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Las empresas atrapadas por el cepo al dólar son las principales compradoras de los títulos de deuda que emite Martín Guzmán.
En una presentación que el propio Ministerio de Economía difundió en el sitio oficial, se destaca que en todas las licitaciones de deuda del 2021, el 31% de las emisiones fueron compradas por las entidades oficiales con el FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSeS) como actor principal.
El 64% lo demandaron inversores privados locales mientras que sólo el 5% provino de inversores offshore.
dinero sin salida
En el desagregado de los compradores privados domésticos, los bancos lideran el ranking con el 53% de las compras, los Fondos Comunes de Inversión, el 26%, las compañías de seguros el 4% y las empresas, 17 por ciento.

"Que los corporativos hayan explicado el 17% de la demanda privada local en las licitaciones puede sonar a un número bajo pero lo cierto es que las empresas explican más de la mitad de los depósitos en el sistema bancario y más de la mitad del patrimonio de los FCI, de modo que sumando la demanda directa e indirecta, el segmento corporativo explica en realidad la mayor parte de la demanda agregada instrumentos soberanos pagaderos en moneda local", señala en su último informe la consultora 1816.
Resultará clave la postura que adopten las empresas en las próximas licitaciones de deuda que haga Martín Guzmán, en especial cuando los vencimientos de los nuevos papeles pasen a ubicarse en el 2024.
Esta radiografía de los compradores del festival de bonos en pesos lanzado por Martín Guzmán refleja que, en realidad, la demanda surge porque no encuentra otro camino legal como destino para los excedentes de pesos, el cepo, o bien porque están obligados a adquirir los papeles domésticos, como las compañías de seguro o el propio FGS del ANSeS o el Banco Nación.
"Con el cepo tan duro (que hizo entre otras cosas que los giros de dividendos en todo el mandato de Alberto Fernández sumaran apenas u$s 344 millones versus u$s 3106 millones en 2016, primer año de Macri), los corporativos tienen un sotck alto de pesos y son quienes terminarán determinando la capacidad o no del Gobierno de financiar la transición", consideró 1816.
Temores malignos
Ya no es ningún secreto que está instalado en la plaza el temor a que el futuro Gobierno realice una reestructuración de la deuda apenas asuma el 10 de diciembre del 2023.
Por ello resultará clave la postura que adopten las empresas en las próximas licitaciones de deuda que haga Martín Guzmán, en especial cuando los vencimientos de los nuevos papeles pasen a ubicarse en el 2024.
La demanda surge porque no encuentra otro camino legal como destino para los excedentes de pesos, el cepo, o bien porque están obligados a adquirir los papeles domésticos.
Pero otro tema a tener en cuenta de estos inversores atrapados en la deuda en pesos es que complicarán el levantamiento del cepo que pretenda realizar la próxima administración.
Con tanto stock de deuda a la espera de la apertura de la puerta del calabozo, será una amenaza para la estabilidad cambiaria.
Por ello es que lo más probable que ocurra, aún a pesar de que resta una eternidad para la asunción de un próximo gobierno, es que haya un levantamiento muy gradual del cepo.
Una larga vida queda por delante a las restricciones cambiarias en la Argentina.
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