El nuevo mapa electoral despierta dudas, contradicciones y miedos en Argentina
La decisión de Cristina Kirchner de bajarse de la candidatura redefinió el escenario de cara a octubre. Los problemas que se le presentan al Frente de Todos, dudas en las filas de Milei y escollos en Juntos por el Cambio.
Con la renuncia de Cristina Kirchner a su candidatura presidencial, que se suma al abandono de la batalla electoral ya anunciado por Alberto Fernández y Mauricio Macri, se completó el nuevo mapa electoral de la Argentina que se viene y que despierta muchos interrogantes, desnuda contradicciones y plantea los miedos que hay en la ciudadanía.
La radiografía del nuevo mapa electoral no es aún completa porque faltan definiciones de candidaturas y alianzas. Pero la decisión de la vicepresidenta de no presentarse en octubre establece en adelante un nuevo escenario que deja a un lado el exceso de personalismos en la pelea electoral de la Argentina y fijará en adelante el peso de los partidos con figuras que hasta ahora no aparecen muy destacadas en el nuevo mapa.
Incógnitas a futuro
Cristina Kirchner dejó planteada una duda que carcome en estos días al Frente de Todos y es la posibilidad de no entrar en el ballotage. La vicepresidenta habló de tres tercios en la intención de voto: uno representado por "la bronca" que se expresa a través del libertario Javier Milei, el otro por Juntos por el Cambio y el tercero es el Frente de Todos.
Frente a la decisión de Cristina Kirchner de abandonar la pelea electoral el politólogo y director de la Consultora Synopsis, Lucas Romero, aventuró que "lo que hay por delante en el Frente de Todos no es una victoria".
¿Podrá quedar en tercer lugar el peronismo por primera vez en la historia reciente de la Argentina? Nadie del Frente de Todos cree que esto sea posible aunque hay una dosis importante de preocupación por la ruptura del bipartidismo o bifrentismo que despierta en el electorado la irrupción de Milei.
De hecho, la mayoría de las encuestas dan cuenta de esa división en tres tercios que se encuentra hoy la intención de voto en la Argentina donde Juntos por el Cambio reúne cerca del 25%, otro 25% está asignado al Frente de Todos y algo más de un 20% es para Milei.
La última encuesta de Analía Del Franco Consultores confirma que las elecciones no se resolverán en octubre, ya que en todos los escenarios los candidatos no alcanzan el porcentaje suficiente para imponerse en primera vuelta.
A esta incógnita se le suma la lista aún no definida de candidatos presidenciales. Si bien en Juntos por el Cambio ya está definida la grilla de postulantes en el oficialismo no hay aún un listado completo de candidatos. En el oficialismo, después del desplante de Cristina Kirchner en el FDT esperan que la vicepresidenta bendiga a un candidato o que, eventualmente, Axel Kicillof deje la pelea bonaerense para subirse al ring nacional.
En el espacio de Milei la presentación de su compañera de fórmula, Victoria Villaruel, generó más inquietudes que certezas. Es que mucho libertarios esperaban contar a referentes de otros sectores para sumar votos en la fórmula de Milei.
A todo esto se le suma la incógnita que despertó en el PRO la decisión de Patricia Bullrich de poner al intendente de Lanús, Néstor Grindetti, como candidato a a gobernador bonaerense.
Nadie sabe a ciencia cierta si el jefe comunal del PRO cuenta con un alto nivel de conocimiento o si le traccionará votos a Bullrich en el complicado mapa del conurbano bonaerense. Tampoco está muy claro si el electorado porteño de Juntos por el Cambio avala la idea de definir un candidato a dedo como sugieren Rodríguez Larreta y Bullrich.
El otro gran dilema que se presenta en el nuevo mapa electoral para el Frente de Todos es si finalmente se consagrará un candidato por medio de las PASO o se impondrá la idea de Sergio Massa de definir por consenso un candidato único. El albertismo, Daniel Scioli y Agustín Rossi bregan porque haya PASO. Pero no piensan lo mismo en el kirchnerismo. La incógnita que despierta este dilema es saber hasta qué punto una definición a dedo terminará siendo perjudicial para el postulante designado o no.
