Los inversores minoristas están ayudando a impulsar el oro y las acciones de Estados Unidos hacia un territorio de “burbuja”, aumentando el riesgo de una reversión desordenada, advirtió el Banco de Pagos Internacionales (BIS).

En su último informe trimestral publicado el lunes, el BIS dijo que el oro y las acciones estadounidenses mostraban las características de una burbuja, incluida la “exuberancia” de los inversores minoristas, valoraciones en alza y entusiasmo mediático.

El oro se ha disparado un 60% este año, su mejor desempeño anual desde 1979. Las acciones estadounidenses, lideradas por un puñado de grandes empresas tecnológicas que se benefician del auge de la inteligencia artificial, van camino a registrar ganancias anuales, con el S&P 500 subiendo un 17% y el Nasdaq un 22%.

La decisión de activar la alarma sobre el mercado del oro resulta llamativa porque el BIS, conocido como el “banco de los bancos centrales” y famoso por su secretismo, ayuda a los bancos centrales a negociar el metal y lo almacena para ellos.

Los últimos trimestres representan la única vez en al menos los últimos 50 años en que el oro y las acciones han ingresado simultáneamente en este territorio”, señaló el BIS. “Tras su fase explosiva, una burbuja suele estallar con una corrección rápida y pronunciada”.

Si bien el FMI y el Banco de Inglaterra han advertido recientemente sobre el peligro de una burbuja en las acciones vinculadas a la inteligencia artificial, el BIS también destacó el papel de los inversores minoristas en impulsar los precios del oro y de las acciones estadounidenses.

El oro se ha disparado un 60% este año, su mejor desempeño anual desde 1979. Foto: Shutterstock
El oro se ha disparado un 60% este año, su mejor desempeño anual desde 1979. Foto: ShutterstockFuente: ShutterstockShutterstock

Los inversores minoristas representaron la mayor parte de los flujos hacia fondos de oro y de acciones de Estados Unidos en los últimos tres meses, mientras que los inversores institucionales han reducido su exposición a acciones estadounidenses y mantenido estable su exposición al oro, dijo el BIS.

Su papel creciente en ambos mercados podría “amenazar la estabilidad del mercado en el futuro, dada su propensión a comportamientos de manada, amplificando las oscilaciones de precios si se producen ventas forzadas”, agregó.

Las entradas a los ETF de oro, que incluyen dinero tanto de inversores minoristas como institucionales, van camino a un año récord, según el Consejo Mundial del Oro.

Los precios del oro han retrocedido desde el récord de u$s 4.381 por onza troy alcanzado en octubre, situándose en u$s 4.200 el lunes. El rally de este año ha tenido múltiples impulsores, incluidas las compras de bancos centrales que buscan diversificar sus reservas y alejarse del dólar estadounidense.

Los temores de los inversores sobre la inflación y los niveles de deuda pública también han reforzado el atractivo del metal como activo refugio.

Las compras de los bancos centrales se han mantenido en niveles históricamente altos, alrededor de 1.000 toneladas por año desde 2022, pero el fulgurante repunte también ha obligado a algunos a vender metal para mantenerse dentro de sus límites de asignación.

El mercado del oro ha atravesado ciclos de auge y caída anteriormente, incluido en 1980, cuando los precios alcanzaron un pico impulsados por la inflación y la crisis del petróleo en Irán.

Los precios también se dispararon tras la crisis financiera de 2008, alcanzando u$s 1.830 por onza troy en septiembre de 2011, antes de caer un 30% en los dos años siguientes.

Sobre las acciones de Estados Unidos, el BIS dijo que las ganancias de las grandes empresas tecnológicas habían “generado preocupación sobre valoraciones excesivas y los riesgos que una corrección de precios implicaría para los mercados bursátiles en general y la economía”.