Dólar subiendo y tasas en 35%: de la estrangulación a la estabilidad
Bancando desde la decepción. El principal error del presidente Mauricio Macri fue conformar un equipo compuesto por economistas socialistas que al ritmo de un gradualismo estéril y lleno de arrogancia, condujeron a la economía argentina a uno de los ajustes más brutales e innecesarios de los últimos 15 años.
El auto heredado venía severamente dañado, pero no hacía falta chocarlo. Doce años de marxismo kirchnerista, sumados a tres años de socialismo macrista, asfixiaron a un sistema que no dio para más. Como no podía ser de otra forma, quince largos años de populismo volvieron a empobrecer despiadadamente a la ciudadanía argentina y aquí estamos entonces, en medio del agua y a puro manotazo cortoplacista.
Ahora la única prioridad es enderezar la caja o se nos hunde el barco, un barco en donde solo parecería remar la clase productiva y en dónde brilla por su ausencia el silencio de una casta política que vuelve a hablar de esfuerzo en tercera persona y grava con total impunidad y absolutismo a los pocos que producen. Desde la decepción sin embargo, siento que a pesar de todo, se hace necesario apoyar para no culminar en una crisis terminal en la cual perderíamos todos.
¿La mala noticia?: seguimos en coma 4. ¿La buena noticia?: No está muerto quien pelea. ¿La asignatura pendiente?: a pesar de la severidad, este ajuste sigue siendo cortoplacista y no ataca las múltiples inconsistencias estructurales de nuestra economía. ¿El engaño?: un proceso de cambio abortado, que nunca existió y que ni siquiera, se animaron a iniciar.
Un bienvenido atisbo de estabilidad. Otra semana feroz debió soportar la ciudadanía argentina sin embargo, a partir del miércoles pasado tres aspectos parecerían haber contribuido a generar cierta sensación de una incipiente y bienvenida calma.
Primero, un explicito mensaje de apoyo del presidente norteamericano, Donald Trump ,a la Argentina, lo cual no es un detalle trivial en especial para un país que es una potencia internacional en la esfera financiera y diplomática.
Segundo, estamos a días de que el nuevo acuerdo con el FMI sea realidad, aspecto que finalmente despejará las dudas respecto a las necesidades de financiamiento en dólares que la Argentina deberá afrontar en 2019.
Tercero, parecería que en los próximos días el Gobierno podría finiquitar un acuerdo con el peronismo a los efectos de cerrar el Presupuesto 2019, lo cual es el más relevante de todos los eventos dado que la promesa de “déficit cero se fundamenta en este principio. Estos tres aspectos contribuyeron a generar cierta estabilidad en el precio de activos financieros a partir del jueves pasado. El CDS a cinco años de Argentina cotizó en 815 puntos básicos el martes para cerrar la semana en 702, lo cual denota una compresión de spreads de 113 puntos, movimiento alentador pero por ahora, nada más que eso.
¿Qué miran los pibes de Wall Street ? Lejos del sufrimiento que para el argentino de a pie implicó este severísimo ajuste al que nos sometió el gradualismo del Gobierno, desde New York se concentrarán en lo siguiente. Primero, comenzamos el año con un déficit externo de 4% del PBI y para el 2019 estaríamos rondando el 0%, gran avance. Segundo, comenzamos el año con un deficit fiscal primario en 2.7% del PBI y para el 2019 estaríamos en 0%, gran avance. Tercero, el stock de Lebac al inicio del 2018 era de u$s 60.000 millones y hoy, después de la licuación rondaría los u$s 20.000 millones o sea, una reducción del 67%, enorme avance.
De esta forma, el “Excel de la economía argentina fue totalmente reformulado y en la medida que los anuncios sean convalidados por apoyo político desde la oposición, los mismos no pasarán desapercibidos en USA.
La economía argentina finalmente se ajustó, de la peor forma posible pero al menos nos da la chance de no hundirnos de caras a las presidenciales 2019. En 2020 deberemos nuevamente enfrentar los principales problemas de una Nación que fue decepcionada con las promesas incumplidas de Macri. Apoyar a este Gobierno para evitar una crisis terminal que pagaríamos todos de ninguna forma esconde la inmensa decepción de una gestión que fue generalizadamente muy mala.
Bancar pensando diferente se me hace sumamente difícil, pero mucho peor sería tolerar otra crisis terminal. El tiempo de la crítica ácida seguramente llegará, pero ahora hay que estabilizar este bote lleno de humedad en el que estamos todos.
No podremos hablar de equilibrio cambiario hasta que no bajen las tasas en pesos. Mucho énfasis se hace respecto a las fluctuaciones en el precio spot del dólar. Pero, la otra cara de cualquier estabilidad que eventualmente muestre el billete es el altísimo nivel de tasas en pesos que venimos soportando desde inicios de mayo. Será muy útil observar los próximos movimientos del Central en lo referente a la dupla dólar/tasas de interés en pesos. Parecería que en este último tiempo el BCRA secó literalmente la plaza y si ese fuese el caso, las balas locales contra el dólar se estarían agotando y de esta forma, quizá para un futuro cercano ya no haga falta tener tasas así de altas.
