Es experta en estadística, trabajó en una multi y ahora lidera una agrupación de ejecutivos
Silvia Bulla ejerce diversos roles de liderazgo en empresas y en la ACDE, pero advierte que hubo un retroceso en materia de equidad a partir de la pandemia.
En la agenda de Silvia Bulla conviven diversos roles. La licenciada en Estadísticas por la Universidad Nacional de Rosario es directora de Recursos Humanos para Latinoamérica de International Flavors and Fragrances (IFF), presidente de Danisco Argentina SA y Solae Argentina y, desde abril, titular de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE).
Comenzó su carrera como becaria en el área de Procesos de la planta de nylon de la empresa DuPont, en la ciudad de Mercedes. Posteriormente, se desempeñó en el sector de Calidad, lugar en el que -según revela-se despertó su interés por los temas relacionados con las personas.
Potenció su inclinación con formación específica, incluyendo un Máster en Administración de Empresas, una certificación de Coach Ontológico otorgado por la International Coaching Federation; una de Liderazgo en Innovación, del UC Berkeley Center for Executive Education; una capacitación específica en Recursos Humanos por la Universidad Di Tella, y la Certificación NextBoard del UCEMA para formación en directorios. Pero aclara: "Adicionalmente a los estudios, creo fundamental hacer referencia a la formación holística que me aportó el mundo corporativo de empresas de negocios diversificados y tener una trayectoria de más de 30 años trabajando con y para las personas".
Bulla cree que, aunque hubo cambios en relación con la participación de la mujer en ámbitos laborales, la pandemia implicó ir hacia atrás en varios aspectos. "A diferencia de lo que pensábamos cuando en los foros se hablaba de que las ‘cualidades femeninas' permitían gestionar y sobrellevar la pandemia desde lo dirigencial y también familiar, ciertamente hemos retrocedido", asegura. Y explica: "Menos mujeres ingresan al mundo laboral, se desarrollan y alcanzan posiciones de liderazgo. Las mujeres volvieron a perder terreno y es necesario revisar los vínculos contractuales en las parejas y en el ámbito del trabajo, porque el problema continúa y preocupa".
La dirigente considera que, entre las causas, están las dificultades para conciliar la vida laboral, familiar y personal, pero también piensa que hay una falta de reconocimiento, frecuente cuestionamiento de las decisiones de las mujeres por parte de los colegas varones, dificultades en el acceso a ascensos por su género o responsabilidades familiares, microagresiones y falta de compromiso de las empresas con la diversidad, la equidad y la inclusión (DEI).
"Se ha avanzado en el tema, pero aún queda mucho por hacer", señala. "A pesar de los grandes esfuerzos que puedan hacerse a través de programas corporativos de inclusión, incluyendo cupos, es fundamental superar aspectos culturales firmes en estereotipos naturalizados y difíciles de superar", añade.
Bulla destaca la importancia de la solidaridad y proactividad y la necesidad de "impulsar un mundo del trabajo nuevo, reinventarlo". Es por lo que considera clave el trabajo en red.
"En ACDE tenemos un espacio llamado ACDE mujer, cuyo objetivo es, con los valores cristianos como base, reconocer la singularidad del aporte femenino a las organizaciones y valorar la diversidad que todos aportamos. Porque ahí está la clave: la diversidad suma y es complementaria, siempre", manifiesta.
"Debemos accionar y adelantar los cambios, dar señales del compromiso en todos los lugares en los que actuamos, incluyendo en nuestras casas. El timing es hoy, porque una sociedad más justa, inclusiva e integradora nos la merecemos todos", concluye.
La versión original de esta nota se publicó en el número 359 de revista Apertura.
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