Resultados

Alimenticias mejoran sus balances por ajustes, reducción de deuda y ventas de activos

Ledesma y Molinos Río de la Plata se mantuvieron rentables y Mastellone redujo pérdidas. Pero esas mejoras son "condicionadas": sus mayores controles de costos y esfuerzos financieros compensaron caídas de volumen y más cargos por impuestos, en especial, a las ganancias

Es temporada de balances y las principales empresas del país están reportando sus resultados al mercado. Y, si bien algunas muestran mejores números que un año atrás, no significa que eso sea porque les vaya óptimamente en sus negocios. En el caso de las alimenticias, esas mejoras son "condicionadas", ya que reflejan férreos ajustes y controles de costos, reducción de deuda e, incluso, ventas de activos.

En tal sentido, entre el lunes y este martes, se conocieron tres casos testigo: Ledesma, Mastellone Hermanos (dueña de la marca láctea La Serenísima) y Molinos Río de la Plata.

Ledesma, el gigante agroindustrial de la familia Blaquier, difundió los resultados de su año fiscal, que cerró el 31 de mayo. Registró un beneficio neto de $ 5,2 millones. Doce meses atrás, había ganado $ 1093 millones. Había sido su primer balance positivo en cuatro años. En 2019, por caso, perdió $ 3,24 millones.

En su último ejercicio anual, Ledesma tuvo un resultado operativo de $ 3,9 millones y un resultado financiero positivo de $ 2,3 millones. Hasta el año pasado, este ítem había sido negativo. "Durante el ejercicio 2020/2021, el resultado financiero neto medido en términos reales se revirtió, generando un impacto positivo sobre el resultado neto", reseñó la compañía. 

"Esto se explica por la combinación de tres factores: en primer lugar, la venta de la participación remanente en Glucovil; en segundo lugar, porque el costo financiero medido en términos reales cayó con respecto al ejercicio anterior; y como tercer factor, se realizó un manejo eficiente de la tesorería, aprovechando oportunidades que se presentaron para reducir el costo de la deuda y optimizar los resultados", agregó.

Ledesma está ejecutando Génesis XXI, plan estratégico a 10 años que, además de reenfocar sus negocios, pone especial énfasis en la eficiencia de ejecución. También, en su reperfilamiento financiero, con la reducción de deudas como norte. La venta de su 30% en Glucovil a Cargill, acordada en octubre, por u$s 34,5 millones, obedeció a ambos objetivos. En tal sentido, su pasivo roza los $ 21.000 millones. Un año atrás, rondaba los a $ 27.500 millones.

Durante el año fiscal, también hubo un fuerte cargo de impuesto a las ganancias: $ 1808,7 millones, contra $ 774,9 millones de un año antes.

En términos de su negocio, Ledesma consignó "una situación compleja e incierta". El contexto de pandemia afectó operativamente al grupo y, también, tuvo secuelas comerciales. "El impacto de la pandemia y el confinamiento sobre la economía afectó la demanda de algunos de nuestros productos, especialmente, el papel, lo que nos obligó a buscar nuevos mercados y a desarrollar nuevos productos", informó. 

 Además, sufrió un incendió que la forzó a interrumpir su producción durante 40 días. "Ambos efectos combinados impactaron negativamente el resultado de este negocio, que cayó con respecto a ejercicios anteriores", indicó.

En relación a su negocio de azúcar, refirió que los acuerdos de precios, dentro del programa Precios Cuidados, "generaron dificultades para compensar los incrementos sufridos en los costos productivos". 

"El precio del azúcar se incrementó muy por debajo del nivel de precios general y de los costos de producción. En sentido opuesto, la recomposición de los precios del alcohol anhidro establecida por la Secretaría de Energía y la sanción de la nueva Ley de Biocombustibles han traído alivio a la situación de este sector, que arrastraba un fuerte atraso en los precios", señaló. 

"Por su parte, el Negocio Frutas se vio afectado por el cierre del mercado europeo al ingreso de cítricos argentinos. Esto obligó a la compañía a re-direccionar un volumen a otros mercados menos rentables", añadió.

"Por último, el Negocio Agropecuario sufrió los efectos de la sequía que afectó a la Pampa Húmeda durante la primavera pasada, que generó menores rindes del maíz y de la soja. Sin embargo, la suba de los precios de los granos en general más que compensaron ese efecto", agregó.

Ledesma también identifica desafíos a futuro. "En el Negocio Azúcar, a pesar de que se estima que los buenos precios internacionales se van a mantener, hay incertidumbre si los precios domésticos, especialmente, del segmento de consumo masivo, podrán acompañar el incremento de costos y cuál es el impacto productivo que terminan teniendo las precipitaciones por debajo de lo normal ocurridas durante la primavera pasada", vaticinó.

"En Papel, el foco estará en si la demanda empieza a recomponerse luego del impacto de la pandemia. En Frutas, si bien el mercado europeo se reabrió para esta campaña, los controles fitosanitarios serán más estrictos y el mercado de aceites y jugos, especialmente de limón, se encuentra deprimido", continuó. 

"Por último, el Negocio Agropecuario tiene buenas perspectivas de precios para los granos e incertidumbre sobre el impacto de las restricciones impuestas a la exportación de carne", acotó.

"Teniendo en cuenta esto somos prudentes en nuestras expectativas para los próximos trimestres y continuamos enfocados en nuestro plan de mejora de competitividad, que nos permitirá seguir recorriendo el camino trazado y aprovechar las oportunidades que se nos presenten", concluyó la reseña.

