Alberto pidió un mejor acceso a las vacunas y prometió políticas de consenso para la economía
El Presidente expuso ante el Foro Económico Mundial. Aseguró que la reestructuración de la deuda con el FMI está encaminada, y prometió poner en marcha el Consejo Económico y Social.
El presidente Alberto Fernández hizo un llamado a la comunidad empresarial internacional a dejar atrás el "capitalismo infeliz" y embarcarse en una profunda transformación de las estructuras globales durante una alocución ofrecida a los participantes del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) que en esta ocasión se celebra totalmente de modo virtual, y no en la tradicional localidad alpina de Davos, en Suiza.
Las palabras de Fernández llegaron tras recibir la Argentina críticas sobre la estrategia desplegada para mitigar la expansión del coronavirus, por un lado, pero también como ejemplo valedero para la ONG británica Oxfam, que recomendó a los países subir los impuestos a los más ricos para contrarrestar "el virus de las desigualdades".
Tras destacar que su gobierno desplegó ayuda para el 60% de los empleadores en los momentos más duros del confinamiento, créditos subsidiados y transferencias directas mediante el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), el presidente explicó a los inversores y empresarios oyentes el estado de las negociaciones para reestructurar la deuda y cargó las tintas contra su predecesor y habitué del Foro, Mauricio Macri.
"En plena pandemia, debimos lidiar con un virus no menos destructivo: el endeudamiento tóxico e irresponsable", lanzó el presidente, antes de subrayar el reperfilamiento de la deuda pública con acreedores privados con una aceptación superior al 97%.
Fernández dijo que "el diálogo con el FMI está en marcha y ha sido hasta aquí muy constructivo", y resaltó que "la renegociación de las condiciones del acuerdo incorporará nuevas perspectivas macroeconómicas y un entendimiento común de las necesidades específicas de la economía argentina", pero sin pretensiones desmesuradas.
"No hay más lugar para ajustes irresponsables, imposibles de cumplir, que perjudican la credibilidad de nosotros, como de quienes otorgan asistencias irreales", aclaró.
Mensajes al poder económico
Tras defender la gestión de la pandemia, Alberto subrayó el plan de vacunación que desplegará el Gobierno pese a que no se cumplirán los objetivos pautados, a raíz de las demoras de producción que afrontan los laboratorios con los que se firmaron contratos. En este sentido, volvió a pedir que las inyecciones sean consideras "un bien público global" que facilite su comercialización a precios accesibles para todos los países.
El presidente también recalcó la recuperación sostenida de la actividad industrial en los últimos cinco meses, y llamó al sector privado a ser "un socio esencial para afrontar las reformas que permitan la escalada tecnológica y productiva en la Argentina". Pese a las demandas que en privado hacen los empresarios, Fernández dijo que su gobierno "pretende demotrar que es posible conciliar políticas económicas que fomenten inversiones y que al mismo tiempo protejan a los más vulnerables".
El jefe de Estado también hizo un llamado a buscar consensos públicos-privados, y prometió poner en marcha en breve el demorado Consejo Económico y Social para el Desarrollo.
Fernández hizo además un llamado a los más de 1500 hombres y mujeres del establishment internacional para "poner la prioridad en los últimos, los descartados, y los olvidados" con el ejercicio de la fraternidad para lograr una paz social a la que contribuyan los Estados, las empresas y los trabajadores. Evocando al Papa Francisco y uno de sus economistas de cabecera, Luigino Bruni, reclamó "dejar atrás ese capitalismo infeliz de las sociedades opulentas que descartan a los más débiles e idolatran las ganancias deshumanizadas", y colaborar con la iniciativa del "Pacto Solidario Global".
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