Opinión

El riesgo de que JxC se parezca al FdeT

El 24 de junio es el cierre de listas y las internas en Juntos por el Cambio están en ebullición. La nueva polémica que divide a los principales dirigentes de Juntos por el Cambio se dio tras la decisión de Horacio Rodríguez Larreta de incorporar al gobernador cordobés Juan Schiaretti a Juntos por el Cambio.

Desde hace tiempo, circula la idea en los equipos de Larreta de una convergencia con sectores del radicalismo y del peronismo, una especie de centro moderado, lejos de los polos kirchneristas o cambiemistas radicalizados.

El problema político de fondo es que termine como termine este affaire en particular, la coalición opositora corre el riesgo de ser otro Frente de Todos, que va a las urnas ya fragmentada de base que se puede observar, por ejemplo, en las posturas públicas que sostuvieron en estos días los principales dirigentes de Juntos por el Cambio.

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Larreta defendió la iniciativa en base a la necesidad de construir una "nueva mayoría" para gobernar en un contexto de crisis. Esta postura fue respaldada por Elisa "Lilita" Carrió que dijo que "el lado oscuro" de Macri va a hacer perder a Juntos por el Cambio. Los radicales Gerardo Morales, Facundo Manes y Lousteau se mostraron también a favor de ampliar la coalición así como también el peronista Miguel Ángel Pichetto.

Del otro lado de la grieta cambiemista se pronunciaron en contra de la incorporación de Schiaretti la precandidata presidencial Patricia Bullrich que dijo que con esta decisión "están entregando a la gente que está luchando contra Schiaretti en Córdoba", el candidato a gobernador en Córdoba Luis Juez que denunció que esta jugada afecta su campaña y el candidato a jefe de Gobierno porteño Ricardo López Murphy que sostuvo que el concepto de una nueva mayoría "es una trampa".

Pero además, otra fractura amplificada a raíz de este affaire es la de la relación entre Larreta y Macri, que se visibilizó tras la decisión de Larreta de unificar las elecciones primarias porteñas y nacionales, pero con dos urnas distintas y dos sistemas electorales diferentes.

Ante este panorama, que más que una foto parece ser una película de final incierto, el gobernador de Jujuy y aliado de Larreta Gerardo Morales sostuvo que por las internas entre Larreta y Bullrich "Juntos por el Cambio viene en picada y ya perdió 10 puntos".

El riesgo para Juntos por el Cambio, y también para los argentinos, es que no logren cambiar el guion de esta película y que termine siendo una coalición electoral pero no así una coalición de gobierno. El problema no son las internas porque el ruido es alimento de la democracia. El problema es que las mismas exhiben una lógica de endogamia partidaria preocupante.

Al igual que el Frente de Todos, que no conformes con que no lograron funcionar en estos cuatro años como una coalición de gobierno, siguen peleando por candidaturas.

La dirigencia política se acostumbró a estar lejos de los problemas de la gente, pareciera que ya ni siquiera se dan cuenta de esto. En una charla en el CCK la antropóloga Rita Segato, preguntada sobre este año electoral, remarcó que la gente no solo necesita poder comer y resolver sus condiciones materiales, sino que necesita de una ilusión pero que el problema es que Estado y lo político se han retirado de muchísimos lugares donde deben resolver estas faltas.

La agenda de la dirigencia política ya ni vende ilusiones, solo miedos y espejitos de colores, y se muestra enfocada en conflictos intrapartidarios.

El analista político Juan Courel dice que la diferencia entre estas elecciones y las de 2001 es que el "que se vayan todos" tiene una boleta: la de Milei".

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