Debuta el "dólar agro" pero se descuenta una pérdida irreversible por la sequía
No sólo cae la proyección de cosecha por la falta de agua, aseguran que el impacto se sentirá con fuerza en empleos, insumos y servicios asociados al campo
El "dólar agro" empezará a regir desde este lunes con el objetivo de paliar el efecto de la sequía en el sector agropecuario que derribó el ingreso de divisas al Banco Central (BCRA), en el primer trimestre del año. El gobierno espera al menos u$s 5000 millones en el más corto plazo de la mano de la soja en especial pero un análisis privado refleja que las consecuencias adversas persistirán con mayor distorsión de precios en la cadena de comercialización en el mercado local y más inflación.
En un escenario donde la proyección de cosecha de soja, trigo y maíz cayó cerca de 50 % (50 millones de toneladas), "en algún momento no habrá más para anticipar; ningún incentivo servirá para lo que no existe", destacó David Miazzo, economista en jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).
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Aunque destacó que el "dólar agro" no resuelve el trasfondo del problema, Miguel Zonnaras, presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (CaCEC) explicó que "para analizar la decisión hay que partir de dos puntos: la fuerte sequía y, en consecuencia, la caída de reservas".
En ese sentido, advirtió que el daño económico en el interior del país puede multiplicarse al menos por 5, por la dependencia del empleo -directo e indirecto- del agro.
Efecto global
Lejos de los cálculos más grosos, el empresario apuntó al efecto colateral que se reflejará en "camiones, combustible, viáticos, estadías, compra de insumos en distintos pueblos del país; menos reparación de maquinaria; construcción y todos los servicios asociados".
"La dinámica virtuosa del sector agropecuario en el interior del país generará un efecto inverso", apuntó Zonnaras.
En números, Miazzo confirmó que el volumen de reservas actual, en torno los u$s 1500 millones, alcanza para cubrir "una semana de importaciones" y, en relación al "efecto global" de la sequía, estimó que puede descontar otros 2 puntos al PBI -unos u$s 13.000 millones-, por encima de los u$s 20.000 millones que caerá la liquidación del agro según distintas entidades privadas, que ya descuentan entre 3 y 3,5 puntos del producto.
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Aunque los analistas son cautos al calcular efectos prácticamente imponderables la proyección anticipa una pérdida superior a los u$s 30.000 millones para este 2023.
En ese sentido, un estudio de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), describe que el golpe sobre la "fábrica a cielo abierto" del campo ha sido "dramático" en cultivos, animales, recursos naturales con un "vendaval de pérdidas".
Sólo enfocando en los cultivos de soja, trigo y maíz que representan en conjunto del 87% de la producción de granos en Argentina y del 43% de las exportaciones totales del país, las pérdidas para el sector productor superan los u$s 14.140 millones.
"Si sumamos el impacto en menor demanda de fletes, labores, servicios financieros, entre otros, las pérdidas totales para la actividad económica nacional ascienden a u$s 19.000 millones", describe el informe.
"En otras palabras -agrega-, la sequía ya se ha cobrado 3 puntos del PBI argentino estimado para el año 2023".
En diálogo con El Cronista, desde la BCR, aseguraron que el dato es una estimación "conservadora" de las consecuencias de la sequía en la economía real por su impacto en todas las cadenas agroindustriales.
Mejor precio y más inflación
Desde la cartera de Economía, no desestiman el daño que produjo la sequía en la producción, pero aseguran que "las estimaciones propias de pérdidas rondan los 12 o 13 mil millones de dólares y podría ser menores también".
Como corolario de un año que planteará serias dificultades al Gobierno, y específicamente a la cartera que conduce Sergio Massa, otro de los efectos colaterales de la nueva herramienta para atraer divisas es la inflación.
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"Una devaluación no va a solucionar el efecto que produjo la falta de agua, heladas y granizos en las economías regionales", señaló Ernesto Mattos director del Instituto de estudios para el desarrollo productivo y la innovación de la Universidad Nacional de José C. Paz.
En ese sentido marcó que el "dólar para que el exportador venda mejor afuera, inevitablemente va a generar aumento de precios y eleva a 110% la proyección de inflación anual".
Como alternativa, el economista planteó que es necesario recuperar el fondo de emergencia agropecuario como herramienta para delinear las políticas económicas y, en paralelo, marcó que "no es un mal momento" para aplicar la ley de abastecimiento para "encarrilar" la falta de cumplimiento de las empresas en los acuerdos de precios.
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