Superó el cáncer, publicó un libro con su historia y hoy es el número uno de comunicación de su empresa
Acostumbrado a competir en carreras extremas, David Grinberg nunca se imaginó que iba a tener que superar el desafío más difícil de su vida: enfrentar un cáncer de médula ósea.
David Grinberg está en Buenos Aires por un par de días. Con un castellano perfecto -y acento portugués- cuenta cómo fue el proceso de escritura de su libro que hace tres semanas se publicó en la Argentina.
"Escribir este libro me ayudó a transitar algo completamente desconocido para mí. Es una historia de inspiración que muestra a las personas que una sentencia de muerte, como la que me pasó a mí, se puede transformar en una afirmación de la vida", dice.
En Rutina de hierro, Grinberg detalla su historia de superación personal: cómo fue atravesar un cáncer de médula ósea que le diagnosticaron en 2018. Durante toda la entrevista, la charla va a ser alegre y enérgica, seria cuando habla de los momentos que vivió en el hospital, pero con un optimismo del que no se aleja en ningún momento.
"Tenía una vida estable pero todo cambió y llegó la incertidumbre", cuenta con naturalidad. David siempre llevó una vida tradicional y tranquila: brasilero, practica deporte desde chico -su pasión-, estudió periodismo, hizo una maestría en Relaciones Públicas y desde hace 14 años trabaja en Arcos Dorados. Luego se casó con su actual esposa, Thais, y hoy es padre de dos hijos gemelos -un niño y una niña-.
"Mientras estaba en el hospital hice un clic y dije, ‘voy a empezar a escribir'. Soy periodista y siempre quise escribir un libro, pero nunca supe de qué y la vida me presentó esta oportunidad. Mientras transitaba la enfermedad fui escribiendo lo que sucedía en el día a día del hospital haciendo un paralelismo con lo que es entrenarse para el Ironman. Casi el 80 por ciento del libro lo escribí en el cuarto del hospital", dice.
Hasta el día que le informaron que tenía cáncer, David se estaba entrenando para participar en un Ironman "completo", uno de los eventos deportivos más difíciles (3,8 kilómetros de natación, 180 de ciclismo y 42 de atletismo). Disciplinado desde chico, dice que esa misma disciplina -de la que no recuerda haber renegado alguna vez- lo ayudó a atravesar la enfermedad.
"En mi cabeza era como si estuviera entrenando para el principal Ironman de mi vida. Y de hecho era un Ironman que no podía fallar. Estuve muy enfocado en hacer todo súper bien y ser lo más disciplinado que pude. Todas las enseñanzas que me trajo el deporte desde chico creo que fueron clave para poder transitar el mayor desafío que tuve en mi vida", confiesa.
La fase de tratamiento intensivo duró seis meses, lo que equivale a seis ciclos de quimioterapia y un trasplante de médula ósea que -dice- fue "una especie de séptimo ciclo, muy diferente a los anteriores". En el medio, atravesó todos los estados anímicos y cambios físicos. No solo eso, sino que además recibió un ascenso en su trabajo: desde 2019 es el vicepresidente de Comunicaciones Corporativas de América Latina y el Caribe de Arcos Dorados. Se encarga, entre otras cosas, de definir las estrategias de comunicación para la compañía y su implementación en los veinte países de la región donde opera la marca McDonald's.
Hacia el final de su tratamiento recibió una noticia inesperada: su amigo de trabajo, Dan, le informó que dejaba la empresa y que sería él quien ocuparía su lugar. "Aunque tuve que compartir tareas profesionales con el tratamiento del linfoma, recibí un ascenso y alcancé el puesto más alto de la empresa en mi área", resume en el libro.
"La compañía estaba atravesando por un momento muy importante en donde había que realizar muchas definiciones. Estaban en la fase de planeamiento del próximo ciclo de crecimiento de la compañía por los siguientes tres años y yo recién estaba empezando a enterarme cómo se daban estas discusiones y a entender cuál era mi rol en todo eso", explica sobre el desafío que fue aceptar la nueva posición.
Pero los cambios no frenaron ahí. Pronto su trabajo lo llevó de Brasil a la Argentina, y de la Argentina a Uruguay, donde vive actualmente. "Estaba almorzando con el jefe de Recursos Humanos, la charla iba muy bien hasta que me dijo que, para asumir el cargo, tendría que mudarme a la Argentina, donde se encontraba la sede de la empresa, en algún momento de 2019", cuenta.
Ahora, desde hace dos años y medio, vive en Uruguay. "Este fue uno de los motivos que me hizo publicar el libro en español porque hace ya cinco años que estoy fuera de Brasil. Hace cuatro que el libro está en portugués y faltaba esto, para poder compartirlo con la gente de acá", explica.
Rutina de Hierro, de editorial Planeta y está presente en Brasil, Uruguay y Argentina.
Todos los derechos autorales del libro -aquellos ingresos que le corresponden a él- los dona a Fundación Porsaleu, una institución en Uruguay que ayuda a pacientes con linfoma y leucemia que no tienen los recursos económicos para acceder a un tratamiento adecuado.
David se sorprende por la recepción que tuvo el libro. Cuenta, entusiasmado, que mucha gente se le acerca para agradecerle por compartir su historia. "Yo creo que el libro tiene potencial de llegar a todos los países de habla hispana y también de habla portuguesa".
Y confiesa que todavía tiene un asunto pendiente: "No sé bien cuándo, pero en algún momento voy a hacer el Ironman completo. Tengo una deuda personal con esta carrera y quiero volver a hacerla y a hacerla bien".