Macri vuelve a la campaña y define hoy su apoyo electoral: ¿Bullrich o Milei?
En el radicalismo están convencidos de que el ex presidente quiere romper la coalición opositora. En el PRO se afirma un sector que no está dispuesto a darle gobernabilidad a Javier Milei, en caso de ganar las elecciones.
"Finalmente, la gente hace lo que puede. Si la respalda explícitamente, van a decir que la quiere manejar. Si no la respalda explícitamente, van a decir que juega para (Javier) Milei. Cualquier cosa que haga va a generar malentendidos. Entonces se va de viaje para que nadie le rompa las bolas, porque viene y no sabe si sirve para algo", dijo temprano por la mañana a El Cronista un dirigente del PRO que conoce muy bien a Mauricio Macri y jugó con Patricia Bullrich en las primarias.
La semana pasada, un allegado del expresidente comentó que "Mauricio no entiende a Patricia, no entiende qué quiere que haga". Cerca de Bullrich, en cambio, hay quienes están convencidos de que Macri boicotea la candidatura de la presidenta en uso de licencia del PRO y temen que siga elogiando a Milei y las posibilidades que su eventual presidencia brindan al cambio profundo de la Argentina.
"Nunca en la historia electoral de nuestro país sucedió que el padre de una criatura (el PRO y Juntos por el Cambio) elogiara a su candidata y también al candidato de un partido que compitió contra ellos y le sacó semejante cantidad de votos", aseguró un importante dirigente radical con varias cuentas pendientes contra el exmandatario.
Es verdad que Macri siempre fue alguien distinto, con sus propias visiones en general de todos los asuntos, también en política. Aceptó la domesticación pública que en su momento le impuso Marcos Peña para romper con el 50% de imagen negativa que tenía.
Logró que, por primera vez, llegara un empresario a la Presidencia. Pero sin carrera electoral, ¿qué incentivo tiene Mauricio para moverse en los límites de lo políticamente correcto? "¿Si al mismísimo Milei le perdonan cualquier barbaridad que diga y haga, por qué yo no puedo?", parece decir.
Como sea, Macri está en Buenos Aires y la política está a la expectativa de cómo resolverá en público el intríngulis de su respaldo a Bullrich, que se descuenta. Es que no solo escucharán lo que declare, sino cómo, con qué convencimiento, buscando interpretar cada gesto, reunión, cualquier guiño.
La agenda de Macri en su regreso de Europa
El presidente de la Fundación FIFA pasó las últimas tres semanas fuera de la Argentina. Jugó el campeonato mundial de bridge en Marruecos, representando a la Argentina y más tarde estuvo unos pocos días en Buenos Aires, donde mantuvo un encuentro con Bullrich, y se volvió a ir.
Tenía previsto un viaje sobre el que no dio demasiadas precisiones, entre otras cosas, porque no le gusta que se conozca demasiado su agenda. Suele decir que viaja "a Europa".
Hoy lunes irá a la televisión, a un canal de noticias. Mañana martes tenía una reunión con un grupo de diplomáticos y expertos en relaciones internacionales del PRO, que decidió suspender. Su gente supuso que podría leerse como una preparación para "el puesto" que le ofreció Milei como "embajador plenipotenciario".
El miércoles tiene previsto hablar en el almuerzo semanal del Rotary Club de la Ciudad de Buenos Aires. Sucede que Macri fue invitado en reiteradas oportunidades a disertar en la entidad, pero siempre se excusó. "Esta es la primera vez que nos dice que sí, así que nos parece obvio que necesitaba un escenario para dar a conocer algún mensaje", especuló un conocido rotario.
El bullrichismo no duda al respecto. "Mauricio Macri quiere que gane Juntos por el Cambio, que gane el PRO y que gane Patricia, que es quien tiene el liderazgo, el equipo y el plan para cambiar la Argentina y desterrar al kirchnerismo para siempre", aseguran, aunque en confianza reconocen que no les gusta que haya sembrado confusión. "No es el momento de garantizarle gobernabilidad al loco", se escuchó en el bunker bullrichista la semana pasada.
Puertas adentro también hay temor en torno al futuro de Juntos por el Cambio, incluyendo la posibilidad de una ruptura en caso de que gane Milei la elección. Y hasta hubo quienes lo explicitaron. Fue el caso del diputado Emilio Monzó -pronosticó la ruptura de la coalición- y del candidato a diputado Nicolás Massot -que dijo que Macri era ambiguo en su respaldo-, dirigentes del PRO que terminaron la gestión cambiemita muy distanciados de Macri.
Más críticos son los radicales, que están convencidos de que Mauricio quiere desembarazarse cuanto antes de la UCR y la Coalición Cívica. "Hace tiempo que quiere virar a posiciones de ultraderecha que son indigeribles para nosotros, y él lo sabe. Tal vez la contundente victoria de Maximiliano Pullaro en la provincia de Santa Fe sea un freno para sus intenciones", comentaron hoy.
El radical Pullaro ganó la gobernación en alianza con el PRO y el socialismo, un modelo que también fue exitoso en San Luis, San Juan y Chubut, es decir, amplias coaliciones para poner freno al kirchnerismo en sus diferentes representaciones territoriales. Pero ese paradigma no resultó igualmente efectivo a la hora de elegir candidato presidencial.
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