisis del costo de vida en el país ha sido una estrategia eficaz para Trump, aunque, según algunas mediciones, Harris ha obtenido una estrecha ventaja en esta cuestión. Un reciente sondeo de FT-Michigan Ross mostraba que el 44% de los estadounidenses confiaba en la vicepresidenta para manejar la economía, frente al 42% que se declaraba a favor del expresidente.
A diferencia de muchos sistemas electorales europeos, los candidatos estadounidenses no publican programas oficiales. Históricamente, cada partido presenta propuestas políticas concisas pero bastante abstractas, que esbozan sus planes generales para el cargo. Estas elecciones son especialmente escasas en propuestas detalladas.
Harris ha propuesto una "economía de oportunidades" centrada en los votantes de clase media. Otro de sus principales argumentos es la defensa de los derechos reproductivos de las mujeres. Ha centrado su campaña cada vez más en un contraste con Trump y su carácter, lo que ella dice que es el "extremismo" de su agenda social y económica, y en su negación de las elecciones de 2020 que perdió. "No vamos a volver atrás", se ha convertido en uno de sus lemas.
La plataforma del partido republicano para 2024 establece un plan de 20 puntos para revitalizar la economía estadounidense, reforzar las fronteras de EE.UU. y frenar lo que denomina "declive estadounidense".
Trump ha presentado un programa económico populista que pretende proteger los intereses de la clase trabajadora estadounidense y garantizar los puestos de trabajo en el sector manufacturero nacional sancionando a las empresas que trasladen sus operaciones al extranjero.
El Proyecto 2025 ha sido un tema recurrente, aunque del que el expresidente se ha distanciado formalmente. El controvertido "mandato para el liderazgo" -una propuesta política de la derecha para un segundo mandato republicano redactada y pagada por el think tank The Heritage Foundation- promete "reformar" el Gobierno estadounidense en caso de que gane Trump. Sus propuestas políticas incluyen la criminalización de la pornografía, medidas más estrictas contra el aborto y una drástica ampliación de los poderes del poder ejecutivo.
Financiación de la campaña
Ganar la Casa Blanca es costoso. Entre 2000 y 2020, los candidatos presidenciales estadounidenses gastaron en conjunto u$s16.800 millones en sus campañas electorales, con un récord de u$s6400 millones en 2020.
Se espera que los dos candidatos de 2024 superen el gasto de 2020 y han recaudado sumas muy elevadas para financiar sus gastos. La vicepresidenta Harris experimentó un aumento de las donaciones tras reemplazar a Biden como candidata y quedarse con gran parte de la financiación de su campaña. Sólo en julio acumuló más de u$s300 millones, frente a los u$s139 millones del candidato republicano Trump en el mismo periodo. Los grupos de Harris han conseguido u$s971 millones desde el inicio del tercer trimestre, mientras que Trump se ha asegurado u$s894 millones desde enero de 2023, según el análisis del FT de las últimas declaraciones federales.
El dinero es fundamental en las elecciones presidenciales estadounidenses, pero no siempre garantiza la victoria. Hillary Clinton recaudó casi u$s1000 millones en las elecciones de 2016, casi el doble que Trump (u$s533 millones), pero finalmente perdió en las urnas.
Pacs y super Pacs
Los datos oficiales de recaudación de fondos de campaña son sólo una pieza de un rompecabezas financiero mucho mayor. Las donaciones individuales están limitadas por ley a u$s3300 por candidato y elección, pero los candidatos y aspirantes pueden contar con el apoyo de otros grupos de recaudación de fondos conocidos como comités de acción política o Pacs.
Un Pac puede apoyar a un candidato o una causa y puede recaudar hasta u$s5000 por persona al año, pero en general no puede aceptar dinero de sindicatos o empresas, aunque las empresas y los sindicatos pueden formar sus propios Pacs.
Luego están los grupos conocidos como super Pacs, que pueden aceptar donaciones ilimitadas de particulares o empresas. Aunque los super Pac pueden apoyar o defender a un candidato o una causa, a diferencia de los Pac no pueden contribuir directamente a los candidatos ni coordinarse con ellos.
Las arcas de los super Pac se llenan principalmente con donantes multimillonarios. En el caso de los demócratas, se trata de personas como Reed Hastings, de Netflix, Reid Hoffman, fundador de LinkedIn, y Jeffrey Katzenberg, magnate de Hollywood. Los super Pacs republicanos han recibido financiación de Elon Musk, Ken Griffin, de Citadel, y Stephen Schwarzman, de Blackstone, entre otros.
Gastos de campaña
La mayor parte del dinero recaudado mediante la captación de fondos y los Pacs se destina a la publicidad de campaña en los swing states.
A pesar de gastar mucho más en anuncios en este ciclo electoral que en el anterior, los candidatos se dirigen a menos regiones, optando por concentrar sus esfuerzos en los estados que podrían marcar una diferencia más significativa en sus campañas.
Los partidos
Los aliados de Harris incluyen un elenco de pesos pesados de la política, mientras que el equipo de Trump para 2024 refleja un partido republicano que se ha reconstruido a imagen y semejanza del expresidente en los últimos años.
Además de elegir a un nuevo presidente, los estadounidenses elegirán a los miembros del Congreso cuando voten en noviembre.
Compartí tus comentarios