Alarma en Uruguay por récord de casos nuevos y activos de coronavirus
Uruguay viene siendo la excepción a la regla en Sudamérica en la cantidad de contagios y muertes por coronavirus. Pero un brote en un geriátrico y decenas de contagios nuevos ponen ahora a prueba el esfuerzo epidemiológico del gobierno de Lacalle Pou.

Hasta el martes había cierto optimismo en el gobierno de Uruguay. En el Ministerio de Salud Pública (MSP) veían cómo los casos activos comenzaban a descender después de una escalada de dos semanas y el presidente de la Administración Nacional de Educación Pública, Robert Silva, contaba con alegría que se acercaba el aumento de la presencialidad en escuelas y liceos. Ante la baja de casos, las autoridades sanitarias iban a permitir flexibilizar el protocolo y eso generaría volver a alcanzar casi que una presencialidad total. Pero este miércoles la situación de la pandemia en el país cambió.
En la tarde de este miércoles en el MSP lo empezaron a notar al ver cómo llegaban los resultados de los hisopados realizados en un residencial de ancianos de Parque Batlle y habían muchos positivos. Para la noche, lo tenían más que confirmado: el reporte diario del Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) informó que habían 51 casos nuevos de Covid-19 y 330 casos activos. Las dos cifras eran dos récords absolutos.
El máximo de casos nuevos en un día al que llegó el fue de 36 infectados. Eso solamente ocurrió el 27 de marzo y el 2 de octubre. Este nuevo récord fue mucho más arriba. Pero además, los casos activos aumentaron considerablemente del martes al miércoles: pasaron de ser 299 a 330. El último pico de casos activos se había registrado este lunes, cuando la cifra había llegado a 312 infectados cursando la enfermedad.
"En todos los casos ya están identificados los contactos y se mantiene un estricto seguimiento epidemiológico", según indicó el Sinae en su comunicado. Este aumento de casos se debe, además del brote en el hogar de ancianos donde se encontraron 17 casos hasta el momento, a un pequeño foco registrado en el Casmu (cuatro casos) y otros brotes intrafamiliares (22 son contactos con casos confirmados, dos son casos importados y de seis infectados no se sabe el origen de su contagio).
Los casos registrados en el centro de salud capitalino llevaron a que la mutualista tomara medidas drásticas: suspendieron las visitas al hospital, así como las cirugías coordinadas. Las únicas cirugías que se mantienen son las que no requieren internación. Además, se estableció que solo una persona pueda acompañar al paciente que vaya a ser internado.
De todas formas, más allá del notorio aumento de casos, solamente hay una persona internada en el CTI. Ese es un número que le da tranquilidad a las autoridades porque entienden que allí está el verdadero problema de la epidemia.
Desde el gobierno no ven con tanta alerta los picos actuales como los del primer tiempo de la emergencia sanitaria porque ahora se conoce más al virus, el sistema está más preparado y se registran menos casos graves. A modo de ejemplo: el 27 de marzo, cuando se registraron 36 casos nuevos, uno de los picos más altos que vivió el país, había ocho infectados graves. Ahora solo hay uno.
Además del aumento de la capacidad de testeo, ahora el sistema sanitario cuenta con muchos más respiradores y camas especializadas que en aquel momento. Según informó a El Observador el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani, el organismo contaba con 112 camas antes de la pandemia en todo el país. Ahora posee un total de 155 camas, de las cuales 149 están operativas.
De todas formas, habrá que esperar para ver los efectos de estos nuevos brotes. Se debe aguardar dos semanas para ver cuán graves resultarán ser los infectados que fueron detectados este miércoles. Además, en este escenario se suma la gravedad de que buena parte de los casos fueron detectados en una residencial de ancianos, donde viven día y noche personas que están en zona de riesgo.
Pero mientras pasen estos quince días y los expertos estudien la evolución de la epidemia, el virus pondrá a prueba, como nunca antes, el esfuerzo epidemiológico del gobierno.
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