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Nacido en Banfield, el actual Auditor General de la Nación estudió derecho en La Plata y solo de casualidad terminó muy joven trabajando en Sierra Grande, en la empresa Hipasam. A los pocos años Miguel Ángel Pichettose puso un estudio con un amigo, desde donde empezó a representar a los trabajadores mineros que le hacían juicio a la compañía por graves problemas de salud.
Allí conoció al dirigente minero Carlos Cabrera, miembro de la combativa Comisión de los 25, que lo protegió en un hotel de la AOMA de Capital cuando parecía que los militares podían meterlo preso.
Así se fue acercando al peronismo. En 1985 fue elegido intendente y ahí fue que inició su largo camino en el Congreso, primero como diputado provincial, después diputado nacional y finalmente senador nacional, presidiendo el bloque por más de una década.
El 11 de junio de 2019 sorprendió aceptando la candidatura a vicepresidente para acompañar a Mauricio Macri, con quien forjó un vínculo especialmente sólido. Así y todo, no deja de criticar a la gestión de Cambiemos, sobre todo en materia de comunicación. "Los funcionarios de Mauricio no hablaban con los medios ni valoraban la importancia de los medios tradicionales", dice. Aquí, parte del largo diálogo que tuvo con El Cronista.
- ¿Qué pasó con José Luis Espert, con el que tuvo un intercambio de tuits realmente subidos de tono?
- Jamás hablé de Espert, nunca lo descalifiqué ni lo agravié, nunca me metí en su carrera. Probablemente tenga que ver con un dirigente que yo acerque a Juntos por el Cambio, Alberto Asseff (que estaba con Espert). De todos modos, doy por cerrado el episodio. En la política no se puede tener un millón de amigos, pero no tengo agravios, ni voy a seguir hablando. Prefiero dejarlo ahí , no hace al interés de la Argentina.
Nuestro objetivo es armar una gran coalición para gobernar la Argentina, desde los repliegues de la socialdemocracia que está en muchos sectores del radicalismo hasta los libertarios
- ¿No le hace un poco de ruido lo que se llama "la nueva política"?
- Soy un hombre de la política y siempre valoricé la acción de la política. Mi cosmovisión está en el libro que hice con Carlos Reymundo Roberts, que está dedicado a los hombres y mujeres que hacen política, a los que creen que es una actividad que puede cambiar la vida de la gente. Y también a los que no creen, a los que la critican.
La Argentina sale con más y mejor política, la denuncia como mecanismo permanente a hombres y mujeres que hacen política no me parece que es lo que más colabore con los pendientes estructurales que tenemos en nuestro país. Sin política, no hay partidos políticos, ni democracia. Es comprensible que gente nueva intente construir un discurso diferenciador, pero no estoy seguro de que sirva para cambiar cosas que son imprescindibles de cambiar en el Congreso, por ejemplo.
¿Usted cree que hay que incorporar a los sectores liberales o libertarios a la coalición que hoy es opositora?
- Claro, se necesita un programa claro de corte capitalista que libere la energía de los argentinos, y creo que todos tenemos que trabajar para eso. Nuestra obligación es trabajar para eso, armar una gran coalición para gobernar la Argentina, desde los repliegues de la socialdemocracia que está en muchos sectores del radicalismo hasta los libertarios. El PRO necesita recuperar una sector que originalmente fue la base del partido originalmente.
Después están los matices, yo no voy a entrar en esos detalles, porque mi compromiso es hacer una base programática para sacar a la Argentina de la decadencia, sin improvisaciones.

- Usted viajo a Nueva York antes de candidato a vicepresidente, ¿no? Macri siempre quedó muy agradecido por la manera en que respaldó el proceso democrático.
- Sí, estuve reunido con todos los fondos de inversión. Estaba programada mi visita para dar una charla para estudiantes latinoamericanos de la facultad de derecho de la Universidad de Yale, en un posgrado. Y después di una charla para abogados corporativos con clientes en la Argentina en la Universidad de Columbia. Después estuve con Barclay's y otra en el HSBC, pero fundamentalmente hablé con todos los acreedores, preocupados porque Macri pudiera perder las elecciones.
