El default es una amenaza, el cierre de empresas, una condena segura

"Está en juego el destino económico de 45 millones de argentinas y argentinos. Más del 35% de nuestra población y el 52% de los niños de nuestro país ya se encuentran en situación de pobreza". La frase expresada por el ministro de Economía, Martín Guzmán , al Financial Times dejó en evidencia no solo el momento crítico por el que atraviesa la Argentina, sino también que transitar por el camino equivocado puede llevar al país hacia un peligroso precipicio.

Si bien la intención del ministro fue enviar un mensaje a los acreedores que este viernes deben definir la suerte de la reestructuración de la deuda externa, sus palabras también sirvieron para graficar el estado de fragilidad e indefensión por el que atraviesa hoy una población que asiste al profundo deterioro de su economía, sumida en una recesión que amenaza con el cierre masivo de compañías y la caída de medio millón de puestos de trabajo, según los cálculos que circulan tanto en las filas empresarias como en las gremiales.

Transitar por el camino equivocado puede llevar al país hacia un peligroso precipicio

Y es que la cuarentena que, hasta el momento, ha dado buenos resultados a nivel sanitario como barrera de contención para la propagación del coronavirus , en lo económico provocó una parálisis de tal magnitud a lo largo de todo el mes pasado que dejó a la mayor parte del sector privado sin fuentes de ingreso ni financiamiento, pendiente de la asistencia del Estado para no bajar las persianas.

Las ventas minoristas en Capital y el Gran Buenos cayeron casi 60% interanual según un relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa y, en algunos rubros, la cifra trepó hasta 80%. Ni siquiera los considerados esenciales como las farmacias evitaron el golpe pese a que la comparación se realiza contra un mes en el que ya las ventas habían retrocedido casi 14%, como lo fue abril del año pasado.

La falta de fondos provocará que, en pocos días, una empresa que no califique como pyme entre también en emergencia

Pero así como el confinamiento se extendió más allá de los 40 días y se proyecta que podría llegar, al menos, hasta el mes próximo; también se fueron agotando las reservas de aquellas empresas que no quedaron dentro del radar de la asistencia estatal. Por ello, de la misma forma en la que el Gobierno hoy piensa en sumar este mes a más beneficiarios en el Ingreso Familiar de Emergencia, deberá extender el manto sobre aquellas compañías que no fueron alcanzadas por el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción, con el que se cubren parte de los salarios y se otorgan beneficios sobre el pago de las contribuciones patronales.

Porque si una pyme puede sobrevivir solo tres semanas sin crédito, como reveló un informe de Analytica, la falta de fondos llevará a una empresa que supere medianamente esa calificación en número de empleados o que haya facturado más en el período que se toma en cuenta, aunque por debajo del alza inflacionaria; a atravesar en los próximos días una situación de emergencia que ponga en riesgo su continuidad.

Más empresas complicadas implica el peligro de las fuentes de trabajo. Si no se atiende esa problemática, más allá de la deuda, estará en juego el futuro económico del país.

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