Un dólar mayorista en $ 37 podría dar espacio para que el BCRA se corriese del mercado de tasas propiciando una baja en las mismas y una correlacionada depreciación del peso que nos saque de la situación actual y eventualmente nos llevase a un nuevo equilibrio.
No podremos hablar de equilibrio cambiario hasta que no bajen las tasas en pesos.
¿Será posible abandonar la dupla $ 37/55% para llegar a una más oxigenante en torno a 40/35%? Cuanto más fuerte sean las señales de confianza en las próximas semanas, mayor será el espacio del BCRA en correrse de ambos mercados en forma simultánea: dólar y tasa.
Recordemos que la recesión que se nos viene será muy significativa y una forma de oxigenar a la diezmada economía argentina sería sacarla de los asfixiantes niveles de tasas a los que nos llevó la crisis de mayo. En este contexto, ¿podremos culminar el año sin Lebac en poder de personas físicas y una dupla más cercana al $ 40/35%? Si ese fuese el caso, el avance respecto a inicios de año sería contundente. Con la recesión, que se nos viene el freno antinflacionario vendrá seguramente por el lado de la actividad económica dándole al BCRA mayor espacio para normalizar finalmente al mercado monetario. Prefiero un equilibrio con dólar mas alto y tasas mas bajas que la situación actual que viene estrangulando la cadena de pagos.
Esquilmando a las ovejas: la negociación con el Peronismo no le será gratis a la clase media. Desde abril que el oficialismo viene sumamente golpeado en todo frente posible y aquí lo tenemos necesitando un gesto clave desde el peronismo para enviar una convalidación de la señal fiscal comprometida para el 2019: el déficit fiscal al 0% requiere ser asegurado con un presupuesto aprobado para el año próximo.
Si bien el Peronismo parecería haber mostrado señales de compromiso hacia dicho objetivo, nada de lo que otorgue será gratis. Y aquí estamos, a cambio del presupuesto, el oficialismo aparentemente volvería a hacer lo mismo que en 2017: entregar a las ovejas y volverlas a esquilmar despiadadamente. Al incompresible Impuesto a la renta financiera se le suman nuevas retenciones al campo y quizá, un incremento de Impuesto a los Bienes Personales para tenencias de residentes en el exterior, una joyita empachada de populismo.
La Argentina del presidente Macri, esa que iba a cambiar, sigue gravando despiadadamente a quien produce y a quien ahorra, imposible crecer sostenidamente así. Parecería que si bien en este barco estamos todos, sólo unos pocos contribuyen para que no se hunda. Ya llegará el tiempo de analizar la fenomenal decepción que el Presidente representó para muchos de los que lo votaron pero insisto, no es tiempo de críticas, estamos en una feroz tormenta, el barco está atado con alambres y no podemos darnos el lujo de subestimar la gravedad del problema, es tiempo de apoyar aunque cruja mi estómago liberal.
Cuantificando un daño innecesario: 415 puntos de riesgo pais y 100% de devaluación. Para ubicarnos en perspectiva, el riesgo país medido por el CDS estaba en 230 puntos a diciembre 2017, 287 puntos en abril 2018, marcando máximo de 815 puntos el martes pasado y cerrando el bienes en 702. De esta forma, si consideramos a abril como el inicio de la crisis cambiaria, el salto en riesgo país ha sido de 415 puntos, lo cual es un movimiento estratosférico y sumamente innecesario que desnuda una característica en la gestión del equipo económico de Cambiemos: evidente, incomprensible e inaceptable mala praxis.
Lamentablemente, nuestro Presidente fue mal asesorado y ahora con otro impuestazo más intentaremos equilibrar por un rato al menos a un Estado que habla de la crisis siempre en tercera persona: lo único que no se sacrifica en este bendito país es la clase política que goza a la vez del siniestro derecho de gravar al resto del rebaño. Lo cierto es que aquí estamos todos juntos en un barco lleno de agua que acaba de ser emparchado con el objetivo de llevarnos a la orilla y a flote en 2019. ¿La celebración? El agua está dejando de entrar. ¿Y después?: de eso no se habla, es largo plazo en Peronia.
El gran desafío. Si bien Argentina podría cerrar sus necesidades de financiamiento hasta el 2020, claramente estará forzada a retrotraer el salto en riesgo país para poder renovar deuda a partir del 2020. Y en este sentido, el esfuerzo fiscal que realice el país será clave, lo anunciado hacia déficit 0% para 2019 es un comienzo razonable aunque altamente criticable. El equilibrio fiscal se conseguiría por incremento de impuestos siendo la reducción de gasto un mero detalle en el número agregado. El tiempo dirá si este nuevo caudal de impuestos no exacerbará la que ya es una severa recesión y sin con ello no se cercenarán los ingresos fiscales para el 2019 comprometiendo el objetivo de déficit al 0%. Veremos, los meses que nos esperan para las presidenciales 2019 serán eternos y llenos de sorpresas que al día de la fecha son inimaginables. La sordera y arrogancia de los economistas oficialistas nos metió en una jaula muy comprometida y llena de incertidumbre. La historia económica argentina en breve, reservará un muy especial capítulo dedicado al análisis de la generalizada e incomprensible mala praxis económica del equipo del Presidente Macri.
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