- Todavía no lo conocía prácticamente a Macri, incluso.
- Ojo que yo desde 2016 estuve tratando de armar con otros peronistas como Juan Schiaretti un peronismo nacional, federal, capitalista. Llegamos a juntar ocho gobernadores en una reunión en Mar del Plata. Después todo eso se frustró.
EL PERONISMO Y MACRI
- ¿Por qué cree que tantos peronistas que piensan muy parecido al PRO no dejan el peronismo? ¿Hay un prejuicio contra Mauricio Macri?
- Bueno, es una decisión compleja dejar el peronismo. Implica una ruptura con muchas creencias, a pesar de que buena parte de los peronistas tienen una visión capitalista, no pobrista.
Como finalmente tenía (Juan Domingo) Perón, que no le hablaba a los marginales sino a los trabajadores, porque quería que se produzca, se exporte, se generen inversiones. Hay una mirada del kirchnerismo y de La Cámpora que en su momento vi claramente que atrasaba y no me parecía avalar ese retroceso, cuando desde 2016 intentaba aportar en la construcción de un peronismo republicano, moderno, abierto al mundo. En el 2019 yo vi que no iba a funcionar el armado que hizo Cristina Fernández de Kirchner, era una anomalía.
Es una decisión compleja dejar el peronismo. Implica una ruptura con muchas creencias, a pesar de que buena parte de los peronistas tienen una visión capitalista, no pobrista.
- Pero hay algún prejuicio en el peronismo contra Macri. ¿Por qué?
- Hay mucha gente que no lo conoce, pasó días secuestrado, construyó su futuro en controversia con su padre y tiene una intuición hacia donde tiene que ir el país que es realmente interesante. Aunque creo que es mejor el Macri posderrota que el que llegó a la Presidencia, se movilizaron fuerzas en la sociedad muy importantes, la coalición quedó en casi 41%. Estoy seguro de que un par de semanas más y hubiéramos ganado.
CULPA DE MARCOs PEÑA
- ¿Y por qué no se ganó? ¿Marcos Peña tuvo responsabilidad en la derrota?
- No quiero mencionar a nadie en especial, pero está muy claro que tenían una visión de la comunicación equivocada. No daban reportajes a los medios, solo hablaban a través de las redes sociales. También los medios tradicionales siguen siendo importantes para buena parte de la población. Se equivocaron en darle importancia.
Los medios de comunicación tienen que tener un compromiso con el seguimiento y las críticas a la gestión, y los dirigentes tienen la obligación de escuchar, entender y explicar. Había decisiones que iban en el rumbo correcto pero no se explicaron. Creían que no era necesario explicar la toma de decisiones, aunque fueran en el rumbo correcto, como fue la actualización tarifaria.
- Está haciendo un partido y participa de la mesa nacional de Juntos por el Cambio. ¿Quiere ser candidato a presidente?
- Si, estamos haciendo un partido que se va a llamar Encuentro. Ya tenemos la personería en CABA y le estamos dando escala nacional. En efecto, participo de la mesa nacional de JxC, por eso me parece importante tener un partido, para estar en igualdad de condiciones con los presidentes de los demás partidos que forman la coalición. En cuanto a candidaturas, no quiero sumarme a la confusión general.
Mi objetivo este año es colaborar para la instalación de los cambios estructurales que la Argentina necesita para salir adelante, para lo que obtuvimos una representación muy importante en ambas Cámaras. Aunque al kirchnerismo no hay que subestimarlo, tiene capacidad de lograr adhesiones de legisladores de provincias con pocos recursos.

- ¿Pero apoyarán un acuerdo del Gobierno con el FMI?
- Somos una oposición democrática. Si Alberto Fernández plantea una salida racional, yo estoy seguro de que Juntos por el Cambio va a estar acompañando, aunque si lo que presenta es un dibujo sin sustancia, no podremos hacerlo, porque será perjudicial para el país
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