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Pasó el verano y reapareció el temor a que Mauricio Macri pierda

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El mundo financiero local cree mayoritariamente que al final Mauricio Macri logrará la reelección a fin de año. En los precios de acciones y bonos argentinos se percibe la cautela, hay sobre castigo sobre todo en títulos ante el riesgo electoral, pero los valores de esos activos o los inmuebles no incorporan por ahora la posibilidad de que Macri pierda los comicios.

Un temor, sin embargo, que ahora tras el verano se percibe más en círculos políticos, o ramas del comercio y la industria afectados por la caída de actividad; y que reapareció estas semanas al calor del rumor de encuestas complicadas para el Presidente en la provincia de Buenos Aires, el crecimiento de Cristina en el Conurbano y también en las provincias, más los disgustos recientes de una economía con más inflación y más recesión de lo previsto, donde además apenas se baja de 50% la tasa de la Leliq empieza a subir el dólar.

La eventualidad de que la economía finalmente lo siga desgastando al Gobierno y lo haga perder las elecciones es una pesadilla que se escucha también en los campamentos oficiales de Cambiemos. En sus líderes territoriales, radicales y también del PRO, gobernadores, intendentes, legisladores. Todos ahora con derecho a desobedecer o desafiar la autoridad de la Casa Rosada. El Presidente, bastante más aislado que un clásico mandatario cuando busca la reelección que suele sumar y seducir a todo espacio y dirigente posible; no quiere tener a los agoreros ni cerca. "Ganamos en primera vuelta" desafía a quien se le pone en frente como para cerrar el debate.

El paño de los economistas profesionales, creíbles e independientes también está dividido. Ricardo Arriazu, Miguel Angel Broda y Daniel Artana, por ejemplo, son cautelosamente optimistas. Elogian el trabajo de Dujovne en reducir el déficit, suponen que la economía para cuando se vote podría perfectamente estar mejor que ahora como promete el equipo económico, pero explican que para salir en serio el único camino es no sólo cumplir este año el equilibrio pactado con el FMI, sino también comprometerse a más ajuste y superávit fiscal desde 2020 y en el próximo mandato avanzar en las reformas estructurales tabú de la Argentina: bajar los costos laborales no salariales , reducir el peso del gasto público y los impuestos, para lo cual es imprescindible una reforma en todo el esquema de subsidios sociales, no solamente las jubilaciones de los millones que nunca aportaron. Recomendaron al Presidente cara a cara dar señales que se irá en esa dirección.

Más complicado la ven otros especialistas, tal el caso de Carlos Melconian, Rodolfo Santángelo, Martín Redrado, Marina Dal Poggetto o Miguel Kiguel. Observan que aún con la mejora en el campo, la recuperación de la economía puede ser muy tenue recién hacia el tercer trimestre, y auguran un primer semestre con inflación promedio más cerca de 3% que de 2% mensual. Suponen que en el año electoral será difícil instalar una agenda de reformas económicas con alto costo político. En todos los casos se coincide en lo obvio: si las encuestas y los resultados parciales de las elecciones en las provincias resultan desfavorables para el Gobierno, habrá presiones cambiarias y un creciente clima de pesimismo que dificulte aún más la recuperación.

Tampoco está tan claro que despejando el riesgo Cristina la economía se acomode fácilmente. Aún si ganara Macri la reelección, la herencia combinada de lo que dejó Cristina más lo que agregó Cambiemos torna incierta la salida económica para el próximo mandato. Acaso el Presidente podrá realizar a partir de 2019 los ajustes que no realizó en su primer mandato, después de ganar dos elecciones en forma contundente. Es posible que a partir de 2020 Macri tenga mayor y más dura oposición que en el primero. Y menos poder ante la interna que se desatará por su sucesión.

¿Y si dobla la apuesta con Marcos Peña, Elisa Carrió y parte de los radicales y gira a la izquierda?, ¿más impuestos, más controles, más conflictos con el empresariado?, ¿Y si como sueñan las viudas del macrismo auténtico el presidente no es candidato, cae Peña y sube María Eugenia Vidal al ring? Nada que tranquilice mucho a los mercados.

Tampoco Roberto Lavagna ni Sergio Massa otorgan garantías al mundo del dinero . Es cierto que les temen más los hombres de las finanzas que los hombres de la producción, realidad que para ambos candidatos es un elogio ante sus amigos y seguidores. Pero conviene recordar que los promocionados éxitos en la era Duhalde-Lavagna-Néstor llegaron luego de una brutal devaluación, una pesificación asimétrica de las tarifas, los depósitos y las deudas. y en el reino del estrepitoso default , gracias a lo cual había los famosos superávits gemelos y también más de 50% de pobreza. También con retenciones y control de cambios.

Ninguno de los candidatos del PJ, ni los ultras ni los moderados, cuestiona el peso del Estado en la economía. Más bien proponen más Estado y consecuentemente más impuestos. Y en todos los casos renegociar la deuda y el acuerdo con el Fondo, fenómenos que hasta ahora en la historia reciente nunca se transitaron en forma ordenada.

Si Cristina no fuera candidata y el Gobierno enfrentara una oposición unificada sin la ex presidenta en la fórmula, las chances de una derrota de Macri aumentarían. Y también los interrogantes para el mundo económico. Tal vez más entusiasmo en sectores industriales y del comercio interno que recuerdan mejores épocas con la economía más intervenida por el Estado. Pero mucha incertidumbre para los mercados, los tenedores de bonos, el precio de acciones e inmuebles y naturalmente el dólar. No solo Cristina podría desatar fuerte inestabilidad en los mercados si pierde Macri. Peor: aún si gana no está muy claro cómo sigue la película.

    

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