Guía para invertir en esta temporada de resultados
Los beneficios empresariales importan, pero algunos resultados importan más que otros.
Mi meme favorito me ha recordado por qué no tengo acciones europeas en mi cartera. También por qué añoro volver a invertir en empresas estadounidenses.
Muestra un montaje de todas las noticias alucinantes de Estados Unidos de los últimos tiempos. Robotaxis y la atrapada de un cohete de 3700 toneladas con palillos. La gran recaudación de capital privado de OpenAI. El valor de casi u$s3,5 billones de Nvidia.
Y luego, los logros de Europa: botellas de plástico con esos nuevos y molestos tapones que no se pueden quitar. Sí, Bruselas ha estado ocupada ayudando a los peces.
Divertido, pero duro. Los legisladores europeos son líderes mundiales en regulación de inteligencia artificial. Y sus requisitos obligatorios de información sobre riesgos climáticos y ESG para todas las empresas con más de tres empleados y un perro son insuperables.
Pero no quiero tener empresas agobiadas por tonterías como la nueva directiva sobre diligencia debida en materia de sostenibilidad corporativa (CSDDD), el grupo de trabajo sobre divulgación de información financiera relacionada con el clima (TCFD) o la directiva sobre informes de sostenibilidad corporativa (CSRD).
Especialmente cuando los gestores estadounidenses son libres de cambiar realmente el planeta al tiempo que crean la riqueza para hacerlo. Exactamente cuánta riqueza descubrirán de nuevo los inversores a medida que los resultados del tercer trimestre avancen a toda marcha.
No he escrito antes sobre la temporada de resultados. Ahora es un buen momento. Con el S&P 500 acercándose a su 50º máximo histórico del año, hay mucho en juego. Esta columna suele aconsejar a los que tienen acciones que no se preocupen por las tasas de interés, la geopolítica o lo que sea.
Los beneficios, sin embargo, importan. Pero no siempre como cabría esperar. Piense en lo que ocurre cuando Apple o Hung Poo (una empresa inmobiliaria taiwanesa) anuncian sus resultados. Pueden estar por encima, por debajo o en línea con las cifras anteriores, pero también con las expectativas del mercado.
Las cifras históricas no se mueven, mientras que las estimaciones de beneficios -guiadas por la empresa o por las previsiones de los analistas- cambian con frecuencia. Antes de que empezara la temporada en EE.UU., se esperaba un crecimiento del 4,3% con respecto al año pasado. En verano era del 7%, según los datos de FactSet.
Pero las expectativas de crecimiento no parecen afectar demasiado a los precios de las acciones. De hecho, según un estudio de Axa Investment Managers, los títulos mundiales con los mayores niveles de crecimiento esperado obtienen en realidad peores resultados.
No, lo que importa es el aumento o la disminución de los beneficios comunicados (o "realizados" en la jerga financiera). Más aún, si han sorprendido al mercado. En los últimos 25 años, los datos de Axa muestran que incluso las empresas de crecimiento más lento le ganan al índice si sorprenden al alza. Pero las que más crecen no lo hacen si decepcionan.
Ahí reside el poder del mercado bursátil estadounidense, que ha sumado casi otros u$s10.000 millones a su capitalización bursátil en lo que va de 2024. Año tras año, sus beneficios totales superan las expectativas. Cuando empecé en la gestión de activos hace 30 años, las empresas del S&P 500 ganaban u$s35 por acción. Este año, u$s250 es posible.
¿Y este trimestre? Hay razones para creer que volverán a superar sus expectativas.
No hace falta más que preguntarles. Mientras que las previsiones de crecimiento de los beneficios apenas superan el 4% -lo que supondría los resultados más débiles en un año-, las previsiones de las empresas son del 16%, según datos de Bloomberg.
Esto sugiere que nos esperan muchas sorpresas agradables, tal vez como en los tres primeros trimestres del año, cuando el consenso era de un crecimiento del 3,8%, pero los resultados fueron el doble.
Por otro lado, también hay señales preocupantes para aquellos de nosotros a los que nos gustaría que los beneficios fracasaran para poder comprar. Antes de la temporada de resultados, el índice de revisión de beneficios de Citigroup, por ejemplo, era el más negativo desde finales de 2022.
Lo que también hace que la previsión de consenso para el próximo año de un crecimiento del 14% sea aún más extrema, sobre todo porque si se alcanzara, el promedio post-Covid sería de 9% anual. En los últimos tres decenios, la tasa de crecimiento anual de los beneficios por acción (BPA) del S&P ha sido del 6,6%.
Y no soy el único que se siente nervioso. Sólo este mes, las posiciones cortas contra el popular fondo cotizado SPDR que sigue las acciones estadounidenses se han duplicado como porcentaje de sus acciones en circulación, según las cifras de HIS Markit.
Así que todos debemos estar atentos a las sorpresas en las próximas semanas. En la última década, el S&P 500 ha superado las estimaciones en casi un 7% de promedio y, en general, ha sorprendido al alza en 37 de los últimos 40 trimestres.
¿Hay otras peculiaridades de la temporada de resultados en EE.UU. que los inversores deberían conocer? A los expertos en comportamiento les puede divertir un artículo del Journal of Financial Economics que muestra que el día de la semana en que las empresas publican sus resultados influye en la rentabilidad posterior de las acciones.
Más preocupante es un estudio de 2021 que revela una tendencia al alza en las sorpresas positivas de beneficios debido a que las empresas publican cada vez más -y luego superan- los beneficios ajustados. De hecho, esto refleja una tendencia más amplia de divergencia entre las cifras publicadas y los datos oficiales de la contabilidad nacional estadounidense.
En otras palabras, los resultados se manipulan. No incluir la amortización de activos intangibles es siempre popular, al igual que excluir los gastos de litigios (por frecuentes que sean). Según un análisis de Calcbench, el aumento medio del BPA con respecto a la práctica contable habitual fue de casi el 30% el año pasado.
Pero a nadie parece molestarle que los beneficios declarados sean una ficción. Al fin y al cabo, las empresas siguen teniendo que superar la cifra trimestral anterior, igualmente maquillada. No obstante, vale la pena reflexionar sobre ello al evaluar los múltiplos de valoración.
Por eso sigo infraponderado. Sí, las empresas estadounidenses generan beneficios como ninguna otra. Sólo considero que en este momento esta capacidad está más que priceada -y algo más. Pocos están de acuerdo conmigo.
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