Contradicciones
En el raid electoral que se dio hasta ahora en las provincias hubo una amplia victoria de los oficialismos provinciales liderados por el peronismo o aliados al Gobierno. Esto se vio reflejado en Tierra del Fuego, La Pampa, San Juan y Salta. Paradójicamente a nivel nacional las encuestas no muestran una buena performance del Frente de Todos.
Se vislumbra así una clara contradicción entre el voto favorable al PJ en las provincias pero no así en la Nación. Esto es: un claro desenganche de los resultados del interior del poder central.
No es casual que gran parte de los gobernadores del PJ hayan decidido desdoblar los comicios locales de los nacionales para evitar un efecto de derrota por arrastre. Habla en este caso de una contradicción visible entre la realidad nacional y la del interior aunque en ambos casos la economía golpea por igual a los ciudadanos de todo el país.
Está claro que la tendencia que marcan las encuestas de un gobierno nacional debilitado y con mala imagen se profundizó sustancialmente en los últimos meses. La reciente encuesta de Celag.org revela que la gestión de Alberto Fernández tiene el 77% de imagen negativa y que pesa mucho las decisiones en materia económica.
Otra de las contradicciones que plantea el nuevo mapa electoral es que a pesar de que Cristina Kirchner y Mauricio Macri decidieron dar un paso al costado en la pelea por la presidencia, la figura de estos ex presidentes sigue siendo gravitante en el armado electoral de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos.
¿Lograrán los candidatos de estas fuerzas despegarse de una vez del fantasma de Macri y Cristina que los acecha todo el tiempo? De esta definición también dependerá la idea de un Presidente títere o no hacia el futuro.
La otra contradicción visible en este nuevo mapa electoral es que la figura de Milei no logró arrastrar votos en el interior del país. En los reciente comicios provinciales los referentes del libertario no lograron pasar el 8% de los votos. Esto habla de un fenómeno que contradice cualquier pronóstico. Es decir, mientras que a nivel nacional Milei parecería ser "el cuco" que espanta a Juntos por el Cambio y el FDT, en las provincias no se da este correlato. ¿terminará siendo Milei un fenómeno porteño o apenas un efecto del marketing político de la coyuntura?
Miedos latentes
Tanto en el electorado nacional como en las provincias prevalece un temor a una debacle mayor de la economía. La inflación, los altos niveles de pobreza y el desempleo golpean fuertemente en votante y sin dudas esta es una mala noticia para un ministro de Economía como Sergio Massa que busca ser candidato presidencial.
La última entrega del Monitor del Humor Político y Social, que D'Alessio Irol/Berensztein elabora de manera exclusiva para El Cronista, reveló que la inflación aparece como el mayor problema para los argentinos. Le sigue por debajo la inseguridad, la situación de la económica en general, la falta de propuestas para el crecimiento y en última instancia los problemas de corrupción del poder.
Estos datos despiertan alarma en las filas del oficialismo. Se suma a ello la idea de un presidente como Alberto Fernández sumamente debilitado, a quien le costará mucho llegar hasta el final de su mandato porque a siete meses de diciembre ya es un Pato Rengo que no tiene mayor gravitación en la vida política de los armadores electorales.
El gobierno impone la idea del "miedo a Milei" para evitar la atomización de los votos. Pero no logra frenar el drenaje de votos propios que se van a otros sectores.
En las filas de los libertarios el miedo es otro: la ausencia de fiscales para controlar las elecciones. Los seguidores de Milei hacen cálculos y evalúan que para asegurar un control electoral en octubre necesitarán demás de 150.000 voluntarios como fiscales y hoy apenas cuentan con no más de 40.000.
El miedo latente en las filas de Juntos por el Cambio radica en el día después de los comicios. Es decir, se muestran confiados en una victoria en octubre aunque saben que la economía no estará nada bien y será muy difícil mejorar las condiciones en la Argentina con un peronismo en contra.
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