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Allí donde reina el silencio de los Andes y la tierra está cubierta de piedras, Gualtallary Wines encontró su lugar ideal. El productor ha sido pionero en la elaboración de vinos en algunos de los terruños más altos del Valle de Uco en Mendoza, cultivando no solo viñedos, sino también una forma de concebir el vino como una expresión más profunda del paisaje.

A una altura de entre 1200 y 1500 metros sobre el nivel del mar, las 100 hectáreas de viñedos de la bodega -ubicadas frente a los viñedos de Catena Zapata y actualmente en proceso de certificación orgánica- están plantadas en suelos rocosos y calcáreos que, junto con el clima, aportan estructura, frescura y tensión natural a los vinos.

La gerente general Yanina Mariani describe así la visión del proyecto: "En Gualtallary Wines buscamos unir excelencia, autenticidad y hospitalidad con una profunda dedicación, para que cada visitante viva una experiencia inolvidable que gira en torno al vino y al terruño del que nace."

Éxito internacional

Gualtallary Wines está dirigida por la enóloga Macarena Giménez, con el asesoramiento del reconocido winemaker Alberto Antonini.

En los Decanter World Wine Awards 2025, dos de sus etiquetas obtuvieron puntajes destacados:

  • El Altus Gran Reserva Chardonnay 2022 recibió 93 puntos.
  • El Altus Reserva Malbec 2023 obtuvo 91 puntos, consolidando así a la bodega en la élite mundial.

Giménez destaca cómo el terruño moldea estos vinos premiados, explicando que "el Chardonnay proviene de una parcela ubicada a 1420 metros, donde los suelos calcáreos y el clima fresco de montaña se combinan para aportar definición característica, tensión y un perfil salino".

El Malbec, plantado a 1390 metros, ofrece gran concentración, acidez natural y una estructura precisa, complementada por la energía propia de los tintos de altura."

Una experiencia natural y holística

Para que los visitantes puedan apreciar la tierra, "ofrecemos experiencias exclusivas y profundas que permiten conectar con el alma del terruño", explica Mariani.

La bodega también cuenta con el reconocido restaurante La Tupiña, una caballeriza con más de 100 caballos criollos y un lodge situado a los pies de la cordillera, en el corazón de los viñedos, concebido como un espacio de desconexión total y experiencias personalizadas.

La filosofía de Gualtallary Wines es clara: el vino se disfruta mejor como parte de una experiencia integral. Desde una cabalgata entre los viñedos hasta una charla al atardecer, cada visita busca generar una conexión profunda con el paisaje.