Producir medicamentos en el espacio, la nueva apuesta de las farmacéuticas
Algunos experimentos han demostrado las ventajas de cristalizar valiosos medicamentos a base de proteínas en la microgravedad.
La startup LambdaVision Inc. tiene grandes planes para desarrollar la primera retina artificial a base de proteínas destinada a pacientes con retinitis pigmentosa, una causa genética de ceguera. La producción de esta retina implica depositar 200 capas del grosor de un papel de una proteína sensible a la luz en una malla polimérica. Las capas deben ser perfectamente uniformes para que la retina funcione correctamente, un proceso que resulta difícil de lograr en la Tierra.
A partir de 2018 la compañía acudió a la Estación Espacial Internacional con la esperanza de que la microgravedad presente allí podría ayudar. En los ocho experimentos que despachó hasta ahora consiguió mejorar notablemente la calidad de la producción. En el espacio "se consiguen capas bien uniformes" de la proteína con menos derroche de material, explica Nicole Wagner, directora ejecutiva de Lambda Vision.
De momento no hay ninguna droga en el mercado que haya sido inventada en el espacio, y mucho menos producida allí. Los experimentos muestran las ventajas de cristalizar en la microgravedad valiosas drogas en base a proteínas. Las proteínas son moléculas delicadas y complejas, y es notoriamente difícil producirlas en forma de cristales. Pero sin gravedad se reduce la convección de fluidos, las moléculas se mueven con más lentitud y la temperatura puede ajustarse con más precisión. Ello reduce los defectos de los cristales y permite mejorar su tamaño y uniformidad, señaló un portavoz de Eli Lilly & Co.
Hace décadas que las farmacéuticas están enviando experimentos de cristalización de proteínas al espacio. Uno de esos experimentos de los días iniciales de la estación espacial ayudó a los investigadores a diseñar una droga para la distrofia muscular que hoy se encuentra en las etapas finales de ensayos en Taiho Pharmaceutical, rama de la nipona Otsuka Holdings Co.. Otro experimento en marcha, en este caso de Lilly, examina el crecimiento en cristales de drogas existentes o experimentales para la diabetes, para el dolor o para afecciones cardiovasculares, en conjunción con Redwire Corp., socio de Lilly.
El interés por desarrollar drogas en el espacio despegó en verdad desde que Merck & Co. indicó en un estudio de 2019 que podría utilizar la gravedad para diseñar una formulación mejorada del Keytruda, su popular medicamento contra el cáncer, que registra ventas anuales por US$ 20.000 millones.
Pero en un experimento realizado en 2017 en la estación espacial, Merck identificó una forma inesperada de colocar más anticuerpos cristalizados de Keytruda en una suspensión de tránsito rápido. Desde entonces el gigante farmacéutico descifró cómo podría duplicar ese proceso en la Tierra. La formulación espacial es candidata a ingresar pronto en ensayos con humanos, agregó Reichert.
Un rival de Merck, Bristol Myers Squibb Co., también hace trabajos en el espacio con la formulación de drogas de proteínas, incluso un experimento en la estación espacial en marzo. Aunque la compañía no reveló las drogas con las que está trabajando, uno de sus productos más vendidos es el medicamento para el cáncer Opdivo, un rival de US$ 8.200 millones del Keytruda.
Por ahora, tanto Merck como Bristol Myers usan los experimentos espaciales para lograr mejores formulaciones que las que podrían conseguirse en la Tierra. Pero una posibilidad en el futuro es una situación híbrida en la que se usen las condiciones favorables del espacio para producir pequeñas cantidades de una proteína "semilla" que luego sería traída a la Tierra para cultivarse en tamaños más grandes, observa Michael Roberts, director científico del Laboratorio Nacional de la Estación Espacial Internacional. Una suerte de masa madre para la producción de medicamentos.
Aun así, la producción en el espacio de ingredientes terminados para drogas no sería práctica en productos de gran volumen. Merck fabrica toneladas del Keytruda en la Tierra; en cada uno de sus experimentos en la estación espacial sólo produjo el equivalente a una dosis, aclara Reichert.
"Si seguimos viendo el éxito que vemos en la microgravedad, no habrá nada que me haga pensar que no podríamos hacerlo en el espacio", comentó la CEO Wagner.
Compartí tus comentarios