

Estados Unidos logró un hito histórico dentro de la carrera militar cuando se consagró como el poseedor del avión a reacción más rápido del mundo, con un vuelo capaz de triplicar incluso la velocidad del sonido.
Aunque originalmente este novedoso equipo fue diseñado a fines de la década del 50’ con fines de espionaje, aún lidera los récords mundiales de rapidez, siendo uno de los máximos orgullos de este país.
El avión militar más rápido del mundo: un orgullo para Estados Unidos
El Lockheed SR-71 Blackbird es capaz de alcanzar velocidades de 3,500 km/h, cuatriplicando con su vuelo la velocidad promedio a la que puede desplazarse un avión comercial.
El diseño de sus particulares tomas de aire marcó la diferencia en este sentido, al permitir controlar y frenar el aire que ingresa antes de que llegue al motor para que el equipo pudiera operar correctamente.

Como este modelo debe ser resistente a altas temperaturas, su superficie externa está hecha de titanio para proteger el aluminio del fuselaje. Lo mismo sucede con los neumáticos, pues para evitar que se derritan durante el vuelo están recubiertos de látex con aluminio y cargados con nitrógeno.
Un orgullo militar: para qué se utilizó el avión más rápido del mundo
Este ejemplar ultra veloz fue utilizado durante la Guerra Fría para con el objetivo de infiltrarse en territorios estratégicos sin correr peligro de que se lo detecte o derribe.
Su fuselaje particular fue una de sus mejores herramientas para evitar ser percibido por cualquier radar y su velocidad también fue utilizada para burlar los sistemas de defensa enemigos, como el lanzamiento de misiles.
Así, su poder para ganarle al sonido en velocidad, para alcanzar alturas extraordinarias y soportar temperaturas sofocantes lo posicionan como uno de los mayores hitos de la ingeniería aeronáutica.













