Lijo sobreseyó a Gerardo Martínez en la causa que investigaba su relación con la dictadura

El titular de la UOCRA y uno de los gremialistas preferidos de Cristina Fernández había sido denunciado luego de que se conociera que su nombre figuraba en el reporte oficial del Ejército sobre personal destinado al área de Inteligencia de 1976 a 1983.

El juez federal Ariel Lijo dictó el sobreseimiento para el titular del gremio de la construcción  (UOCRA), Gerardo Martínez, en una causa en la que estaba investigado por presuntos vínculos con los servicios de inteligencia de la última dictadura.
   
Martínez había sido denunciado por una fracción opositora de su sindicato y por organizaciones defensoras de los derechos humanos, luego de que se conociera que su nombre figuraba en el reporte oficial del Ejército sobre la lista de personal militar y civil destinado al área de Inteligencia de 1976 a 1983.
   
Lijo había archivado el expediente de Martínez, pero la medida fue revocada por la Cámara Federal porteña, que ordenó una serie de medidas de prueba que Lijo, el mismo juez que procesó al vicepresidente Amado Boudou en la denominada ‘Causa Ciccone‘, llevó a cabo en los últimos meses.
   
El juez había tomado en cuenta un informe de la Secretaría de Derechos Humanos, según el cual los casos de persecuciones a trabajadores de la construcción durante el régimen ‘fueron anteriores al 1 de marzo de 1982, año en el que, según registró Gerardo Alberto Martínez, fue incorporado al Ejército argentino como agente civil de inteligencia”.
  
“Si bien Martínez cumplió funciones en una estructura intrínsecamente ilegal, su responsabilidad penal no puede ser determinada por sus funciones, o porque objetivamente pertenecía al Batallón de Inteligencia 601”, había resuelto Lijo hace un año, cuando ordenó el archivo de la causa.
   
“De los hechos denunciados no se individualiza siquiera una conexión fáctica entre ellos y la acción concreta de la persona denunciada”, ratificó el juez ahora, al dictar el sobreseimiento del sindicalista.
   
Según publicó el periodista Marcelo Larraquy en febrero de 2012, la aparición de Gerardo Martínez en la UOCRA se concretó en 1978 cuando ese gremio estaba intervenido por fuerzas militares después de la detención de su secretario general, Rogelio Papagno.
    
Martínez comenzó a actuar como “colaborador gremial”, revisando si en las obras se cumplían los requisitos de seguridad y los papeles estaban en orden, pero en los sectores mas aguerridos fue mirado como una suerte de ‘secretario privado‘ del interventor militar.
   
Luego comenzó su actividad política dentro del gremio, al tiempo que -según la investigación de Clarín- Martínez “formó parte” como Personal Civil de Inteligencia (PCI) del Batallón de Inteligencia 601.
   
Durante la dictadura se produjo el secuestro y desaparición de 105 afiliados al gremio de la construcción.
   
En 1983, con el retorno de la democracia y la libertad de actividad gremial, Martínez fue siendo electo en la estructura de la UOCRA hasta llegar a secretario general, y en 1995 estuvo al frente de la jefatura de la CGT.
   
La denuncia le significó al mandamás de los albañiles la  clausura de un posible retorno a la jefatura de la central gremial oficialista, donde finalmente fue ungido Antonio Caló
   
En los últimos días Martínez se reunió con el jefe de la CGT opositora, Hugo Moyano, y amagó con un posible alejamiento de la central oficialista, pero poco después se lo vio en los primeros planos de la delegación que estuvo en Estados Unidos encabezada por Cristina Fernández.

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