Menos volumen, más eficiencia

También Molinos Río de la Plata se mantuvo en la senda de la rentabilidad. La alimenticia del grupo Perez Companc ganó $ 998 millones, ligeramente por encima de los $ 912,7 millones, también positivos, que había registrado en la primera mitad de 2020.

El año pasado, Molinos registró un resultado neto de $ 1746 millones. Pero como consecuencia, principalmente, de haber vendido el predio donde funcionan sus oficinas centrales, en Victoria. La transacción fue por u$s 20,7 millones. La empresa había acumulado pérdidas por $ 5000 millones en sus balances de 2017, 2018 y 2017.

En el primer semestre de 2021, la facturación de Molinos cayó 12,2%, a $ 28.000 millones. En este período, "el consumo de sus principales categorías en el mercado argentino ha tenido un importante descenso, de acuerdo con los registros de las principales consultoras especializadas", indicó.

En tal sentido, explicó que la ganancia, equivalente al 3,6% de sus ventas, es producto, "en primer lugar, de la continuidad de una férrea disciplina financiera, un agresivo foco en los programas de eficiencia y un estricto control de gastos".

"Complementariamente, el segundo factor se debió a algunas mejoras incipientes en el contexto de negocios, como la baja del costo financiero, la desaceleración del ritmo de devaluación de la moneda local y la posibilidad de recuperar parcialmente algunos de los importantes aumentos de costos asociados, principalmente, a la suba persistente de las materias primas impulsadas a nivel internacional", agregó.

No obstante la persistencia de "muchas de las dificultades del contexto que se hacen notorias en los niveles de consumo", Molinos "confía en la recuperación paulatina de la economía, en la medida que la pandemia comience a controlarse y, a partir de allí, poder alcanzar la rentabilidad acorde a la calidad de sus activos". Por ello, agregó, continuará "enfocada en el consumidor, sus marcas, la productividad y la eficiencia".

Pese a la recuperación de actividad -y consecuente efecto en ingresos- que mencionó, sus perspectivas para el segundo semestre incluyen "un mayor costo de las principales materias primas que utiliza la compañía".

En clave de reestructuración

Por su parte, Mastellone perdió $ 607 millones en el semestre. Pese a estar en rojo, resultó una notable reducción de la pérdida del mismo lapso de 2020 ($ 1440 millones).

"Sin duda, el hecho relevante para la compañía en el período es la finalización exitosa del proceso de refinanciación de su deuda financiera", celebró. El mes pasado, la mayor láctea del país refinanció el vencimiento de u$s 200 millones de obligaciones negociables (ON) en el mercado internacional. Hizo un canje de bonos -que tuvo aceptación de acreedores por el equivalente al 82,25% de su principal-, accedió a un crédito de Rabobank y emitió, por primera vez en su historia, ON en el mercado de capitales local, donde recibió ofertas de suscripción  por, prácticamente, el doble de lo que buscó.

"Esta compleja operación financiera le permite a la compañía reducir su costo financiero y diversificar su estructura de deuda, lo cual, indudablemente, es positivo", indicó.

Sobre los resultados del semestre, explicó: "Estuvieron afectados por el aumento de los principales costos de producción, los que necesariamente debieron ser compensados por incrementos en nuestros precios de venta, sobre todo, también considerando (...) el efecto negativo causado por el programa de 'Precios Máximos' durante casi todo el año anterior y parcialmente este".

"En este sentido, es relevante señalar lo sucedido con el costo de la materia prima láctea, el cual se ha incrementado sensiblemente, producto entre otros factores, por la stiuación de los precios internacionales, de los lácteos, los precios de los granos, etcétera", apuntó.

También mencionó una pérdida impositiva, en la que influyó "el reciente incremento en la tasa del impuesto a las ganancias". "Genera un crecimiento de esos pasivos netos y, consecuentemnte, una pérdida", planteó.

El resultado operativo del semestre fue una pérdida de $ 121,23 millones, contra un beneficio de $ 836,3 millones un año atrás. Pero los ingresos por inversiones, costos financieros, diferencias de cambio, otros resultados financieros y resultado por la posición monetaria neta arrojaron un saldo positivo de $ 1409,7 millones, versus un rojo de $ 2205,44 millones en el primer semestre de 2020.

Así, Mastellone, que le pertenece al Grupo Arcor y al fondo Dallpoint, registró en la mitad inical de 2021 una ganancia antes de impuestos de $ 1387,85 millones (había perdido $ 1367,6 millones en igual período del año pasado en este rubro).

El resultado neto negativo fue producto del cargo por impuestos a las ganancias y a la ganancia mínima presunta: una pérdida de $ 1995,42 millones, contra $ 72,72 millones un año atrás.

En relación a las perspectivas, Mastellone informó a sus accionistas que "la compañía continuará realizando todas las acciones necesarias tendientes al control de sus costos, evitando la dispersión de estos, lo que invariablemente podrían implicar un ajuste en los precios de venta".

"Asimismo, el seguimiento durante el segundo semestre de las variables macroeconómicas, precios internacionales, etcétera, será de fundamental importancia, sobre todo, en la medida que impliquen cambios con respecto a lo planificado", aclaró.

"En este caso, se desarrollarán todas las acciones correctivas necesarias para asegurar la generación de resultados, que permitan el cumplimiento de los distintos compromisos y planes de la compañía", agregó.

"Por otra parte, atento al crecimiento estacional de la producción primaria de la leche cruda, la compañía tendrá una mayor actividad exportadora, lo cual será positivo desde el punto de vista financiero, pero también por la contribución que este negocio genera para cubrir los costos fijos", anticipó.

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