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Inflación: el pésimo escenario optimista del Gobierno y la esperanza de que el shock haya pasado

Los funcionarios admiten que 2022 puede terminar con un IPC del 65% anual y que, en este escenario, sería una buena noticia que baje del 60%. Los precios desaceleran, pero existen dudas sobre el nuevo piso y las herramientas del Gobierno para contenerlos.

Una inflación anual debajo del 60% es un escenario "optimista", según una alta fuente oficial. El Ejecutivo ya no descarta que 2022 termine con un Índice de Precios al Consumidor (IPC) en torno a 65%, como estiman distintos consultores. Sin embargo, no existe, en el Gobierno, una nueva proyección oficial, más allá del rango de 38 a 48 por ciento explicitado en el programa económico acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Los altos funcionarios esperan que el índice mensual desacelere de manera marcada desde este mes. "Esperamos que en mayo haya un descenso de la tasa de inflación intermensual, pero claramente la inflación es un tema central de la política económica, porque es un mal y hay que atacarla de forma decidida y consistente, para que se logre resolver el problema en forma duradera", dijo el ministro de Economía, Martín Guzmán, en TN.

El Gobierno espera que la inflación desacelere en mayo a cerca de 4%

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La expectativa es que se ubique en un rango de entre 3 y 4 por ciento. Las fuentes argumentan que el shock internacional ya pasó y que, ahora, ese impacto debería estabilizarse. Del otro lado, la suba de los combustibles impactará en el indicador.

Los aumentos de las naftas agregarán presión al IPC de mayo.

Fuentes del sector privado indicaron que las remarcaciones en los insumos para producir "se amesetaron", luego de una suba del 5% en dólares que Siderar comunicó a comienzos de mes a sus clientes. También los fletes internacionales registraron una baja. "Con la inflación inercial y los aumentos salariales, va a ser complicado", sostuvieron en una cámara empresaria.

¿Qué herramientas tiene el Gobierno?

Existen divergencias entre los consultores y los funcionarios sobre la velocidad a la que puede correr la inflación en los próximos meses. En el Ejecutivo esperan que mayo dé inicio a una desaceleración más o menos consistente, aunque a tasas más elevadas que las previstas hace unos meses. Auguran que los precios se muevan a un rango de entre 3 y 4 por ciento de aquí a fin de año y que las paritarias y los refuerzos a los sectores informales empiecen a devolver poder adquisitivo para no detener el consumo.

Los economistas del mundo privado son más pesimistas. Según el último reporte de LatinFocus, de marzo, el promedio de estimaciones dio 57%, con una fuerte aceleración desde el 50,7 de enero y el 52,3% de febrero. Y con un rango de respuestas de entre 40% (Fitch) y 73,4% anual (Econométrica).

LCG, que releva semanalmente el precio de los alimentos, notó en la primera semana mayo una suba de 1,2%, apuntalada por carnes y bebidas. "La inflación promedio mensual se estabilizó en torno a 5%", afirmó.

Rodrigo Álvarez coincide con la visión oficial de que el shock internacional fue el gran causante de la inflación de estos meses, aunque advierte: "Va a empezar a aflojar en mayo, pero desde los niveles más altos que dejan marzo y abril; no vemos a la inflación bajando a un rango de 3,5 - 4% hasta diciembre y el año cerrará en torno a 65%".

En su visión, debería haber "una baja importante en la inflación de alimentos", pero las tarifas, los combustibles y un aumento en la velocidad de depreciación del peso para cumplir con el acuerdo con el FMI agregan presión a los precios. Otro posible shock, advierte, es la restricción a las importaciones para acumular divisas, que puede encarecer el costo de reposición de insumos, piezas y bienes finales.

Se espera que los precios de los alimentos desaceleren, pero la carne volvió a subir en mayo.

Juan Pablo Ronderos, socio de la consultora MAP, también espera una desaceleración desde niveles muy altos. "La pregunta es qué capacidad tiene el Gobierno para hacerla desacelerar, y la respuesta no es clara", afirmó. Y traza escenarios: si el IPC viaja al 5% promedio mensual, el año termina con una inflación de más de 80%; si lo hace al 4%, el número final estará cerca de 70%. Y si lo hace a 3,5%, en torno al 65%. "El programa con el Fondo, de cumplirse, es consistente pero no es de estabilización. Alcanza para que las cosas no se deterioren más. Siempre que el programa se cumpla, y tenemos bastante dudas", añadió. 

Analytica agrega que, según la experiencia histórica, "a los actuales porcentajes de aumento nominal de los salarios le siguen saltos inflacionarios". En opinión de la consultora, "la única ancla con la que cuenta el Gobierno para combatir la inflación y el deterioro social son las expectativas". Para eso, "el cumplimiento de las metas trimestrales acordadas con el FMI es clave".

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