Opinión

Hacia una cadena de producción responsable: ¿Cómo las grandes compañías repiensan sus modelos de negocio?

Danone es una compañía certificada B Corp que mide el triple impacto y asume el compromiso de promover una cadena responsable, desde la producción de sus productos hasta el suministro. Es así como a diario, ponemos a disposición toda nuestra dedicación para producir a conciencia y comprometidos con el Desperdicio Cero, sabiendo que nuestras acciones tienen impacto en el planeta y en las personas.

Cada 29 de septiembre, se conmemora el Día Internacional de Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019. La efeméride busca sensibilizar sobre el impacto del desperdicio de alimentos en el medio ambiente, la economía y la sociedad, promoviendo prácticas más responsables en la producción, distribución y consumo de alimentos.

Como líderes mundiales en el sector de la alimentación, nuestra ambición en Danone es hacer alimentos de una manera que respete, preserve y regenere la naturaleza. Por eso pensamos y analizamos muy bien nuestros procesos internos para no desperdiciar.

Hoy las grandes compañías estamos adaptando nuestros modelos de negocio para enfrentar este desafío global. Puntualmente en 2023 presentamos nuestra estrategia de sustentabilidad "Danone Impact Journey", donde establecimos ambiciosas metas en tres ejes: salud a través de alimentos; preservación y regeneración del medioambiente; y personas y comunidades. Las empresas tenemos la responsabilidad de adoptar prácticas sostenibles en todas las áreas de nuestra actividad, pero sobre todo en las cadenas de suministro, un punto fundamental donde se puede marcar la diferencia.

Es así como planteamos una gestión responsable de manera integral y transversal a nuestros cuatro negocios. El proceso comienza en nuestras plantas productivas, cuando estimamos los volúmenes de venta y, en base a eso, armamos la cadena de producción de cada uno de nuestros productos. En caso de que haya mercadería fabricada que no pudo ser comercializada y llegar a las góndolas, ya sea por fallas en el packaging o por corta vida útil, inmediatamente nos ponemos a disposición para recuperarla.

Para identificarla, contamos con una alarma en el sistema de gestión que avisa que poseemos mercadería en un depósito determinado. En cada centro de distribución a lo largo y ancho del país, tenemos colaboradores y voluntarios en los puntos de venta que identifican los alimentos próximos a perder su valor comercial, y que aún conservan su aporte nutricional, para que ganen valor social volviéndolos accesibles a las comunidades vulnerables. Una vez que activamos la alarma, nos aseguramos una distribución segura con nuestro negocio de Logística La Serenísima. Este enfoque no solo mejora la eficiencia del proceso, sino que también proporciona una mayor transparencia y control, garantizando la accesibilidad a nuestros productos.

Desde 2007, con la Fundación Danone trabajamos para recuperar la mayor cantidad de alimentos y bebidas posible. Gracias al programa Desperdicio Cero, que arrancó en 2002, rescatamos y entregamos 18.000 toneladas de alimentos, lo que equivale a más de 72 millones de platos de comida. Trabajamos junto con aliados estratégicos, como el Banco de Alimentos y más de 60 organizaciones civiles, gobiernos y los puntos de venta, como Carrefour y Chango+, ya que nuestra problemática nos desafió a pensar constantemente innovaciones que nos permitan recuperar la mayor cantidad de alimentos posibles.

El impacto que tiene lo que hacemos es el núcleo central de nuestras estrategias corporativas. Las empresas tenemos la responsabilidad de adoptar prácticas responsables en todas las áreas de nuestra actividad, incluso cuando no podemos recuperar y donar alimentos, nuestro último paso es que esos productos sean alimento para feed lot o compost, siguiendo con nuestro compromiso de #DesperdicioCero.

Estamos convencidos de que los modelos de negocio gestionados con una mirada de triple impacto positivo son los que posibilitan a toda la sociedad obtener beneficios. Pero el desarrollo sostenible e inclusivo es un camino, no una meta. Es un ejercicio de mejora continua, de suma de voluntades y de mejores impactos. Estas ambiciones globales requieren necesariamente de articulación con nuestros aliados locales, nuestros socios estratégicos, nuestros stakeholders internos y externos, así como los más de 6000 proveedores con los que trabajamos cada día.

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