Fed: economistas ven signos de relajación y un Powell más optimista ¿eso es bueno?

El presidente de la Fed insiste en que "queda mucho camino por recorrer", pero los inversores se centran en los comentarios optimistas.

Cuando Jay Powell subió al atril para dar su primera conferencia de prensa de 2023, el presidente de la Reserva Federal se ciñó prácticamente al mismo guion que ha venido utilizando desde que el banco central de Estados Unidos empezó a subir las tasas el año pasado.

Habló del compromiso inquebrantable de la Fed para acabar con la alta inflación y prometió seguir presionando a la economía, insistiendo en que el banco central aún no da por concluida su campaña de subas de tasas de interés.

"Vamos a ser cautos a la hora de cantar victoria y enviar señales de que creemos que el partido está ganado, porque nos queda un largo camino por recorrer", declaró a la prensa ayer, después de que la Fed anunciara una suba de tasas de interés de un cuarto de punto. Esto supuso un cambio a la baja con respecto a las alzas más importantes de los últimos meses y el regreso a un ritmo de ajustes más convencional.

La Fed subió la tasa como esperaba el mercado pero los inversores temen una recesión 

Sin embargo, aunque Powell descartó la idea de que la Fed vaya a relajarse en breve -manteniendo abierta la posibilidad de que se produzcan otras dos subas de 25 puntos básicos-, se mostró mucho más optimista no sólo sobre las perspectivas económicas, sino también sobre el control de la inflación por parte del banco central.

Ello contribuyó a un repunte de la deuda pública y la renta variable de Estados Unidos. De hecho, el índice S&P 500 cerró en su nivel más alto desde el verano pasado.

"La gente llegó pensando que tendría el mismo tono que en diciembre, pero su tono es ahora más positivo y optimista", asegura Julia Coronado, execonomista de la Reserva Federal que ahora dirige MacroPolicy Perspectives.

Aunque el optimismo de Powell fue más bien sutil, quedó en evidencia durante la sesión de preguntas y respuestas. Aunque manifestó que la presión sobre los precios seguían siendo inaceptablemente elevadas, insistió en que el "proceso desinflacionista" estaba en marcha. Es más, reconoció que veía un "camino" para reducir la inflación hasta el objetivo del 2% de la Fed sin un "deterioro económico realmente importante o un aumento significativo del desempleo".

Powell también se mostró más relajado sobre la reciente relajación de las condiciones financieras y el hecho de que los operadores de futuros de fondos federales no parecen creer que el banco central tendrá que subir las tasas a los niveles que reflejan las previsiones de los funcionarios, dada su expectativa de que la inflación cederá antes de lo previsto. Incluso llegó a sugerir que los funcionarios se plantearían cambiar de rumbo antes si los próximos datos así lo sugieren.

Las declaraciones sirvieron para relajar la tensión mantenida durante meses con los traders, que se han negado a retirar sus apuestas de que la Fed no subirá la tasa de referencia por encima del 5% y lo mantendrá en ese nivel durante todo el año.

Cuando las buenas noticias económicas pueden no ser buenas noticias

La suba del miércoles situó la tasa de los fondos federales en el rango de entre 4,50% y 4,75%. La mayoría de los funcionarios han señalado que la Fed debe aumentarlo hasta el 5,1% antes de plantearse recortes en 2024 como muy pronto. Sin embargo, las apuestas de los operadores sugieren que empezará a relajar la política monetaria antes de finales de año.

Las declaraciones de Powell fueron lo suficientemente moderadas como para provocar confusión entre los economistas, que habían pensado que la Fed subiría las tasas en marzo y en mayo antes de tomarse un respiro.

No todos los economistas se muestran tan optimistas, sobre todo ante la posibilidad de que la inflación remita. Peter Hooper, director mundial de análisis de Deutsche Bank, cree que "es probable que la gente que quiere buscar señales por las que ser optimista no haya dado suficiente importancia a la idea central del mensaje".

Una crisis mundial de deuda es inminente, hay que hacer algo antes de que sea demasiado tarde

Hooper, que trabajó para la Fed durante casi 30 años, asegura que el banco central intentó comunicar que esperaba subir las tasas "un par de veces más... para llegar a un nivel más restrictivo".

Sebnem Kalemli-Özcan, economista de la Universidad de Maryland y miembro del panel de asesores económicos de la Fed de Nueva York, también advirtió de que el boom de los mercados y unas condiciones financieras aún más laxas podrían fortalecer la determinación del banco central.

"Si los mercados de renta variable siguen subiendo como espuma, eso significa que hay crecimiento en el futuro y que la gente empezará a gastar más, y eso es lo que la Fed quiere evitar", explicó.

"No quieren que la gente compre cosas y no quieren que la gente pida prestado para comprar cosas. Quieren frenar esa tendencia", añadió Kalemli-Özcan.

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