Se pagará hasta el 70% de un sueldo mínimo por ver a Messi campeón del mundo
En contexto de alta inflación, y nulos incentivos al ahorro, mejor quemar los pesos en un algo único en la vida, como ver in situ el estreno de la tercera estrella. Con la distorsión de precios que rige la economía argentina, cantar el "Muchachos" en la cancha no tiene precio... O sí.
"La locura por la Argentina es total", tuiteó Claudio "Chiqui" Tapia el martes. A sólo tres meses de que 5 millones de personas desbordaran Buenos Aires para recibir a la Selección, desde que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) anunció los dos amistosos para celebrar la conquista de Qatar, la expectativa por ver al Campeón del Mundo en su tierra fue mayúscula. Por más que los rivales elegidos fueran Panamá y Curazao. Muestra de ello fue lo que motivó la sentencia del heredero de la poltrona de Julio Grondona: "Para el partido contra Panamá hubo 131.537 pedidos de acreditaciones de prensa. (...) Nos encantaría poder cumplir a todos pero necesitaríamos dos estadios de River sólo para periodistas".
El miércoles, el desenfreno por la pasión celeste y blanca tuvo un nuevo condimento. La AFA difundió los precios de las entradas para la "Fiesta del Campeón", el primero de los dos partidos, que se jugará el jueves 23 contra los panameños en el MAS Monumental. A la venta desde el jueves, van desde los $ 12.000 la general a los $ 49.000 la platea más cara. Es decir, se pagará hasta el 70% de un sueldo mínimo, vital y móvil -$ 69.500 desde este mes- por ser testigo presencial del desfile triunfal de La Scaloneta.
En Twitter, "12 lucas" fue trending topic: una popular en el fútbol argentino cuesta entre $ 2900 y $ 3500. "Era más barato ir a Qatar". "Y yo que pensaba que, con un riñón, me iba a alcanzar". "Es contra Panamá, no contra Alemania". "¿12 lucas? Mínimo, quiero tocar la Copa". Algunas reacciones en la red de Elon Musk.
A esos reproches, se suma la resignación a que no saldrán todas las ubicaciones a la venta -el estadio tiene 83.000 lugares- por la alta demanda de sponsors y protocolo. "Seré honesto contigo, Lisa. Jamás saldrán a la venta. Ya reservamos esos lugares para influencers, allegados e hinchas de Barracas", ironizó el usuario @DanniR, evocando un gag clásico de Los Simpsons.
Como de costumbre, el humor es el más fino analista de la realidad. "Me quejaría del precio de las entradas pero hace menos de seis meses pagué poco menos de la mitad para ver a Peter Alfonso tirar paredes con Nico Vázquez en la despedida de Ponzio", reconoció otro tuitero. "Me quejaría pero después me acuerdo de que probablemente deje 12 lucas en una salida a un local bailable", apuntó otro.
Es que, en contexto de alta inflación, y nulos incentivos al ahorro, mejor quemar los pesos en un algo único en la vida, como ver in situ el estreno de la tercera estrella. En noviembre, se agotaron camisetas cuyo precio ($ 23.000) equivalía al 40% del sueldo mínimo de ese entonces ($ 57.900). Sin duda, habrá quienes paguen $ 24.000 o $ 49.000 por una platea. A fin del año pasado, Coldplay llenó 10 canchas de River, con precios de $ 15.000 a $ 23.000. Los tickets para el Masters of Rock de abril -con leyendas como Kiss, Scorpions y Deep Purple-, van de $ 20.000 a $ 50.000 por head (banger).
Con la distorsión de precios que rige la economía argentina, cantar el "Muchachos..." en la cancha no tiene precio. O sí: con una popular, se comprarían 7,2 kilos de asado, 26 de pan, 50 sachets de un 1 litro de leche y 35 gaseosas de 1,5. Todo, a los valores que midió el Indec en el IPC de febrero. Esos $ 12.000 pagarían dos abonos promedio de telefonía celular. O un mínimo de seis facturas -antes de impuestos- que los usuarios residenciales de ingresos medios recibirán por la electricidad hasta junio, después del último aumento que informó el Gobierno.
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