De Escocia al mundo

La historia de Johnnie Walker: la verdad detrás de su etiqueta y el almacenero que la inventó

El hijo y los nietos de John Walker fueron los encargados de desarrollar la marca. Hoy es la etiqueta top de whisky escocés.

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Si bien la marca lleva el nombre del patriarca de la familia, fueron sus sucesores quienes se encargaron de crearla y le aportaron sus rasgos distintivos. Johnnie Walker es el whisky top de Escocia y el más vendido con casi 127 millones de litros en 2020, según The Spirits Business. En sus más de 200 años de historia, esta bebida no solo se destacó por su sabor sino por algunas innovaciones por fuera del líquido que la distinguieron de la competencia, como su forma, etiqueta y logo.

John Walker no tuvo una infancia fácil. En 1819, con solo 14 años, sufrió la pérdida de su padre, quien estaba encargado de la granja familiar. Tuvo que sobreponerse rápido y al año siguiente decidió vender su parcela y usó ese dinero para comprar un almacén en Kilmarnock, una localidad al oeste de Escocia. Todos los comerciantes de la zona, además, vendían un stock de whisky del que se aprovisionaban, pero a Walker le gustaba jugar con los blends y pronto se hizo conocido por el producto que vendía.

John Walker abrió su almacén en 1920. Ahí elaboró sus primeros blends.

Sin embargo, siempre mantuvo un pequeño negocio y murió en 1857. En ese momento su hijo, Alexander, siguió el emprendimiento y lo hizo crecer. La Revolución Industrial y la apertura del ferrocarril le abrieron la oportunidad al heredero de hacer conocidos sus productos en el mundo y él supo que tenía que aprovechar esta situación. Fue así que en 1867 lanzó el primer blend comercial de Johnnie Walker "Old Highland Whisky" y consiguió que los capitanes de barcos y agentes comerciales lo distribuyeran en varios países.

La historia detrás de la etiqueta "torcida"

Alexander Walker fue el cerebro detrás de dos elementos distintivos de la marca hoy. Por un lado, empezó a vender su whisky en una botella cuadrada. Esto reducía la posibilidad de que la misma se rompiera durante al viaje, además de aumentar la capacidad de envío. Asimismo, le sumó una etiqueta con un pequeño detalle. En lugar de ubicarse recta optó por colocarla con una inclinación de 20 grados por dos motivos: resaltar del resto y así aprovechar la superficie de la botella y poder agrandar las letras del nombre.

El Caminante o The Striding Man era un juego de palabras con el apellido de la familia.

Distinguir a los diversos whiskies de su línea por el color de su etiqueta fue una idea de sus hijos, Alexander II y George. La etiqueta roja representaría a su whisky pionero de 9 años de añejamiento, mientras que la negra sería para los deluxe con más de 12 años de añejamiento. Más tarde se sumarían las etiquetas dorada, plateada y azul. Esta última para su whisky ultra premium.

Por otro lado, durante el mandato de los hermanos también surgió su icónico logo The Striding Man. Fue creado por el ilustrador Tom Brown quien lo dibujó en una servilleta durante un almuerzo. John Walker, el almacenero, se transformó en el dandy Johnnie Walker, su nuevo alter ego.

Venta e inversión millonaria

En 1925 la marca pasó a formar parte de Distillers Company, la cual fue adquirida por la cervecera Guinness en 1986. Finalmente en 1997 el holding se fusionó con Grand Metropolitan y se reconvirtió a Diageo, quien hoy tiene a Johnnie Walker en su portfolio de bebidas.

En 2021 la compañía invirtió u$s 210 millones y abrió un centro de visitas de la marca en Edimburgo. Se trata de un edificio de ocho pisos que los turistas pueden recorrer y conocer la historia de la etiqueta.

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