OPINIÓN

Tengo la sensación de que ya no estamos en Kansas

La economía mundial despidió su idílico escenario de inflación baja y estable y crecimiento sostenido. Volver a la vieja normalidad será difícil.

En la película El Mago de Oz de 1939, luego de ser elevada por los aires debido a un tornado, Dorothy (Judy Garland) le dice a su fiel perro Toto "creo que ya no estamos más en Kansas", donde ella vivía tranquilamente. Traer a cuenta esta histórica frase del cine sirve para contextualizar el estado en el que actualmente se desenvuelve la economía mundial.

La política monetaria ya despidió su idílico escenario de inflación baja y estable junto con un crecimiento sostenido. Por el contrario, estamos ante un contexto de inflación alta e inestable y cada vez más amenazas de recesión. La transición de las economías mundiales a una nueva normalidad es con sus bancos centrales comprometidos por los niveles de emisión, dado el esfuerzo que realizaron para sostener la actividad en los momentos más difíciles de la pandemia. La velocidad y, sobre todo, la persistencia del proceso inflacionario en curso pone en debate la habilidad de estos para anticiparse a dicho fenómeno.

Pero antes de seguir avanzando, recapitulemos un poco. Previo a la pandemia nos encontrábamos en un escenario de Gran Moderación (en referencia a lo señalado por el ex chairman de la FED Ben Bernanke), asociado a la caída en la volatilidad de variables como actividad e inflación. Ni siquiera la crisis de 2008/09 pudo quebrar dicha tendencia. Como contraparte, los principales bancos centrales tuvieron que bajar prácticamente a cero su tasa de interés nominal (para el caso de Japón y la UE, la misma fue y es negativa). Y como eso no terminó siendo suficiente, las autoridades monetarias llevaron a cabo compras masivas de instrumentos de deuda (públicos y privados) con emisión primaria de dinero. Dicha emisión no fue inflacionaria, al menos no como se podía esperar inicialmente. Sin embargo, en la pandemia se volvió a utilizar la misma metodología, aún de forma más agresiva, pero esta vez claramente el mercado y otros factores influyeron a que esta emisión sí se traslade a inflación.

Jerome Powell, titular de la Fed

Volviendo al presente y sus desafíos. Hoy el mercado descuenta que la FED llevaría su tasa de interés de referencia al rango 2.75% - 3% a fines de 2022. Asimismo, está el compromiso de reducir los instrumentos de deuda que adquirió. El BCE dejaría su política de tasas nominales negativas e incrementaría las mismas este año. También espera dejar de comprar activos desde el tercer trimestre. A nivel regional, el Banco Central de Brasil llevó su tasa de interés de referencia desde el 2% durante el peor momento de la pandemia al 12,75% actual e incrementó marginalmente sus operaciones con derivados para sostener la paridad del real contra el dólar.

Todas estas medidas tienen un elemento aglutinador y es detener el proceso inflacionario reinante, agravado por la guerra entre Rusia y Ucrania. En Estados Unidos la inflación supera el 8% interanual, el registro más alto desde la década de 1980. En la Unión Europea, se observa el registro más alto de inflación interanual (arriba de 7%) desde que la misma se conformó. En Japón la inflación es la más alta desde 2015. En Brasil la inflación es la más alta desde 2003. Y esto es solo una muestra, prácticamente todos los países del mundo atraviesan un escenario de creciente inflación y políticas monetarias que serán más contractivas hacia adelante. Uno de los efectos asociados a esto es la licuación del poder de compra. Economías que tuvieron baja inflación ahora enfrentan retornos reales negativos. Hacia adelante, las tasas nominales encontrarán un equilibrio en un nivel mayor al de años anteriores, impactando sobre la demanda.

El futuro inmediato depara una inflación elevada, menores perspectivas de crecimiento y una muy alta incertidumbre aumentada por los conflictos globales.

Parte de la tarea de los policy makers mundiales será volver a recuperar credibilidad en la búsqueda de inflación estable y baja para apuntalar un crecimiento genuino. El instrumental que tienen parece limitado y con un sesgo a generar mayor volatilidad (tal como se observa ya en los mercados) y menor demanda. A diferencia de Dorothy, quien pudo retornar a Kansas utilizando sus zapatos mágicos de rubí, la economía mundial no cuenta con herramientas de ese estilo. Volver a la vieja normalidad será difícil. Lo sabremos mientras avanzamos.

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