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El secreto de las encuestas políticas: cómo leer sus resultados y saber si son confiables

De cara a los comicios que se avecinan ya proliferan infinitos sondeos de opinión. ¿De qué manera se puede detectar si se trata de estudios bien realizados. ¿Sirven las encuestas para predecir resultados? Qué dicen los expertos.

Intención de voto, margen de error, ficha técnica, empate técnico, IVR y siguen las firmas. A poco más de cuatro meses de las próximas elecciones nacionales -las PASO se realizarán el 13 de agosto- los términos propios de las encuestas políticas inundan los celulares de los votantes y los despachos de los posibles candidatos.

Pero, ante tal cantidad de sondeos de opinión, surge la inquietud acerca de la validez y rigurosidad de cada uno. ¿Cómo se puede diferenciar entre aquello que tiene una intencionalidad política, que busca una profecía autocumplida, de un trabajo profesional serio?

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"La calidad del estudio está en los procedimientos. Y muchas veces esa información no está disponible en la ficha técnica", lanza Lucas Romero, director de Synopsis Consultores. Igualmente, reconoce que cuanta más información haya cuando se presentan los resultados de un estudio, más confiable va a ser el dato.

El analista político se detiene sobre un punto que suele ser mencionado como el más importante, pero que tal vez no lo es. "La cantidad de casos no es un dato inexorable de calidad del estudio. Una muestra de 1000 casos puede ser más robusta y representativa que una de 10.000", ejemplifica. En resumen, sostiene que la calidad del estudio radica en "el cumplimiento de los procedimientos", como la aleatoriedad de la selección de casos.

El modo en que se recogen los datos en las encuestas es clave a la hora del diseño. Las principales opciones son presencial, telefónico (ya sea automatizado o con una persona) u online. Cada una tiene sus ventajas y desventajas y también diferencias obvias en los costos. Según Romero, los muestreos presenciales "siempre son más confiables por razones de cobertura y taza de respuesta".

En este contexto, señala, son más confiables que de costumbre por un fenómeno particular. "Las metodologías telefónicas y online están teniendo un sesgo muy marcado hacia sectores políticamente interesados en contestar encuestas. Entonces eso impacta en los resultados. Están subrepresentados los menos politizados, por lo que se ven magnificadas las posiciones extremas", desarrolla.

Florencia Filadoro, al frente de Reyes Filadoro y presidenta de la Asociación Argentina de Consultores Políticos, explica el problema de los costos: las presenciales son más caras -requieren encuestadores "de carne y hueso, con un salario"- pero también más confiables. Por ejemplo, son la única forma de llegar a sectores de menores ingresos.

Entonces abre la posibilidad a la combinación de metodologías: presenciales con estudios online. "De esta manera podemos obtener una buena calidad de dato, asegurarnos que sean representativas de todos los segmentos de la población pero sin incurrir en costos tan altos", sostiene.

En este punto coincide Juan Germano, director de Isonomía Consultores. Revela que trabajan "en un 80% con encuestas presenciales", y agrega otro factor: son las que tienen menor nivel de rechazo. Es decir, para conseguir un caso se necesitan "menos tocadas de puerta".

De esta forma, cuenta que "volvimos a hacer encuestas como en los años 30, lo que tiene problemas asociados: son más costosas, largas y lentas. O los encuestadores no pueden entrar a ciertos barrios o les pueden robar". Igualmente, explica que no en todos los lugares funciona igual: "en la Ciudad de Buenos Aires, por haber tantos edificios, cuestan más las presenciales. En cambio, en La Matanza, salvando los temas de seguridad, por la relativa digitalización, termina siendo mejor encuestar de manera presencial".

De cualquier modo, Germano señala que el mayor problema actual no es metodológico, sino que "parte de la ciudadanía está eligiendo no responder encuestas. Y las personas que no quieren contestar se comportan distinto de las que sí contestan. Son diferentes en términos políticos, en consumo de medios y en el voto".

A la hora de leer una encuesta, Paola Zuban, directora de Zuban Córdoba, coincide en que "lo primero es ver la ficha técnica, ya que indica la metodología utilizada. Los datos de cantidad de casos, población objetivo, instrumento de recolección, margen de error y ámbito geográfico son fundamentales para determinar los sesgos que pueda tener". 

Si bien reconoce que es difícil "que todos comprendamos estas cuestiones específicas, pero al menos podríamos tener en cuenta si la encuesta es domiciliaria, ya que este es el método que mayor validez arroja sobre los resultados".

"La cantidad de casos no es un dato inexorable de calidad del estudio. Una muestra de 1000 casos puede ser más robusta y representativa que una de 10.000", sostienen los encuestadores


Aciertos y predicciones

Que Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta disputan la interna de Juntos por el Cambio; que Cristina Kirchner tiene el piso más alto del Frente de Todos, pero también un fuerte rechazo; que Javier Milei puede meterse en la segunda vuelta. Existen muchas conclusiones que se pueden obtener de los resultados de una encuesta. Pero, a esta altura del año, ¿sirven para predecir lo que pueda suceder?

Para Romero, se necesitan dos condiciones para que haya capacidad de predicción. La primera -sostiene- "es que la oferta esté claramente definida. Y la segunda condición es que la demanda conozca a la oferta". De esta forma, señala que "esas dos condiciones no las vamos a tener antes de julio. Entonces hoy tenemos trazos gruesos, caracterizar hacia dónde vamos o qué mecánica de competencia podemos tener. Pero de ninguna manera hoy podemos hacer una encuesta predictiva".

En cuanto a los servicios prestados, Filadoro sostiene que "los consultores no utilizamos las encuestas electorales para predecir resultados, sino para comprender el contexto y cuáles son las tendencias de las variables que estamos analizando. Está en un segundo plano cuál es la posición del candidato en cuestión, lo más importante para evaluar es si el mensaje está impactando en los sectores que necesitamos, cómo impactan las campañas de los otros equipos". 

Igualmente, según su visión sí existe un tipo de encuesta que se realiza para predecir, que es "el boca de urna. Ahí es importante considerar que la metodología debe ser presencial".

Germano, por su parte, considera que "las encuestas electorales sirven más para describir que para predecir. Por eso es el gran tema de las investigaciones". Zuban, finalmente, es más tajante y lanza que "definitivamente no sirven para predecir, sirven para diagnosticar. No obstante, muestran tendencias de voto desde varios meses antes de las elecciones".

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