Alberto se encuentra reunido con los gobernadores para analizar la nueva etapa de restricciones

El presidente Alberto Fernández está reunido en este momento con un grupo de gobernadores y al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, para seguir la deliberación que había iniciado el martes con los restantes mandatarios provinciales a fin de consensuar medidas para contrarrestar el aumento de casos y la delicada situación del sistema sanitario por la virulencia de la segunda ola de coronavirus.

Fernández convocó por videoconferencia al gobernador bonaerense, Axel Kicillof; y a los mandatarios de Chubut, Mariano Arcioni; Córdoba, Juan Schiaretti; La Pampa, Sergio Ziliotto; Mendoza, Rodolfo Suárez; Neuquén, Omar Gutiérrez; Río Negro, Arabela Carreras; San Luis, Alberto Rodríguez Saá; Santa Cruz,  Alicia Kirchner; Santa Fe, Omar Perotti, y Tierra del Fuego, Gustavo Melella, a los que se sumó Rodríguez Larreta.

El llamado a discutir los pasos a seguir sirvió para cristalizar una serie de entendimientos con los mandatarios y para recibir recomendaciones sobre medidas a adoptar, de acuerdo al riesgo epidemiológico de cada distrito. Los gobernadores, según pudo saber El Cronista, se dividen entre aquellos que quideren aplicar más cierres -es el caso de la rionegria Arabela Carreras, que decidió confinar prácticamente Bariloche- y aquellos que creen que las medidas vigentes son las adecuadas.

El presidente y su gabinete consideran que las restricciones impuestas con el DNU 241 surtieron el efecto deseado, en tanto desaceleraron el incremento de casos, pero mantienen en tensión la capacidad del sistema sanitario. Por eso, la Casa Rosada reclamó que desde el fin de semana rijan mayores controles, fiscalizaciones e incluso clausuras si no se obedecen las disposiciones.

En este escenario, el presidente espera los datos epidemiológicos del jueves y viernes para anunciar, en el transcurso del último día hábil de la semana, la continuidad de las limitaciones de circulación por otros 15 días, en similares términos a los actuales, pero con "ligeros cambios", confiaron funcionarios del entorno del jefe de Estado.

Así las cosas, en los conglomerados urbanos donde el riesgo epidemiológico sea elevado, como es el caso del AMBA y otras urbes del país, se mantendrá el "toque de queda" nocturno, entre las 20 y las 6, y el cierre de comercios no esenciales a las 19. 

El Gobierno, en tanto, pretende que la mayoría de los niños y jóvenes escolarizados pasen a la virtualidad, resistida en la ciudad de Buenos Aires, que aguarda la resolución del amparo elevado a la Corte Suprema. La Casa Rosada y la exmunicipalidad discuten un esquema intermedio, de "presencialidad administrada", con ciertos alumnos acudiendo a los establecimientos y el resto siguiendo el aprendizaje desde sus hogares.

Con todo, el nuevo decreto con firma del presidente traerá novedades. Se esperan más limitaciones a las actividades de emprendimientos gastronómicos, recreativos y culturales que suponen el aglutinamiento de gente. 

La Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad -cuyo jefes de gabinete se vieron el lunes- consensuaron extremar los controles en el transporte y debaten por estas horas cierres de actividades que motivan el desplazamiento de gran cantidad de gente. La construcción privada está sujeta a evaluación.