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Escudo contra la inflación: en qué invertir para salir ganando en 2023

Hoy el efecto depredador de la suba de precios es lo que más preocupa a inversores y analistas. Hay alternativas para protegerse a corto plazo, pero no vale dormirse. La llegada del año electoral puede volver a poner presión al tipo de cambio.

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La inflación no es un fenómeno transitorio en la Argentina, sino por el contrario tiene un carácter casi endémico. Es uno de los grandes drivers que los inversores tienen en el frente y no descuidan. Hacerlo significa contabilizar perdidas cuantiosas.

Para este año, prevén consultoras y analistas independientes, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) cerrará en torno a los tres dígitos y el panorama no mejora de modo consistente para 2023. 

En ese contexto por demás desafiante y que está íntimamente vinculado a los desequilibrios macroeconómicos con los que la Argentina batalla sin solución, la premisa que ponen sobre la mesa los analistas consultados por APERTURA para manejar recursos propios o corporativos es gestionar activamente los pesos necesarios para el cortísimo plazo (3/6 meses como mucho) de modo de ponerlo a salvo del deterioro que implica el efecto de la inflación pero sin desatender la evolución del tipo de cambio en la puertas de un año electoral. Activos dolarizados también deben ser parte de la planificación de corto y mediano plazo.

Devanando estrategias

"Serán, según las previsiones, dos años continuos con una inflación por encima del 90 por ciento", dice de entrada Lucas Buscaglia, analista de Renta Fija y Macroeconomía en IOL invertironline. "Tomando en cuenta este escenario complejo, consideramos que posicionarse en activos que ajustan su capital por el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) representa la mejor opción para resguardar valor contra la inflación, siempre considerando los plazos de vencimiento y el perfil de inversor, dado que el índice busca replicar la evolución del IPC".

Cristian Brau, CFA chief investment officer de Santander Asset Management Argentina, desmenuza el contexto y los drivers a corto plazo: "El dólar soja permitió que el BCRA acumule una cantidad de dólares que le dieron al gobierno cierta flexibilidad a la hora de administrar la política cambiaria. En este sentido, el objetivo parece ser llevar la nominalidad de la economía (inflación, tipo de cambio, tasas) a un entorno de 6 por ciento mensual". Y advierte que, "de estas variables, sobre la que menos influencia directa tiene el gobierno es la inflación. Por tal motivo creemos que, en un horizonte corto, el foco de cobertura debería ser esta variable. Por supuesto Argentina es una economía que suele cambiar muy rápidamente y nunca es conveniente estar totalmente pesificado".

Diego Martínez Burzaco, head de Research en Inviu, pone foco también en la cobertura inflacionario a corto plazo. "Nuestra perspectiva es que los próximos meses la inflación le va a seguir ganando a la devaluación del dólar oficial por lo tanto recomendamos al inversor minorista que quiere mantener el poder adquisitivo ganar algunos puntos extras posicionándose en Letras del Tesoro que ajustan por CER". Aclara en este punto que, de estos papeles, los que tienen vencimiento en enero, febrero y marzo ya tienen rendimiento real positivo (por encima de la inflación) y subraya que "el riesgo de esta estrategia es el desequilibrio que tiene el Tesoro pero no creemos que haya un evento de crédito de corto plazo".

Claro que nada es lineal en la Argentina. La inestabilidad obliga a tener un plan bien pensado. En el corto plazo y para inversiones en pesos la inflación es la variable a superar. Alargando un poco más la mirada, el tipo de cambio y su evolución respecto de los precios de la economía, entra también en el radar.

Santiago Quarracino, portfolio manager de HSBC Argentina, lo pone en estos términos: "A diferencia de otros períodos de mayor estabilidad, la cartera dependerá fuertemente de la tolerancia al riesgo del inversor y sus horizontes". "Un inversor que requiera disponer de los pesos para gastos en el corto plazo debería cubrirse más de la inflación con instrumentos en pesos que generan retornos más estables. Las opciones más simples son los plazos fijos UVA (prácticamente exclusivo para personas físicas) y los bonos del gobierno, aunque los fondos comunes de inversión por su simpleza operativa y liquidez son la opción más sencilla. Por el contrario, quienes buscan maximizar ganancias deberían enfrentar el período preelectoral más dolarizados".

