Cómo es San Antonio, la ciudad que adoptó a Manu Ginobili

En el corazón de Texas, la ciudad que adoptó a Manu Ginobili es una mezcla fascinante de misiones hispánicas, parques temáticos y cocina internacional que sorprende a los viajeros que llegan por negocios. El 28 de marzo se realizará un homenaje especial al basquetbolista

Hasta que Manu Ginóbili llegó a los Spurs, San Antonio era un sitio desconocido para los argentinos. Algunos, ligados a la industria del petróleo, conocían Houston, y los viajeros frecuentes sabían que Austin es la capital del Estado. Pero desde la llegada de nuestro jugador más importante de todos los tiempos a la NBA, esta ciudad ubicada a 240 kilómetros de la frontera con México se ha convertido en el punto de atracción para argentinos en la zona de Texas. Basta con entrar en los foros sobre los Spurs de cualquier sitio web de los Estados Unidos para comprobar que no son pocos los compatriotas que están al tanto de todo lo que ocurre en aquellas latitudes. 

Uno de los sitios más visitados es el AT&T Center, donde Manu jugó de local hasta su retiro en agosto de 2018, y donde el jueves 28 de marzo a las 21:30 (hora argentina) se realizará un homenaje especial al argentino: San Antonio Spurs confirmó que retirará la camiseta número 20 en honor a Emanuel Ginóbili antes del partido contra Cleveland Cavaliers. 

Pero además del paso del indiscutible ídolo del basquet, ¿qué es lo que ofrece esta ciudad del Medio Oeste? La verdad es que mucho: historia, una excelente gastronomía, uno de los mejores parques temáticos del país y un downtown activo y vivaz.

AT&T Center
Legado histórico

San Antonio alberga uno de los sitios históricos más importantes para el pueblo mexicano y texano. Se trata de El Álamo, una antigua misión española parcialmente reconstruida, que ha quedado ubicada en el centro de la ciudad. El sitio fue escenario de una batalla que el cine inmortalizó como la resistencia de 189 patriotas texanos, o bien secesionistas si se los mira desde la óptica mexicana. En cualquier caso, lo cierto es que el ejército mexicano avanzó hasta esta posición, cercana a las ciudades de Goliad y San Antonio de Béjar, con 6500 hombres, y tras un asedio constante, venció la resistencia de los menos de 200 hombres que, dentro de la misión, esperaban refuerzos. En esas circunstancias se firmó el tratado por el cual Texas dejó de ser parte de México. Pero no fue San Jacinto la que quedara como símbolo, sino El Álamo: orgullo texano que hoy cuenta con un museo de artefactos históricos, la capilla reconstruida y, como no hay que olvidar que está en los Estados Unidos, el Teatro IMAX River Center.

El Álamo

Ya fuera de la ciudad quedan en pie y en buen estado de conservación otras misiones hispánicas. La misión era una institución fronteriza introducida por los franciscanos a comienzo del siglo XVII con la intención de fundar pueblos de indígenas, asimilarlos a la cultura española y convertirlos al catolicismo como una manera de retener sus intereses territoriales frente a las pretensiones francesas. Quizás la más famosa de ellas sea la de San Juan de Capistrano, mencionada más de una vez en los capítulos de 'El Zorro' de la década del '60. También es una de las más bellas. 

En 1731 la misión San Juan Capistrano fue relocalizada desde la frontera texana a su sitio actual, a orillas del río San Antonio, junto a una población de habitantes originarios. El entorno natural es de los más bucólicos y la presencia del río es la excusa perfecta para emprender largas caminatas después de visitar la capilla y los salones con pinturas originales de más de 300 años.

San Juan Capistrano
  Una ciudad llena de vida

Pero no sólo las misiones denotan esta presencia latina. La cultura mexicana tiene en San Antonio una verdadera avanzada. El Mercado, ubicado en el extremo oeste del centro de la ciudad, es el más grande mercado mexicano de los Estados Unidos. En la misma zona se encuentran otros hitos culturales como el Palacio del Gobernador Español, la casa-museo Navarro y la Catedral de San Fernando. Para moverse por el área, los tranvías son la mejor opción: rápidos y baratos. Sirven también para acercarse al corazón de la ciudad: el Paseo del Río o River Walk.

Unos cuatro kilómetros del San Antonio cruzan la ciudad homónima y alrededor del curso de agua se diseñó un florido cañón ribereño, poblado de árboles, flores tropicales, cascadas y caminitos zigzagueantes. Numerosos puentes pintorescos lo atraviesan, mientras que los botes turísticos van y vienen todo el día, y por la noche, algunos proponen cenar a bordo al aire libre. A lo largo de todo el trayecto, la vegetación compite con restaurantes, bares, clubes nocturnos, comercios, hoteles, shoppings y lujosos departamentos. Durante los fines de semana el río se convierte en el punto neurálgico en donde locales y viajeros aportan movimiento constante. 

Junto al River Walk se encuentra La Villita, una sección histórica del centro de la ciudad que ha sido transformada en comunidad de artes y manualidades, con pequeños comercios que venden regalos y recuerdos interesantes. Muy cerca, el barrio King Williams, convertido en sitio histórico, ofrece un paseo en el que se pueden apreciar cientos de casas victorianas finamente preservadas. Quizás sea uno de los puntos salientes de San Antonio porque su historia, aunque breve, se puede respirar a cada paso.

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