Sustentabilidad versus Aparentabilidad
Cuando decimos que queremos promover una economía sustentable, ¿tenemos claro el alcance del término? Y si lo sabemos, ¿estamos convencidos, o simplemente lo hacemos porque es necesario "aparentar"?
En 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, y transformó esa agenda en un detalle de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por su cantidad y diversidad, es bastante práctico agruparlos en:
- Objetivos vinculados a la sustentabilidad económica, social y ambiental
- Objetivos relacionados con el contexto sustentable en términos de alianzas estratégicas y ambientes de paz y justicia de las comunidades.
Por cuestiones de espacio, no vamos a especificar cuáles son esos 17 objetivos en este artículo, así que al pie está la URL de la ONU. Sin embargo, es esencial saber que cuando hablamos de sustentabilidad, nos referimos a cuestiones que van mucho más allá del cuidado del medio ambiente y la inclusión.
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Asimismo, en este universo de oportunidades para el desarrollo sustentable, hay impactos en todos los niveles: supra-nacionales, nacionales, gubernamentales, locales, comunitarios y empresariales. Y por lo tanto, cada organización debe definir a qué objetivos debería contribuir, y a cuáles no.
Sin embargo, desde que se inventó el concepto del Producto Bruto Interno en la década de 1930, las organizaciones, los estados y las personas, nos hemos hecho adictos al crecimiento (sin cuestionar aquí la razonabilidad de cada "adicción" aquí enunciada):
- Los estados y políticos buscan hacer crecer el PBI
- Los accionistas persiguen el mayor retorno sobre su inversión
- Los estados buscan tener mayores ingresos fiscales
- Las organizaciones buscan hacer crecer su participación de mercado
- Los ejecutivos buscan aumentar las ventas
- Los directivos buscan aumentar las ganancias
- Los presidentes buscan seguir formando parte del G20
- Los ciudadanos buscamos consumir más para mejorar nuestra calidad de vida...
Y aún así, en estos casi 100 años de crecimiento global, también ha aumentado la concentración de la riqueza; la economía se ha apalancado en métodos y tecnologías que desestabilizan el medio ambiente y las comunidades donde se insertan...
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E inclusive cuando hablamos de sustentabilidad, seguimos usando la palabra "crecer": queremos lograr crecimiento renovable, crecimiento de lo verde, crecimiento de lo limpio, crecimiento de lo inclusivo.
Hace 90 años no existían: la televisión, la aviación, la telefonía celular, la astronáutica, el ADN, la genética, la computación, la robótica, la inteligencia artificial ... ¿Podemos seguir midiendo nuestros objetivos y desafíos con métricas y modelos inventados hace casi 100 años?
Nuestras economías no son regenerativas.
Nuestras economías no son redistributivas.
La Dra. Kate Raworth propuso hace ya más de 10 años orientarnos hacia un modelo económico para medir nuestras economías de tal manera que logremos un desarrollo equilibrado sobre bases sólidas (que no degraden la dignidad y la vida humanas) y sin perforar el techo ecológico (que no degrade la estabilidad del planeta Tierra). El espacio medio entre la base de la equidad (los cimientos sociales) y el techo ecológico (o círculo de la sustentabilidad), es el ámbito seguro y justo para el desarrollo de la humanidad.
Y este modelo de desarrollo regenerativo y redistributivo (llamado la Economía Circular) está sustentado en los 17 ODS de la ONU que mencionaba al comienzo de esta nota. Y ya está siendo aplicado activamente en varias ciudades en todo el mundo.
En todo negocio hay involucrados de diverso orden: accionistas, propietarios o proveedores de financiamiento, proveedores, empleados, clientes y consumidores, y las comunidades a la que van destinados sus productos o servicios.
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Y por otro lado, están los valores organizacionales: dignidad humana, solidaridad y justicia, sustentabilidad ambiental, transparencia.
Si hacemos una matriz que cruce ambas dimensiones -involucrados versus valores- podremos establecer un mapa de sustentabilidad de la compañía, donde rápidamente se puede ver qué celdas están en verde, en amarillo o en rojo, y así, planificar en consecuencia. Veamos algunos ejemplos:
- ¿Cómo manejan mis proveedores la sustentabilidad de nuestra cadena de suministros?
- ¿De dónde provienen los fondos de quienes financian nuestro crecimiento?
- ¿Cómo promovemos la participación transparente y objetiva de nuestros consumidores?
- ¿Qué efectos tienen en la sociedad nuestros productos y servicios?
- ¿Tienen nuestros empleados comportamientos amigables con el medio ambiente?
Entonces, cuando nos planteamos objetivos de sustentabilidad, ¿lo hacemos por convicción o para aparentar que queremos contribuir al desarrollo de un modelo económico regenerativo y redistributivo?
Si no lo has pensado aún, es altamente probable que tus competidores ya lo hayan hecho...
Objetivos de desarrollo sostenible de la ONU
Más información sobre la economía circular en este enlace
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