Martínez Burzaco hace zoom también en el año electoral que se avecina. "Estar asociado al dólar libre es siempre una alternativa", dice y señala a las Obligaciones Negociables -bonos emitidos por empresas- como el activo más recomendable para los inversores minoristas.

Jugada corta

Yendo de lo general a lo particular, Buscaglia de IOL invertironline, recomienda a los inversores posicionarse en los siguientes activos CER, analizando siempre previamente los plazos de inversión y los perfiles de riesgo de cada uno. "Para los inversores que quieran invertir pensando en un corto plazo, que serían un poco menos de 6 meses, sumar la letra X17F3, que ajusta capital por CER con vencimiento en febrero del 2023, es una opción atractiva. Este instrumento cuenta con una TIR a la fecha de CER+4 por ciento y con una TIR (rendimiento anualizado) esperada del 118,3 por ciento considerando las estimaciones del REM", detalla.

"Otra opción interesante para el corto plazo es sumar a la cartera el bono TX23, con vencimiento el 23 de marzo del 2023 y que rinde a la fecha CER +5,5 por ciento. Cabe destacar que el rendimiento esperado anualizado de este bono se sitúa en 122,4 por ciento, que superaría a la inflación".

Mariano Calviello, head portfolio manager de Galicia Asset Management, marca primero la necesidad de que cada inversor respete su perfil de riesgo y plazos de sus objetivos y subraya que "en términos generales, el mercado ofrece alternativas con buen rendimiento sin necesidad de tener que invertir en duration muy extensa".

"En contextos volátiles siempre es saludable estar lo más corto en plazo posible. Para cobertura por inflación, las LECER de mediano plazo ofrecen rendimientos reales positivos, luego de mucho tiempo de operar con spread negativo", dice Calviello y señala el FCI FIMA RENTA PESOS que "invierte mayoritariamente en este tipo de activos, con el objetivo de ser una alternativa simple y de corta duration para cubrirse contra inflación".

Los riesgos de este tipo de inversión en títulos públicos están asociados al comportamiento del Soberano. "En este sentido -explica Brau- una vez aceptado este riesgo, la curva de pesos ofrece tasas reales positivas. Por tanto, tomando precaución con la duration de la cartera y el horizonte de tiempo, el mercado ofrece la posibilidad de obtener retornos encima de la inflación".

Agustín Romiti, director de Financial Quality, aporta que "un instrumento que rindió muy bien para inversores que buscan cubrirse de la inflación y de los riesgos cambiarios son los fondos comunes de inversión ajustables por CER". De mantenerse a corto plazo la pax cambiaria, pueden ser una alternativa.

Es cierto que rendimiento pasado no garantiza nada a futuro, pero a condiciones similares el recorrido también podría serlo. Es, al menos, una brújula. "Si consideramos que un inversor el 1/1/2020 contaba con $1 millón y tenía que optar por comprar dólares, hacer un plazo fijo tradicional renovando capital más intereses a 30 días o constituir un fondo CER, la cantidad de pesos que hoy tendría sería, en dólares: $3.928.311; con el plazo fijo: $3.532.498 y con el Fondo CER: $6.355.680", detalla Romiti.

¿Y los plazos fijos que en los últimos meses tuvieron un importante aumento en sus tasas de interés? El tema está opinado, pero más allá de los puntos de ganancia que pueda acercar a corto plazo, todos coinciden que su principal riesgo es la inmovilización de capital por 30 días como mínimo.

"Si bien las tasas de plazo fijos comunes no son malas, a veces dejar inmovilizada por 30 días la inversión termina resultando oneroso por desaprovechar oportunidades", postula Quarracino, de HSBC Argentina. "En el caso de los plazo fijo UVA el plazo se incrementa a 90 días y si bien hay una opción de pre cancelación la misma corre a partir del día 30 y tiene plazo de ejecución. La opción que combina rendimiento y disponibilidad son los FCI que tienen mayor liquidez y permiten aprovechar las oportunidades de mercado en caso de querer cambiar de inversión".

