La fuerte apuesta de BlackRock para dominar un sector clave de los mercados
La operación, valuada en u$s 12,5 mil millones, creará la segunda mayor empresa de infraestructuras del mundo y tiene el potencial de sacudir la inversión en el mercado privado.
BlackRock alcanzó un acuerdo para comprar Global Infrastructure Partners (GIP) por más de u$s 12.500 millones en efectivo y acciones, un movimiento que aumentará sustancialmente la presencia de la gestora -que maneja u$s 10.000 millones en fondos- en el sector de activos alternativos y sacudirá el panorama de la inversión en el mercado privado.
La adquisición de GIP, que cuenta con unos u$s 106.000 millones en activos gestionados, convertiría a BlackRock en el segundo gestor de infraestructuras del mundo, por detrás de Macquarie, y reforzaría el liderazgo de su negocio alternativo.
Entre los principales activos de GIP figuran los aeropuertos de Sidney y Londres Gatwick, el puerto de Melbourne y el grupo de tratamiento de aguas Suez, así como una amplia cartera de energía verde y una participación en un gran oleoducto de shale oil.
BlackRock lanzará su propias herramientas de inteligencia artificial en enero
BlackRock ha acordado pagar u$s 3000 millones en efectivo y 12 millones de sus propias acciones a los seis fundadores de GIP, incluido su presidente, Adebayo Ogunlesi. De las acciones, siete millones se entregarán al cierre, y cinco millones más en cinco años. Los directivos de GIP tienen la intención de distribuir parte de los beneficios entre sus 400 empleados. El grupo se convertiría colectivamente en el segundo mayor accionista de BlackRock.
Larry Fink, fundador de BlackRock, ha estado buscando abiertamente una operación transformadora similar a la compra en 2009 de BGI a Barclays, que dio a BlackRock una posición dominante en la inversión pasiva y le ayudó a convertirse en el mayor gestor de fondos del mundo.
El cortejo de GIP, considerada desde hace tiempo una de las joya de la corona del sector de inversiones alternativas, comenzó en septiembre, cuando BlackRock buscaba capitalizar el rápido aumento de la demanda de fondos de inversión a largo plazo centrados en la descarbonización, la seguridad energética y las redes eléctricas.
"La necesidad mundial de infraestructura, combinada con los elevados déficits que limitan el gasto público, crea una oportunidad sin precedentes para que el capital privado invierta en infraestructuras", expresó Fink junto al presidente de BlackRock, Rob Kapito, en una nota en la que anunciaban la compra.
La operación podría acelerar una ola de consolidación. Las mayores empresas privadas de capital alternativo podrían verse obligadas a plantearse cotizar en Bolsa o asociarse estratégicamente con gestores de activos tradicionales, muchos de los cuales están tratando de aumentar su volumen en los mercados privados.
CVC Capital Partners, General Atlantic y L Catterton son algunos de los principales grupos de capital riesgo que están considerando salir a Bolsa, según ha informado anteriormente el Financial Times.
Por qué BlackRock y Pimco están volviendo a los bonos tras la caída del mercado
La adquisición se produce luego de que BlackRock registrara un beneficio neto ajustado de u$s 1450 millones, muy por encima de los u$s 1330 millones esperados por los analistas consultados por Bloomberg. Los activos gestionados superaron los u$s 10.000 millones por primera vez desde 2021, gracias a la suba de los mercados y a las entradas netas de u$s 96.000 millones en el cuarto trimestre. Los ingresos aumentaron un 7% interanual, hasta u$s 4600 millones, y los márgenes operativos subieron ligeramente, hasta el 41,6%.
La sólida performance y las entradas de capital se producen a pesar de que BlackRock ha sido objeto de ataques de los republicanos por lo que denominan 'capitalismo woke' y de críticas de los activistas climáticos por no hacer más para obligar a las empresas a reducir las emisiones de carbono.
BlackRock también anunció una importante reorganización que, según Fink, "simplificará y mejorará nuestra forma de trabajar", al tiempo que cumplirá con las demandas de los clientes de mayores rendimientos y productos de inversión personalizados.
Larry Fink, de BlackRock: el hombre de los u$s 10 billones que se convirtió en el rey de Wall Street
En infraestructura, BlackRock combinará su actual negocio de u$s 50.000 millones con GIP bajo la dirección de Ogunlesi, que se unirá al comité ejecutivo global y al consejo de BlackRock. Al mismo tiempo, renunciará como director principal de Goldman Sachs.
La empresa también unificará los fondos indexados iShares con fondos activos y cuentas gestionadas por separado bajo un nuevo director de producto, Stephen Cohen. Una nueva estructura de negocio internacional, dirigida por Rachel Lord, pretende impulsar a BlackRock en mercados de rápido crecimiento fuera de los Estados Unidos.
Ejecutivos de empresas financieras rivales llevan años estudiando la posibilidad de adquirir GIP, atraídos por su historial de mejoras financieras y operativas de los activos que compra. Las empresas en cartera de GIP tienen ingresos anuales combinados por u$s 75.000 millones y emplean a 115.000 personas.
La empresa tiene 400 empleados en 11 oficinas, frente a los 20.000 de BlackRock. Ambas empresas tienen su sede en Nueva York.
Antes de la operación, BlackRock ya era un actor importante en los mercados privados, que son la parte de más rápido crecimiento de la gestión de activos y conllevan comisiones significativamente más elevadas. Pero la mayor parte de sus u$s 275.000 millones en activos alternativos están en hedge funds, divisas y materias primas. Algunos analistas e inversores consideran que BlackRock está por debajo de sus posibilidades en los fondos a largo plazo, donde GIP se ha convertido discretamente en un gigante.
El presidente de GIP, Raj Rao, y CFO de BlackRock, Martin Small, dirigirán el proceso de integración. El objetivo de ambas partes es cerrar el acuerdo este verano boreal, pero está supeditado a las aprobaciones regulatorias y al visto bueno de los socios comanditarios de los fondos de GIP. GIP no tiene deuda.
Fink y Ogunlesi se conocen desde que ambos trabajaban en Credit Suisse en los años '80. Ogunlesi llegó a dirigir la banca de inversión del desaparecido grupo suizo antes de fundar GIP en 2006 con el respaldo de Credit Suisse y General Electric.
El sector de las infraestructuras, valorado en u$s 1 billón, se ha visto reforzado por una avalancha de capital privado procedente de inversores institucionales que buscan activos a largo plazo con mayor rentabilidad que la renta fija tradicional. Los analistas predicen que la demanda aumentará a medida que los ricos inversores minoristas sigan su camino.
"Estamos a punto de asistir a una edad de oro de las infraestructuras", afirmó Ogunlesi en una conferencia con analistas.
Michael Brown, analista de KBW, calificó la operación como un "cambio de juego para la plataforma de alternativas de BlackRock", pero advirtió de que la empresa "pagó un precio elevado por un activo elevado".
Compartí tus comentarios