"Devaluación intencional": cómo es el camino y las consecuencias de un enfoque más liberal de la economía
La lita turca sufre su mayor caída desde fines de 2021 tras la promesa del nuevo ministro de Finanzas, Mehmet Simsek, de restablecer políticas "racionales".
Turquía relajó su larga batalla para defender la lira, provocando la mayor caída de la moneda en más de un año, mientras el nuevo equipo económico del presidente Recep Tayyip Erdogan aplica políticas más "racionales".
El miércoles, la moneda cayó un 6,9%, hasta un mínimo histórico de 23,17 frente al dólar estadounidense, lo que supone una caída de casi el 10% desde el nombramiento de Mehmet Simsek como ministro de Finanzas, el fin de semana pasado. La lira no terminaba un día con una caída tan grande desde diciembre de 2021, según datos de Refinitiv.
Luego de jurar, Simsek dijo en Twitter que su "prioridad inmediata" era "reforzar nuestro equipo y diseñar un programa creíble", aunque advirtió de que "no hay atajos ni soluciones rápidas".
El exviceprimer ministro, bien considerado por los inversores extranjeros, ha prometido restablecer políticas económicas "racionales" en Turquía tras años de recortes de las tasas de interés y medidas no convencionales para apuntalar la moneda.
Enver Erkan, economista jefe de la correduría Dinamik Yatrm Menkul Degerler, afirmó: "Este tipo de cambio... fue fuertemente reprimido por [medidas] financieras alternativas antes de las elecciones". "El nuevo periodo traerá un enfoque más liberal en este sentido y creará una situación que permitirá a la lira acercarse a su valor real".
La caída de esta semana pone de relieve cómo los inversores esperan cada vez más un cambio hacia medidas más ortodoxas tras la victoria electoral de Erdogan el mes pasado. Algunos analistas también esperan que se nombre un nuevo jefe del banco central con un enfoque económico más ortodoxo.
El ritmo de depreciación de la lira ha sido rápido: Goldman Sachs había dicho el fin de semana que esperaba que la lira cayera hasta 23 frente al dólar en los próximos tres meses, una previsión que se hizo realidad en cuestión de días.
Un gran banco dedicado al comercio de divisas dijo el miércoles a sus clientes que los bancos estatales turcos no parecían estar interviniendo en el mercado, según una persona familiarizada con el asunto. Un ejecutivo de un banco occidental observó la misma tendencia. Las compras de liras por parte de los bancos estatales han sido una herramienta importante para apuntalar la moneda en los últimos años.
Un ejecutivo de un banco turco, que pidió que no se revelara su nombre, describió la medida como una "devaluación intencionada", en lugar de una relajación total de los controles. Los analistas de divisas afirman en general que la lira está sobrevalorada en relación con la posición económica de Turquía, incluso después de haber caído más de un 60% frente al dólar en los últimos dos años.
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Erdogan ya había insistido en grandes recortes de las tasas de interés, y el principal tipo de interés oficial bajó del 19% en marzo de 2021 al 8,5% el miércoles, a pesar de la intensa inflación. Esto ha hecho que las tasas reales, ajustadas por inflación, se sitúen en territorio negativo.
"Con tanta presión sobre la lira, pensamos que es una cuestión de cuándo y no de si la moneda se debilita significativamente, habiendo aumentado la probabilidad de un ajuste puntual mayor", dijo Goldman en una nota a clientes, prediciendo una caída a 28 frente al dólar en el próximo año.
Sólo este año, el banco central ha gastado unos u$s 24.000 millones en reservas de divisas, en parte en un intento de impulsar la lira. Según los economistas, las reservas también se han utilizado para financiar el abultado déficit de cuenta corriente de Turquía, que se ha visto agravado por una lira que, según muchos exportadores, es demasiado fuerte para ser competitiva.
Murat Gülkan, CEO de OMG Capital Advisors en Estambul, dijo que "las cosas están empezando a tener sentido" con la moneda, dado que la inflación era "muy alta".
Aunque la lira ha caído con fuerza, otros indicadores apuntan a un alivio entre los inversores por el cambio de política propuesto. Los bonos turcos en dólares han subido de precio, mientras que el costo de protegerse contra un default ha disminuido notablemente.
El mercado bursátil del país también ha subido, y el índice de referencia Bist 100 se revalorizó un 3,2% el miércoles, con lo que sus ganancias semanales se acercan al 9%.
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