Brau, de Santander, se inclina también por instrumentos diferentes al plazo fijo. "Preferimos la utilización de FCI. En un contexto tan cambiante como el argentino, la liquidez de la cartera se convierte en un valor esencial ya que permite aprovechar mejor las oportunidades o tomar cobertura en caso de ser necesario con mucha más velocidad que la permitida por posiciones de plazos fijos".

La misma lectura aporta Mariano Ricciardi, director de la Consultora BDI: "El riesgo del plazo fijo es quedar atrapado en pesos en una posible devaluación. Hoy tienen una TNA del 75 por ciento, superior al rendimiento de las Ledes cortas pero en el escenario actual, preferimos perder unos puntos de rentabilidad, pero tener liquidez inmediata para poder pasarse a dólar", advierte.

"Octubre fue un buen mes para el carry trade (posicionarse en tasa de interés), con el dólar haciendo la plancha. Para quienes tuvieron la valentía de vender dólares y colocarse en pesos, fue un buen octubre. Ahora, hacia adelante, será importante ver qué pasará con las licitaciones del Tesoro y también hay que seguir a la industria de FCI, las entradas y salidas, que son toda una señal por sí misma", explica Matías Roig, Director de PPI.

Advierte inmediatamente que "con la nominalidad de las tasas de interés y la inflación, no suena lógico que el dólar financiero se mantenga. De hecho, la historia nos ha mostrado que el movimiento de los dólares financieros suele ser más abrupto. Hay que monitorear los drivers políticos y las señales que se vayan desprendiendo de las renovaciones en pesos".

Diversificar

Así el contexto, tener un pie en cada plato para intentar que el paraguas de las inversiones nos cubra lo mejor posible de distintos frentes de tormenta no es un detalle menor en la Argentina. La inflación puede ganarle en algunos periodos -como sucede en lo que va de 2022- pero el tiempo (y la historia argentina) deja siempre a la moneda norteamericana en el podio. Romiti, director de Financial Quality, pone en números la amenaza de no cubrirse de la devaluación de tipo de cambio. "En términos comparativos, el plazo fijo este año rindió más que el dólar, pero si el análisis se hace considerando períodos de tiempo más largos nos encontramos con que si un inversor el 1/1/2016 contaba con $1 millón podía comprar en ese momento US$ 74.400. Si hubiera decidido colocar ese dinero a plazo fijo renovando capital más intereses cada 30 días, hoy con todo el rendimiento acumulado podría comprar US$ 42.000", explica el analista y subraya: "Habría perdido casi la mitad del capital en dólares"

Nadie sabe cuál será el recorrido de las diferentes variables a mediano plazo, es por eso que la diversificación es siempre una estrategia que suma tranquilidad a la cartera de inversiones.

En ese sentido, Quarracino, de HSBC, alienta a los inversores a tomar nota de factores tanto locales como externos a la hora de plantear una estrategia, aunque esta sea de corto plazo. "Dado el contexto internacional, donde no es clara la inflación de mediano plazo y si los bancos centrales del mundo cuentan con herramientas para enfrentarla sin una recesión significativa, sumado a la incertidumbre habitual local de los períodos preelectorales, preservar el capital invertido debería primar sobre buscar retorno".

"En términos generales -analiza el ejecutivo de HSBC- para un inversor típico minorista de Argentina, una cartera dolarizada sería la opción más lógica, más teniendo en cuenta que es un año electoral y eso suele empujar la demanda de dólares". "Un inversor más especializado podría tratar de aprovechar puntos de entrada y de salida, siguiendo las perspectivas de cosecha y la cotización diaria del dólar en relación con la inflación", opina.

Ricciardi, director de la consultora BDI, recomienda para perfiles conservadores de cara a los próximos cuatro a seis meses dolarizarse vía Obligaciones Negociables aprovechando las altas Tasas Internas de Retorno (TIRs) en dólares. "A un escenario a seis meses, vemos una posible devaluación del oficial durante el mundial, o a mas tardar durante enero o febrero. Hay que ver cómo afecta esta suba del oficial sobre el resto de los dólares financieros, pero lo seguro es que el pass through a precios sea instantáneo. Para aquellos que no puedan dolarizarse por las restricciones actuales, el Bono TX23 que ajusta por CER, es el que mayor cobertura nos da a un horizonte de 6 meses". 

Esta nota se publicó originalmente en el número 347 de revista Apertura.

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