Otro mensaje para Guzmán: Cristina y Massa borraron su meta de inflación
Alberto Fernández lidera un gobierno de coalición, que se parece más en sus formas a la Alianza de radicales y frepasistas de 1999 que al kirchnerismo que gestionó entre 2003 y 2015 y que lo tuvo como jefe de Gabinete hasta 2008. El Frente de Todos tiene como denominador común el origen peronista de sus integrantes, pero a la hora de fijar posiciones y enviar mensajes, si hay algo que no parecen ser, es socios. Lo más singular de todo es que tampoco se preocupan por aparentar algo distinto.
Cristina Kirchner ya acostumbró al Presidente a aparecer cada tanto con mensajes contundentes, como sucedió con la famosa carta en la que puso el foco en "los funcionarios que no funcionan". O cuando desde un acto en La Plata, en diciembre pasado, ratificó que para que la economía crezca hay que fogonear la demanda interna, y para ello es necesario alinear precios, salarios, jubilaciones y tarifas.
Cada mensaje que emite la vicepresidenta altera las expectativas que busca ordenar Martín Guzmán, que sabe que en algún momento su plan va a tener que pasar por el filtro del FMI, y que para esa aprobación llegue deberá mostrar un equilibrio fiscal que exige que las tarifas no se atrasen demasiado (porque la diferencia hay que cubrirla con subsidios del Estado), y que los salarios no crezcan muy por encima de la inflación.
La discusión de las tarifas, por ahora, quedó saldada para el lado de Cristina. Los aumentos de 9% para la luz y de 6% para el gas, dejan a la vista que por más que haya un segundo incremento (como pidió Guzmán), las subas irán bien por atrás del IPC.
En materia de salarios, el Gobierno también venía haciendo malabarismos. Sin renunciar a su objetivo inflacionario de 29%, aceptaba paritarias que cerraban entre 32% y 35%. Esta última cifra fue la que definió el acuerdo con los gremios estatales, y parecía que iba a ser el número de referencia hasta que los Camioneros de Hugo Moyano plantaron un objetivo desafiante: 45%.
El desafío apunta a Guzmán, pero sobre todo a Matías Kulfas, que viene tratando de negociar precios congelados hasta las elecciones y si las expectativas de inflación no paran crecer, no tendrá como desarmar ese círculo vicioso.
El último mensaje disruptivo esta vez no solo fue de Cristina. Se le sumó otro de los socios del FdT, Sergio Massa. Como jefes de las dos cámaras del Congreso, firmaron un incremento de 40% para sus empleados. La decisión tiene un foco político y también económico: implica reconocer no solo que la inflación de 29% que procura Guzmán es una quimera, sino que las paritarias podrían tener un nuevo piso para que se cumpla lo que la Vicepresidenta pedía en diciembre. Ese 40% sigue debajo de la inflación (que en abril fue de 46% anual) pero achica la pérdida. Y si hay que recalcular todo, eso será problema del ministro de Economía.
Compartí tus comentarios