Por qué algunas personas se ven mucho más jóvenes de lo que en realidad son

El secreto para la eterna juventud ya no es un misterio. La ciencia explicó por qué algunas personas parecen tener menos edad de la que aparentan.

A través de la genética (el estudio de los genes) se puede determinar qué características o rasgos se transmite de generación en generación, lo que podría explicar porque las personas parecen más jóvenes.

Según el Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano de los Estados Unidos, en la transmisión se incluye la variación del ADN y sus interacciones con factores ambientales, lo que explicaría la apariencia física.

¿Por qué somos más jóvenes de lo que aparentamos?

Uno de los últimos estudios de la Universidad Médica Central de Rotterdam, de Países Bajos, descubrió la razón. La investigación se publicó en la revista Current Biology.

El procedimiento consistió en el análisis de 2693 imágenes de adultos mayores y consultarle a un grupo de personas ajenas a estar cuántos años creían que tenían.

Las muestras tenían mutaciones o variaciones en sus genes. El análisis detectó que el común denominador era el gen MC1R. La mayoría de los participantes coincidió en que los adultos tenían dos años menos de los que aparentaban.

"Los investigadores determinaron que quienes portaban el homocigoto de este gen se veían dos años más viejos", indicó el sitio El Tiempo de Colombia.

Según la web de Medline Plus, las mutaciones en este segmento de ADN "están asociadas con el pelo rojo, la piel pálida y las pecas, ya que juega un rol importante en la pigmentación normal".

"La piel pálida conlleva una mayor susceptibilidad al daño solar y a las arrugas. Pero en el estudio de la revista Current Biology, los científicos afirman que el efecto del gen se mantuvo incluso cuando descartaron el color de la piel, las arrugas y la exposición al sol", explicó un artículo de The Guardian.

De todas maneras, los científicos aclararon que aún es necesario realizar más investigaciones sobre el tema para determinar la incidencia del gen en la apariencia física.

También destacan otros factores, como la percepción social y cultural, el consumo de tabaco y la exposición a los rayos ultravioleta del sol. Además, de una alimentación saludable y el ejercicio físico.