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El cambio de temperaturas trae lluvias y cambios de armario. Hasta ahora, las botas de agua eran el recurso clásico para mantener los pies secos, pero esta temporada tienen competencia: los botines Chelsea impermeables.

Este diseño, que mezcla funcionalidad y estética, se convierte en el nuevo imprescindible para quienes buscan comodidad sin renunciar al estilo.

¿Por qué los botines Chelsea son la tendencia del momento?

Las botas de agua cumplen su función, pero no siempre combinan con looks urbanos o de oficina. Estos botines impermeables solucionan el problema: son elegantes, fáciles de llevar y perfectos para cualquier plan, desde una jornada laboral hasta una salida informal. Además, protegen del frío y la lluvia sin sacrificar la estética.

Características que marcan la diferencia

Marcas como Gioseppo apuestan fuerte por este modelo. Sus botines Chelsea están fabricados en PVC, con elásticos laterales y acabado acharolado, lo que les da un toque sofisticado.

Incluyen forro y plantilla textiles para mayor confort y calidez. Están disponibles en colores tendencia como negro, azul marino, burdeos, nude y verde oliva, ideales para combinar con todo tipo de prendas.

¿Cómo llevarlos?

Los botines Chelsea impermeables son versátiles: funcionan con jeans, pantalones rectos, faldas midi e incluso vestidos. Para un look casual, combínalos con denim y un trench clásico.

Si buscas algo más formal, optá por tonos neutros y prendas de líneas simples. El resultado será un outfit práctico y elegante para días lluviosos.

Ni minimalismo ni exceso: la tendencia de Europa que transforma la decoración del hogar

Después de años dominados por el minimalismo orgánico y los espacios neutros, la estética cottagecore se impone como la gran protagonista de la temporada otoño-invierno 2026.

Inspirada en las casas de campo inglesas, esta corriente apuesta por ambientes cálidos, ricos en texturas y con una fuerte carga emocional.

¿Qué es el estilo cottagecore y por qué está de moda?

El cottagecore nació como una reivindicación de la vida rural y hoy se traduce en interiores acogedores que combinan tradición y modernidad.

Frente a los espacios monocromáticos y las líneas limpias del minimalismo, esta tendencia propone una vuelta al clasicismo con una paleta más saturada y elementos que cuentan historias.